Ha llovido bastante desde la última vez que pude ver a Electric Mary en directo, fue allá por 2014 cuando visitaron Madrid, concretamente la sala La Boite. Y desde esa fecha se me quedaron guardados en la retina y, por supuesto, su música va siempre conmigo allá donde voy.
Ya no son los mismos que eran, pero tras 20 años aún guardan su esencia Rusty Brown (vocalista), que sigue en plena forma aunque quizá algo más flojo, Alex Raunjak (bajista) que no ha perdido ni un ápice de intensidad en los directos, y Pete Robinson. A ellos se les han sumado ahora Brett Wood y Paul Marret. Fueran quienes fueran, un concierto de Electric Mary es sinónimo de rock y de ambientazo, y no fue para menos.
Con una sala Nazca hasta arriba, y gracias a la promotora The Mad Note Co., los australiano pusieron un pie sobre el escenario al ritmo de ‘Let me out’ y ‘Gasoline and guns’, dos de los temas de uno de sus discos más conocidos. Van pasando las canciones una tras otra, marcadas todas por riffs frenéticos y por un Alex que no cesa ni un segundo de alzar su bajo y tocarlo de mil formas diferentes.
Tras una leve charla de Rusty para hablar sobre lo felices que se sienten volviendo a España, desvelan que hay nuevo single de la banda, ‘Sorry baby’, un magnífico aperitivo para culminarlo con ‘Sweet Mary C’ y ‘One foot in the grave’.
Fueron pasando los temas y el calor se hizo notar en la sala, hasta que Álex dejó por un momento su bajo y salió corriendo a camerinos para traer a la banda unas cervezas. Llegó el momento entonces de presentar otro nuevo tema ‘The dealer’, y de poner el broche de oro a su actuación con ‘M.B.F’, y su segundo bis ‘O.I.C.’.
Fue un concierto redondo en el que todos los asistentes disfrutamos como niños de una noche de rock and roll en su más pura esencia. Noche triunfal la de los australianos, que nos demuestran cada vez que se dejan caer por aquí que es una banda de primera línea y que podrían perfectamente estar en muchas de las salas y festivales europeos con mayor visibilidad.