Entrevista a El Drogas — “ETA ha dado mucho juego a la extrema derecha”.

De cara marcada y voz ronca, Enrique Villarreal “El Drogas” (Pamplona, 1959) reparte algo más que música en “Demasiado tonto en la corteza” (Maldito Records, 2013), un álbum triple dividido entres partes pero que parte del raciocinio de una carrera que, a tenor de ser en solitario, termina encontrando un conjunto grupal, pues desde Txarrena hasta Barricada, hubo temas de un solo corazón, y es por eso por lo que “El Drogas” relata con escrupulosa intención toda historia que sea capaz de hacer grande una canción.Es arriesgado sacar un disco así en estos días…
Bueno, es arriesgado sacar un disco de por sí, pero como éste, más todavía. Lo que pasa es que yo tengo un grado de inconsciencia que, como pienso, es necesario para dedicarse a hacer Rock and Roll, como medida de trasgresión contra toda norma. Y si es un triple, digamos que se me junta todo. Pero es que me he juntado con tres, valga la redundancia, inconscientes como yo. El grado de inconsciencia se redondea bastante más.

Txus Maraví, Brigi Duque y Flako Trigenio, para ser más exactos.
Sí. Un trío de ases en cuanto a trabajadores y como personas. Para mí es fundamental. No se entendería el trabajo que llevamos haciendo desde hace cinco años. Somos de ensayo diario, y todo eso hace que se note el modo en el que se va engrasando la máquina y en cómo te vas conociendo. Un grupo se hace, además de en los escenarios y en los estudios, en la propia carretera también. Somos faranduleros de nacimiento.

¿Tú te conoces ya o todavía te queda por conocerte?
Aún me queda por conocerme, seguramente debido a lo desastre que soy. En realidad me suelo hacer regates a mí mismo que ni siquiera conozco, por lo que acabo sorprendiéndome a mí mismo.

Recuerdo que me contaste que tocabas en casa con la acústica de modo que casi no se escuchase para no despertar a tu familia. Al menos te conoces en ese sentido.
(Risas) Soy humano, pero además de serlo, soy un mal guitarrista, por lo que no era cuestión de hacerlo encima con más volumen. Cualquiera que tenga hijos habrá conocido lo desastroso que es el tema de la puñetera flauta dulce y del solfeo. Entonces, reconozco que mi nivel guitarrero va por ahí. Si además de hacerlo mal lo hago a todo volumen, se habría levantado la “socia” [su pareja] la primera para darme un par de collejas (risas).

También se aprende, aunque sea a hostias.
Bueno, eso también es verdad. Yo, la verdad, lo que sí puedo decir es que he aprendido mucho durante este tiempo con Flako y con Txus, tanto a manejarme con la acústica y la eléctrica como a trabajar también con otra gente. Siempre me ha gustado hacer proyectos con gente diferente, precisamente por egoísmo puro, por aprender, por ser un vampiro.

Recuerdo que “La tierra está sorda” fue un disco que, pese a estar firmado por Barricada, era un proyecto enteramente tuyo. De todas formas, cuente quien lo cuente, ¿siempre hay alguna historia que contar?
Sí, totalmente de acuerdo. Además, y suelo decirlo, lo que menos me importa de esto es cómo se denomine el “conjuntico” musicovocal. Se llame Txarrena o esté bajo la denominación de El Drogas. Y tiene su por qué, pero no vas más allá de la mera anécdota. Lo importante es con qué personas pones en común una serie de ideas. A mí eso me parece maravilloso. Como los grupos que empiezan y tienen esa calentura en el ensayo cuando están arreglando sus propias canciones. Yo, todavía, sigo sintiéndolo con mi gente. Y luego, la gente que no está en grupos o los que se creen estas cosas de las biografías, piensan que te juntas para beber, drogarte, follar… tal.

Pero tampoco es malo.
No, claro, no digo que sea malo, pero te juntas para poner una historia en común. Se trabaja de manera cooperativista… generalmente, y a mí eso me parece muy bonito.

¿Igual que los mosqueteros?
(Risas) Sí, más o menos. De alguna manera, la sabiduría o la experiencia que cada uno coge con su instrumento y su propia personalidad se pueden proyectar para hacer más grande una canción. Sin embargo, cuando hay alguien que lo que hace es aprovecharse para ponerse a puntear o tal, habría que cortarle tres o cuatro dedos. Cuando se está en esa conexión con los demás miembros y se ve cómo una canción va haciéndose grande, es cuando puedes decir que perteneces a una banda de Rock.

Siempre pensé que ‘Matilde Landa’ era el comienzo de algo… Pero bueno, como ya he dicho, hay que contar historias.
Además, el tema en concreto de esa mujer en aquella época es alucinante. Es protagonismo que tuvo la mujer como elemento social participativo de todo lo que sucedía en la calle, en las escuelas… Es como para estar cantando a muchas mujeres. Hubo muchas otras que también lucharon después de la victoria del franquismo (nacionalcatolicismo) y que son supervivientes natas, como el caso de Las Trece Rosas y todo el tema de la cárcel de Ventas, por poner un ejemplo claro. Ellas tuvieron que poner sus propias redes de supervivencia debido a que las organizaciones políticas, como el Partido Comunista, se dedicaron más a la organización de hombres en cárceles. Los métodos de resistencia de estas mujeres consistían en hacer largas colas para asearse en el grifo del patio y en ponerse una cinta en el pelo para dar esa sensación de alegría en una cárcel. Todo eso me alucina. Pero bueno, ahora estamos viendo cómo cierto tipo de hombres quieren “judicializar” el cuerpo de la mujer. ¡Qué obsesión tienen!

Todo por el hecho de poseer. Es enfermizo.
Sí. Pienso que también sería cuestión de montar un Ministerio de la Psiquiatría: “si usted es ministro de Justicia, pase por aquí” (risas).

Me estoy acordando de ‘Están para violarlas’, por cierto. Un tema que habla sobre el maltrato a la mujer aunque sea con un título ambiguo. De todas formas, ¿estamos yendo hacia atrás como lo cangrejos?
Pues no es que estemos volviendo, sino que siempre hemos estado así. Quizá con leyes más progresistas, como algunas del último mandato de Zapatero, sobre el tema de la ley de plazos, referente al aborto, se dieron pasos. Pero es que fíjate, que son pasos fáciles de dar, pero hay que pasar cien mil obstáculos. Luego está que con un manotazo se pueda sacar una ley desde el Ministerio de Justicia para volver de nuevo hacia atrás un montón de años. Pero esto, desgraciadamente, siempre ha sido así. Tenemos a la mujer como propiedad del hombre. Lo podemos ver en la Conferencia Episcopal, con el funcionamiento los párrocos en los pueblos, con la política…

Sin olvidar esa doctrina de la sumisión a la que están sometidas muchas mujeres y los mensajes que proyectan a las niñas que se están formando.
Son mensajes demoledores. Y luego, además de cada muerte del maltrato doméstico, la cantidad de maltrato físico y psíquico que hay, sin llegar a la muerte. Todo esto no se soluciona tapándolo o metiéndolo debajo de la alfombra. No se soluciona poniendo el marcador a cero el 1 de enero. Parece mentira que seamos así. Es urgente solucionar este problema y meterse también, de alguna manera, en la cabeza del maltratador, porque muchas ocasiones son conductas repetidas, aprendidas y aprehendidas desde la niñez y en sus propias carnes. Los problemas hay que afrontarlos, y como sociedad, seríamos más sabios reconociendo esto. Estoy harto de que tengamos que ser los mejores en todo mientras los problemas se esconden debajo de la alfombra. No tiene que ser así. Tenemos fallos y el ser humano tiene que tener su lista de fracasos, porque meter la pata te enseña a cómo sacarla. No sé, creo que se basa en tener tu propio criterio de todo. Se gana en sabiduría.

Por eso mismo, porque no quieren gente sabia.
Eso está claro. Ya sabes que un pueblo informado y con cultura es un pueblo “peligroso”, porque se va a dejar dominar bastante menos que un pueblo ignorante.

Habrás visto “La lengua de las mariposas”. Yo no entiendo por qué tiene que haber bandos en la educación. Y es eso lo que al final desencadena todo, porque mientras los bandos se contradicen, la educación se ignora, provocando lo que pasa con la mujer. ¡¿Qué coño aplauden las “mujeres del Partido Popular” después de las leyes de Gallardón?!
Como con el tema de los homosexuales. Nunca he entendido a los homosexuales del Partido Popular. Creo que lo primero que tienen que defender es un humanismo que tienda a hacer de la convivencia entre ciudadanos y ciudadanas algo normal. O sea, normalizar las relaciones de todo el mundo. No me puedo pegar con uno que lleve la barba blanca porque yo la lleve pelirroja. O no es más inteligente que otro una persona que tenga los ojos azules. Y sobre todo, en cuestión de sexos, estamos en lo mismo. No se acaba explicando por qué ciertos sectores, como las “mujeres del Partido Popular”, pueden defender esas historias. También están ahí las asociaciones pro-vida, que en realidad tendrían que ser pre-vida, porque luego, una vez que nacen los niños, les importa una mierda lo que les pase a las criaturas; si se mueren de hambre, de frío o de sed.

¿Habría que preguntarse quién está “enfermo” de verdad? Los trabajadores sociales, por ejemplo, ven de cerca esas historias, pero también pretenden, a base de recortes, acabar con ellos.
Está claro. La gente que está a pie de calle, trabajando este tipo de historias, que son la gente que vive realidades concretas. No se puede generalizar con las personas, porque cada uno es una microhistoria en sí mismo, y esas microhistorias son igual de importantes entre unas y otras, que son las que hacen que la historia “con mayúsculas” la podamos disfrutar todos o al menos tender a ello. Esa gente pasa totalmente ignorada por los poderes públicos, políticos y fácticos, siendo al final un merendero de orugas. Lo mismo pasa con los catorce muertos en la frontera de Ceuta.

De hecho, Fernández de Mesa, director de la Guardia Civil, iba a presentar una querella criminal contra todos los que injuriaron a los agentes.
Es flipante. Y encima también acusando a las ONGs. Me parece alucinante que diga eso de las ONGs o de la Cruz Roja, que son los que realmente trabajan con esta gente a pie de calle.

Básicamente porque los directores de la Guardia Civil son favores políticos.
Totalmente. De alguna manera tienen que agradecer los favores recibidos entre ellos. Podemos mirar la historia y ver lo larga que es la lista. Y seguirá así la cosa si no se corta antes.

Al final tendrás que hacer otro disco titulado “Muchos más tontos en la corteza”.
Bueno, lo que yo creo, de una vez por todas, es que en el fondo el miedo tiene que cambiar de bando, como dicen los Riot Propaganda. O que cada uno lleve en su mochila su miedo propio, no que nos pasen su miedo a nosotros, que bastante tenemos ya con el nuestro. Habría que ir sacándole el polvo a la guillotina, como decía Evaristo [La Polla Records]. Estoy seguro de que habrá cuellos muy adecuados para ello.

Dirán que eso es una llamada a la violencia…
La violencia está realmente en un desahucio y no en el “escrache” que se les puede hacer a ciertos personajes que son partícipes, de alguna manera, de que a una familia se le expulse de su vivienda.

Es curioso cómo actúa también el cinismo en este país, pues los políticos pueden enviar a los antidisturbios a partirte la cabeza y tú no puedes decir “ojalá le revienten la cabeza a Rajoy”. La gente está harta y cansada ya.
En eso estoy de acuerdo contigo. El cansancio comienza a amontonarse de tal manera que, junto con la indignación, termina siendo una mezcla explosiva. Yo soy, además, partidario de la utilización de lo que ellos pueden llamar “violencia”. No estoy diciendo de matar o no matar de manera material, pero sí de ver cómo una marabunta de manifestantes pasa por encima de un policía, dejándolo en pelotas para que tenga que ir desnudo a comisaría. Eso sí, sin tocarle ni un pelo. Hemos llegado a un punto en el que la indignación se va a transformar en rabia y actuación.

Sí, por eso ‘Olvido o rebeldía’. Con el tema del abuso y de la violencia policial hay donde cortar también, pues a pesar de la tendencia naïf de algunas manifestaciones, el Gobierno tipificó la resistencia pasiva como un delito.
Sí. Aunque la cultura callejera de los ochenta era diferente. A pesar de todo, creo que movimientos como el 15-M, las mareas u meneos sociales son necesarios. Y a la vez hay que apoyarlos. Ya discutiremos después hasta qué punto llegaremos con la violencia, pero sí que, por lo menos, plantarse y hacer frente a todo eso. Y si hay que hacer las cosas como en Grecia o Turquía, pues las haremos como en Grecia o Turquía. Quemar una entidad bancaria no nos va a llevar al infierno. En cambio, sí que nos está llevando al infierno otro tipo de cosas.

“Huele demasiado a mierda la cueva de Alí Babá”, dices en ‘Peineta y mantilla’.
Así es. Es que… Ojalá hubieran sido sólo cuarenta, ¿no? (Risas) Al menos los habríamos tenido mejor contados.

De todas formas, y volviendo al tema de la policía, siempre estarán las sospechas ahí, pues parece que las torturas vuelven a estar en boga. Me estaba acordando del GAL, pues por ser vasco o simpatizante ya era uno detenido.
Eso es culpa de la gente, de todos nosotros, por tener ese concepto. Cuando sucedió lo del barrio de Gamonal, en Burgos, en seguida dijeron que había gente de la kale borroka y tal. Pero bueno, también tenemos concejalas del PP que dicen que si matas a un embrión estás matando a una persona, luego eres terrorista. O como lo que está sucediendo con la corrupción en Navarra, pues ya están diciendo que el PSOE de Navarra ha pactado con Bildu, los “pro-etarras”, para quitar del Gobierno a la “extrema derecha”. ETA ha dado mucho juego a la extrema derecha. De hecho, Mayor Oreja tiene muchos negocios con la mayoría de empresas de seguridad de España. La ley de seguridad con los guardas jurados está muy hecha a su medida. Mayor Oreja habría sido un político que habría pasado sin pena ni gloria de no haber sido por ETA, pues él era un político muy gris. Estoy seguro de que quitó el crucifijo del cabecero de su cama para poner el póster de los cabecillas de ETA. Tiene mucho que agradecerles. Todo eso me parece vergonzoso, pero a la vez lo entiendo, porque no espero nada del Partido Popular, sino de nosotros. Tiene que haber una serie de objetivos claros y comenzar a actuar para alcanzar esos objetivos. Después se pueden discutir formas y maneras, pero hay que alcanzar esos objetivos.

¿Sabes qué me preocupa? La vuelta de la heroína, porque pienso que tratan de “implantarla” en ciertos sectores para que estén “adormilados” en lugar de andar protestando. Además, la heroína es una droga relativamente barata.
Es una manera de desactivar, o así lo fue en los ochenta, lo que pudo haber sido el movimiento juvenil, muy potente en el norte de España. Ahí queda el caso de Rodríguez Galindo, que denunció al grupo Negu Gorriak por daños morales por la canción ‘Ustelkeria’, obligándoles a pagar una multa de quince millones de pesetas. Y todo porque Negu Gorriak denunció lo que todo el mundo sabía, pues Galindo estaba implicado en la desaparición de ciento cincuenta kilos de cocaína y por la desaparición y muerte de dos chicos Vascos. Iker Jiménez debería ir al cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo para hacer psicofonías. Ya verás la de voces de torturados que iban a salir de ahí. La heroína y el propio speed fueron armas para desactivar, y a la vez, a ciertas edades, uno tiene ganas de probar muchas cosas, sobretodo si se presentan como sustancias prohibidas. Entonces, digamos que sí, que se junta todo, porque acaba siendo el mundo de la heroína, de la cocaína y del speed algo de mucho chivato que se emplea para cosas oscuras. Generalmente, suelen estar implicados en el asunto los cuerpos de seguridad del Estado.

Y al final, la meta que tienen es el olvido.
Sí. Sobre todo desactivar todo esto, que te pongan cámaras en todas las esquinas de la calle, que nadie proteste, que controlen Internet de tal manera… No sé, ahí estamos y es verdad que existe el ojo que todo lo ve. Y no es el del culo precisamente.

El tema del olvido también está hilado con otra parte del disco en la que se habla del Alzheimer, como en ‘Cordones de mimbre’, pues dices que es la pandemia del siglo XXI.
Yo pienso que sí. Está adquiriendo cifras impresionantes. Un caso exacto está en Navarra, en la Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui, dedicada al estudio y cuidado de este tipo de enfermos, pues no tiene ningún tipo de apoyo por parte del Gobierno de Navarra. Y eso que es un referente a nivel nacional. Hay médicos que van allí para hacer sus estudios referentes a la enfermedad porque es un lugar donde se ha investigado todo esto. Es el claro ejemplo del desastre que estamos viviendo. ¿Por qué no se le ayuda? Pues porque no es del Opus. Está muy claro: quieren terminar con la sanidad pública. Siendo de ahí, sabes lo que hay.

Sufrimiento para todos, no exclusivamente para el enfermo, porque los familiares y cuidadores lo pasan muy mal viendo cómo se consume esa persona.
Sí, es muy duro. Se consume física y mentalmente, pero aprendes también a relacionarte con el familiar de toda la vida aunque de otra manera, porque los roles familiares cambian. Podría definirlo como “bonito”, por cómo ha ido cambiando y asimilándose, porque se han tenido ganas de terminar con la vida de esa persona, unas veces por pérdida de paciencia, hay que reconocerlo, y otras por piedad, posiblemente.

Que también es delito, por cierto.
Ya. Joder, es que si mi madre supiera cómo está, me lo estaría pidiendo. Es una historia complicada. Pero bueno, una vez que le das la vuelta a esa historia, comienzas a tener una relación diferente con esa persona. Lo que yo echo realmente en falta es que las instancias oficiales, los que pueden, no se preocupen más de esta gente. En el caso de mi madre, es la típica mujer de posguerra que ha sacado una familia adelante. Como ella hay millones en este país, pero ahora están dejadas, como si fuesen basura. Lo digo por el trato que reciben por parte de estas instancias oficiales. A mí me parece vergonzoso. Y te hablo del tema del Alzheimer porque es lo que estoy viviendo, pero podemos hablar de otras enfermedades. Veo familias que tienen que dejar de trabajar para dedicarse las veinticuatro horas del día al hijo o a la hija que padece una enfermedad rara. Y encima tienen que estar buscándose la vida porque ya no tienen “ayudas”. Y entrecomillo “ayudas” porque ya pagamos por todo a través de los impuestos. Es algo que no acabo de entender. Es jodido el tema. Va a ser una pandemia, tanto el Alzheimer como el cáncer y otras enfermedades, porque no hay interés en preparar a las personas. No digo que se meta todo el mundo ahora mismo a estudiar cosas así, pero sí potenciar ciertas materias para evitar historias que se nos puedan venir encima. Hacen falta preparadas para eso. No vale cualquiera.

¿Y los políticos no tienen familiares enfermos de Alzheimer, por ejemplo?
Yo creo que sí. Es como hablar del aborto; ¿no abortan las mujeres de derechas? Pues claro que abortan. Siempre ha pasado. Me parece una postura muy cobarde, porque hay que estar por encima de las ideologías en muchos temas, y éste es uno de ellos.

En ‘Cordones de mimbre’, ‘Sin reverencias’, ‘Collar abandonado’… siempre se dicen las palabras “mano” o “dedo”. Una alegoría al tacto, ¿verdad?
Sí. Es una historia que me llamó más la atención en todo esto. Posiblemente porque yo nunca he tenido tanto contacto físico con mi madre: abrazos, caricias… Eso y el tema de la mirada. Cómo son ya miradas perdidas, si ven lo que miran, si quieren mirar lo que realmente ven… En fin, una cosa muy interesante también.

¿Es posible que, en esas situaciones, el cerebro emita únicamente buenos recuerdos para no morirse uno con los malos pensamientos? Quiero pensar que es así.
Posiblemente. Es un tema muy químico. Los chispazos cerebrales dejan de actuar de manera lógica. Por ejemplo, en el Alzheimer, el enfermo te está viendo, la imagen es la de su hijo o su hija, pero no tiene los chispazos cerebrales que le hacen relacionar lo que ve con los recuerdos que hay detrás. Por eso, generalmente, creen que son impostores o se creen siempre engañados. Incluso se extrañan cuando se ven a sí mismos en un espejo. Este tipo de cosas son razones químicas. Lo que sí viene de nuevo, y se expresa de manera oral, son esos recuerdos que han estado más tiempo metidos en la cabeza, aunque uno no lo supiese, que son los más antiguos.

¿Pero serían los buenos recuerdos?
Bueno, en el caso de mi madre no hay mucha coherencia en cuanto se dicen tres palabras seguidas. De ese modo se aprende a entender la historia que te cuentan porque lo están haciendo de una forma como si fuese verdadera. Unas veces soy su marido, otras soy su hermano mayor, otras veces su tío… Yo soy lo que ella quiera. Tomas ese papel durante cinco minutos, pero después de ese tiempo pasas a ser otra cosa.

“Demasiado tonto en la corteza” tiene tres partes: “Alzheimer”, “Matxinada” e “Y Glam”. ¿Sería la última parte la menos comprometida?
Bueno, es otro tipo de trabajo. Aunque hay dos letras en concreto que tratan sobre los malos tratos, que son ‘Con tu presencia’ y ‘Quien puede verla’. Letras duras envueltas en un papel de celofán, aunque lo realmente duro son las situaciones que viven las personas con malos tratos.

¿Por qué el disco no está firmado por Txarrena pero sí por El Drogas? Parte, además, de la reedición del primer disco de Txarrena.
Sí. Porque para mí, el término es lo de menos. Me da igual, porque estoy a gusto con la gente que estoy. Cambio el nombre de Txarrena por el de El Drogas por una razón muy concreta, y es que no quería hacer de Txarrena un grupo de versiones de Barricada. Entonces, bajo la denominación de El Drogas, cualquier letra que yo haya escrito a lo largo de mi vida tiene cabida en el repertorio que yo quiera hacer para el directo. Eso implica que haya temas de Barricada, de Txarrena de La Venganza De La Abuela… Esa es simplemente la razón. Con este trabajo llevamos ya cinco años y, como digo, es imprescindible el tener en cuenta qué personas me están acompañando para entender también estos reflejos musicales.

También acompañado por los escritos de “El ojo de la aguja”.
Cierto. Es la antesala al libro de “Tres puntadas”. Me gusta indicar pasos previos porque es lo que me gusta de ciertos autores. No el resultado final, que también, pero cuando alguien me presentó la idea de hacer un disco en acústico, pensé en sacar la maqueta para que se viera de dónde salían las canciones. Eso es lo que yo llevo al local. Y el resultado, después de haber pasado por el local, es el disco que sale a la venta. Con el libro pasa lo mismo. Es un poco darle el punto personal que tuvo el primer disco de Txarrena en su época, así que ahora, al reeditarlo, quería que quien se comprara el disco tuviera también ese “prólogo” para dos trabajos que estaban a punto de salir.

Veinticuatro canciones y doce provienen de la maqueta. Aunque en el primer disco de Txarrena venía la versión de ‘Frío’ (Alarma!!!).
Sí, exacto. Lo que pasa es que yo tengo un problema con la versión de ‘Frío’, y es que nunca digo que es de Jaime Asúa y Manolo Tena (risas). Parece que es mía, así que siempre que llegamos a este punto acabo pidiéndoles perdón porque me acabo creyendo que es mía. Espero que me perdonen esa apropiación, no indebida, sino debida, por cómo la siento ya. Me alegro de que esa canción se haya cruzado en mi camino, pero lástima que no sea mía.


Texto: Carlos H. Vázquez.

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