¿Cómo decidiste hacer este proyecto en solitario, In A Box, en el que tocas distintos instrumentos y te grabas a ti mismo encima tocando otros ritmos u otras melodías y cantando otras voces?
Después de cada álbum hacíamos giras muy grandes con muchos músicos, técnicos, y entre tanta gente era difícil encontrar mi estilo y tuve que recordarme a mí mismo que no me importaban la producción, ni los grandes shows, ni las cosas que otra gente decide; lo que me importaba era transmitir la traducción más honesta posible de mí mismo. No sólo para la audiencia, también para mí mismo. Quiero sentir momentos honestos y creo que con In A Box es mucho más fácil para mí conseguirlos, porque estoy solo conmigo mismo. Esos momentos en los que estás en tu casa y compones una canción con la guitarra o con el piano, o se la cantas a una chica antes de que nadie más la escuche… es un momento muy bonito, muy especial y mágico, y quería recrear eso a mayor escala.
Hay canciones muy especiales en tu último álbum, ¿cuál dirías que te describe?
No sé si existe tal canción. Las canciones para mí son colores y centrarse sólo en uno… Son como las pinceladas de un cuadro, no puedes elegir qué pincelada te define, tienes que mirar el cuadro entero. Así es como veo las canciones y mi carrera hasta el momento. Son muchos píxeles que forman una imagen al final.
Viniste a España hace dos años y medio y has vuelto a tocar aquí hace poco, ¿disfrutaste esta experiencia?
Si no me hubiese gustado no habría vuelto. Me encantan Madrid y Barcelona y esta vez estuve en Cartagena también. Hay algo de España que me es familiar, es mediterránea y por eso me recuerda a mi hogar. No me gusta separarlo, aunque sé que estoy en una ciudad española. Al final del día, aunque suene como un cliché, me intento centrar en lo que es universal de la gente en lugar de en lo que nos hace diferentes, eso no me interesa. No me importa que se llame España, o Israel, o Alemania, o Honolulú; con que haya gente con corazón y orejas, para mí es lo mismo.
¿Y te gusta la música española?
He de decir que no tengo mucha idea sobre música contemporánea española, pero siempre que vengo a España voy a algún show de flamenco. No puedo decir que sea un fan de nada en concreto, pero, como todos los extranjeros, disfruto con el flamenco y con la guitarra española, pero no conozco ningún artista contemporáneo.
Has cantando en hebreo [×ž×™× ×ž×ª×•×§×™×, Mayyim metuqim], pero nunca una canción escrita por ti. ¿Piensas cantar en un futuro en otra lengua: hebreo, francés…?
He traducido ya algunas de mis canciones al francés y al italiano y, de hecho, a veces las canto en algunos de mis conciertos. No las he grabado de momento, pero puede que algún día lo haga en hebreo, en francés, en italiano —porque ahora vivo en Italia—. No sé, es interesante para mí. Me siento muy conectado al inglés por mi biografía personal, pero seguro que, si traduzco una canción o encuentro una canción que rehacer en otro idioma, la cantaría. Ahora mismo no me interesa, ahora quiero hacer mi trabajo; tampoco puedo ahora mismo escribir en francés o en español o en italiano, porque todavía no tengo las herramientas necesarias para ello.
En tus letras hay fragmentos de historias bíblicas y personajes mitológicos. ¿Crees que hay una conexión entre tu trabajo y el de otros músicos que hacen esto como Leonard Cohen, Bob Dylan o incluso Paul Simon?
Creo que todos los músicos están conectados con todos los músicos. Todos hemos crecido con determinada música, hay algo en nuestro ADN. No sé, obviamente soy muy fan de Dylan y Leonard Cohen; no creo que desde donde estoy pueda compararme con alguno de ellos. Pero, por supuesto, cuando la gente me compara es halagador, aunque no creo que lo merezca. Simplemente trato de concentrarme en escribir canciones honestas con el talento que yo pueda tener y esperar hacerlo lo mejor posible. No me paro a pensar en con quién me pueda comparar o no la gente.
¿Hay algún escritor o algún tipo de literatura que te inspire a la hora de escribir canciones?
Hay un escritor estadounidense llamado Jonathan Safran Foer y estoy muy influenciado por mucho de lo que él escribe. Me ayudó sin saberlo con Different Pulses. Cuando escribí Different Pulses y tuvo éxito le escribí y nos hicimos amigos y entonces me ayudó a escribir The Gold Shadow, pero esta vez sabiéndolo un poquito. Estoy influenciado por su obra y me encanta la manera que tiene de escribir, así que hay algo de inspiración de él en lo que escribo, yo creo; él es un escritor muy importante para mí. También hay poetas israelíes que me encantan como Yehuda Amijai o Nathan Alterman. Leo mucha mitología, también mucho Shakespeare y, por supuesto, a Leonard Cohen y a Dylan, que son buenas influencias a la hora de escribir mis temas. Así que hay muchos.
¿Y qué opinas sobre el reciente Premio Nobel otorgado a Bob Dylan?
Como ya dijo mejor Cohen antes de morir, es como darle al Everest la medalla por ser la montaña más alta. Todo el mundo sabía que era la montaña más alta, no necesitaba ninguna medalla para saberlo, pero creo que es valiente por parte de la Academia darle el Nobel a alguien que, en definitiva, es un músico pop. A lo mejor la idea de pop hoy no es la misma que era en los ’60, pero en definitiva es un músico pop y es interesante la conexión que consigue convirtiendo literatura y poesía en algo accesible para el público. Eso es muy interesante. Incluso Leonard Cohen estuvo inspirado por él; creo que cualquiera que quiera ser un profundo escritor de canciones lo está.
¿Qué estás planeando ahora mismo? ¿Piensas grabar pronto otro álbum?
Sí, tengo planes de grabarlo a lo largo de la primavera y lanzarlo a finales de año. No puedo asegurarlo, de todas formas. Estoy escribiendo canciones todo el rato y creo que ya hay suficientes canciones buenas y una idea de lo que quiero que sea el próximo álbum como para ir y grabarlo.
Empezaste a escribir canciones y a cantarlas no hace muchos años, ¿qué te inspiró para empezar a hacerlo?
Creo que es la misma historia para cada persona: un corazón roto. Estaba con una novia desde hace mucho tiempo, estaba en algo diferente, estudiaba cine y animación y trabajaba; todo iba bien, teníamos un apartamento; planeábamos una vida futura, pero de repente todo comenzó a hacerse pedazos muy rápido y me estaba ahogando. Necesitaba explicarme a mí mismo qué cosas estaban pasándome: qué es esta cosa, qué son estos miedos, esta rabia, esta esperanza, el fin de todas esas cosas tan importantes para mí; cómo me acepto, cómo me consolido. Y sólo traté de encontrar algo para explicármelo a mí mismo. Encontré una guitarra y aprendí algunos acordes. Me ayudó muy rápido, fue como ir al psicólogo cuando me escuché diciendo todas esas palabras con tanto significado.
Texto: Ana Martínez Bautista
Fotografías: Universal
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