Te conocimos como uno de los Reyes del KO, ¿en qué estado están ahora?
Marcos (Marcos Coll) y yo paramos la banda porque teníamos diferentes planes de vida. Yo me marché a California y eso inhabilitó el flujo de trabajo. Los Reyes del K.O. son parte de mi ADN y lo serán siempre. Ahora mismo tanto Marcos como yo defendemos proyectos independientes pero estaría encantado de volver a colaborar si se da el caso. De hecho no me extrañaría nada que eso ocurriese pero el cuando no podría decirlo.
Llevas unos años viviendo en California, ¿por qué decidiste cruzar el charco?
Me siento muy atraído por California, especialmente con todo lo respecto a la bahía de San Francisco. Siempre tuve ese destino muy presente en mi vida y una vez establecido en la bahía, todo cobró sentido. La escena musical es espectacular y me han acogido con naturalidad y cariño. Sin duda ha sido el paso profesional más importante en mi vida. Soy un enamorado de esa tierra, de su gente y de su música, pero también de su naturaleza. La montaña californiana es una de las cosas más impresionantes que haya visto nunca.
No obstante ahora mismo resido en mi tierra natal, Santiago de Compostela, y es aquí, en España en donde quiero desarrollar mi nuevo proyecto. Estoy muy contento con la banda que hemos construido. Luca Frasca, Coke Santos, Pablo Rodas y Pablo Pérez son The Criers.
Tu carrera ha tomado un rumbo hacia el soul y el rock, ¿ha sido por propia evolución del blues que llevas dentro?
El otro día un amigo íntimo me comentaba que la primera vez que escuchó “Sexercise” pudo ver a aquel Adrián quinceañero cargando discos para pincharlos en su casa. Creo que esto ya contesta la pregunta pero me gustaría explicarme mejor. El rock británico me ha marcado profundamente desde el mismo momento que lo escuché, al igual que el soul americano. No obstante intento no realzar los estilos musicales porque lo que me impresiona son los artistas de esos géneros que admiro. Busco una actitud y eso es tarea del intérprete. El estilo establece un marco pero fíjate en la paradoja que al final muchos de los representantes de esos estilos son justamente los que rompieron esos marcos. El Blues y el Soul en casos está defendido por los mismos artistas.
Necesitamos ponerle nombre a las cosas para poder entendernos y esas etiquetas son muy útiles pero el arte son obras de individuos independientemente de en donde los hayan catalogado. La cultura “afroamericana” es sin duda la portadora de gran parte de los estilos que me fascinan y es una cultura fundadora del Rock&Roll y por lo tanto del Rock. Grupos como The Kinks o T-Rex (Marc Bolan) siempre han estado en mi podio particular. Tuve otras bandas de este estilo en mi adolescencia y creo que mantengo esa parte rockera intacta desde el principio.
¿Quiénes han grabado el disco de The Criers?
“Sexercise” es el fruto de mi estancia en California. Adrian Costa Blues Persuasion era mi banda en la bahía de San Francisco y fue gracias a ellos y su versatilidad el decidirme a producir todas aquellas ideas que tenía y que no encajaban dentro del repertorio de una Blues Band. Chris Burns (piano y órgano Hammond) junto a Tovia Bradley (batería) y Henry Oden (bajo) podían realmente grabar un disco de Rock. Fue entonces cuando llamé a mis buenos amigos Dennis Dove y Kid Andersen para que me ayudasen a producirlo. El estudio de Kid es un espectáculo y nos puso en bandeja la tarea de disfrutar construyendo este disco.
¿No es contradictorio hacer un crowdfunding cuando el disco está ya grabado?, ¿por qué no lo hiciste antes de afrontar la grabación?
El disco ya estaba fabricado cuando hicimos el crowdfunding pero los fondos fueron destinados precisamente para pagar los costes pendientes de su grabación y producción. Los mecenas del Crowdfunding de “Sexercise” han financiado la creación del disco y nos han ayudado a continuar con el proyecto. Esto ha supuesto una inyección de optimismo para la banda importante y nos ha permitido sanear las cuentas. Estamos muy agradecidos.
“Sexercise” fue grabado en San Jose, CA. (Greaseland Records de Kid Andersen) durante mi estancia en los Estados Unidos y mezclado en Gijón (Circo Perrotti de Jorge Explosion) de vuelta en España. La idea de hacer un crowdfunding surgió aquí y la llevamos a cabo a través de Del Álamo Studios de mi amigo Pela del Álamo, co-productor de “Sexercise”. Creo que la gente hubiese esperado demasiado tiempo si hubiésemos hecho el proceso de forma inversa.
Lo que más me llama la atención es la gran presencia del hammond, ¿fue premeditada?, ¿a qué se debió?
Soy un fanático del ógano Hammond, siento verdadera admiración por este instrumento. Como dice Pablo Pérez (guitarrista de The Criers) “Solo ver un Leslie en el escenario me pone cachondo”. Creo que deja claro porqué tocamos juntos. También alucino con los pianos eléctricos (Fender Rhodes y especialmente Wurtlizter) que también tienen una gran presencia en el disco al igual que ciertos sintetizadores. The Criers fue concebido como la búsqueda de las cosas que aún no había explorado y entre muchas otras está el órgano que es sin duda el solista de la banda.
¿Qué músicos forman los Criers ahora mismo?
La banda está formada por Luca Frasca a las teclas, Pablo Perez a la guitarra, Pablo Rodas al bajo y Coke Santos a la batería. Hemos establecido una gran sociedad. Somos buenos amigos, nos conocemos todos desde hace más de quince años y eso nos ha permitido visualizar la linea de la banda de forma natural. Personalmente estoy muy orgulloso y me siento afortunado de poder colaborar con músicos de su nivel.
Mira que voy a muchos conciertos, pero pocos músicos conozco que sonrían tanto en un escenario, ¿la cara es el espejo del alma?
La cara es el espejo del alma para lo bueno y para lo malo. Es cierto que el escenario me permite experimentar cosas que jamás había sentido. Me enganchó desde el primer concierto y nunca pude dejarlo. El escenario es un lugar especial porque nosotros todos, artistas y público, lo creemos así. Es ilusión pura. Pueden ser cuatro palés y levantar tan solo diez centímetros del suelo que si alguien se sube, es un escenario. Tiene ese poder. El escenario transmite a la audiencia lo que ocurre encima de él, lo que hay. Si alguien se avergüenza en el escenario el público se sonroja, si esa persona baila entonces, la gran mayoría de las veces, el público también lo hace. El escenario está vivo. A mí me hace feliz subir las escaleras y supongo que eso es lo que acabo transmitiendo.
¿Te siguen pidiendo La Paloma en los conciertos?
Sí, la gente aún me la pide. Es una canción que me sigue desde muy pequeño y estoy encantado con su compañía. Soy un romántico y ese tipo de canciones me mueven. Ciento y pico años más tarde de su composición y la gente aún la pide en los conciertos. En todos los países en donde he estado tienen su propia versión, eso la hace muy graciosa. Conocí a un alemán que se dedicaba a hacer discos recopilatorios de “La Paloma” en todas sus formas. Creo que iba por el número 4. La versión checa es para mí la número uno. Es una de las canciones más internacionales que he conocido. Un verdadero clásico.
Además hemos visto que tienes disco nuevo con Adrian Costa Blues Band, ¿cuándo lo grabaste y qué planes tienes para esta otra visión de tu música?
“Adrian Costa Blues Band” fue realizado en el mismo estudio que “Sexercise” (Greaseland Record, San Jose, CA.) Es un disco que muestra mi versión más “garitera” (risas), pero eso sí, de traje. Un trabajo fiel a lo sucedido en el estudio, sin post-producción, ni trampa ni cartón. Tal cual como lo oíamos por los cascos. Eso lo hace fresco y directo. En él colaboran mis amigos Dennis Dove, Kid Andersen, Chris Burns y June Core. Fue una sesión en donde vacilamos a placer y para mí es un verdadero honor poder hacerlo con personajes de este calibre.
Lo que puedo decir de este disco es que a mi mujer le gusta más que “Sexercise”. Es curioso porque uno me llevó tres años y el otro dos semanas.
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