La condena que el pasado 17 de agosto se impuso a las tres miembros de Pussy Riot de dos años de prisión por gamberrismo antirreligioso ha sido confirmada parcialmente por el tribunal de segunda instancia de Moscú, que ha decidido dejar en libertad condicional a una de ellas y mantener la pena de las otras dos.

El tribunal decidió que no había razón para alterar la sentencia contra Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, pero sí para ser más benigno con Yekaterina Samutsévich porque no llegó a participar en la actuación en la catedral de Cristo Salvador, ya que fue cuando estaba intentando desenfundar la guitarra que portaba.

Los hechos se remontan al 21 de febrero cuando Pussy Riot intentaron tocar una canción en la que denunciaban la complicidad entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y la Iglesia Ortodoxa Rusa en la catedral de Cristo Redentor de Moscú, donde fueron detenidas.