Sin prisa pero sin pausa ha llegado el segundo lanzamiento de Itziar Yagüe, la blueswoman vitoriana acaba de presentar Girl Like Me, 6 canciones del blues al rhythm & blues donde vuelve a repasar la música de raíces norteamericana con personalidad. Intercambiamos unas palabras con ella para conocer un poco más su propuesta.
Con este Girl Like Me has afrontado el estudio por segunda vez tras Delicious, ¿crees que has conseguido mejorar el resultado?, ¿ha habido algún apartado que hayáis trabajado especialmente en la producción?
Creo que Girl like me es un disco más maduro y más adulto, sin desmerecer Delicious para nada, que creo que fue un debut más que digno. Lo que yo percibo (y espero que así lo perciba el público) es una evolución, y eso era importante para mí porque no buscaba repetirme, sino progresar. Pienso también que hemos grabado un disco que suena de lujo, y sí, Greg es especialmente puntilloso y riguroso con el sonido, y ahí el trabajo que hizo junto a los profesionales de Estudio Uno es excepcional. Pura artesanía. Se nota muchísimo al escuchar el disco.
Tu fuerte es el directo, un aspecto donde considero que ha habido una gran evolución. Cuando te vimos en El Intruso, mucho tiempo después de la anterior ocasión, parecías otra Itziar, mucho más segura, dominando el escenario, ¿lo sientes así?
Te agradezco el comentario, sí, yo me siento más dueña de lo que hago cuando estoy en el escenario y la prueba es que no necesito controlarlo todo, como antes. ¿Te cuento un secreto? Yo padecía un brutal pánico escénico, me ponía literalmente enferma antes de salir a escena, pero lo superé cuando empecé a cantar mis propios temas. Sacar adelante mi propio proyecto me ha dotado de autoestima, me ha realizado como artista y me ha reforzado como mujer.
Entre un disco y otro ha pasado una pandemia de por medio, un barbecho en el que muchos artistas han tenido tiempo de repensarse, ¿cómo la viviste?, ¿trabajaste aspectos de tu música que en otras circunstancias no hubieras podido?
El confinamiento me dejó en blanco, viví momentos de mucho miedo y angustia y hay traumas que aún no he logrado superar, y a pesar de eso, he defendido con toda mi energía mi Delicious. No podía hacer otra cosa, porque ni siquiera había bolos que tocar ni tenía un solo contacto dentro del sector. Han sido dos años y medio durísimos, la verdad. Pero mi primer disco me dio un propósito: creo que de ese impulso para no desfallecer, de la supervivencia, ha nacido Girl like me.
Hay 5 temas compuestos (algunos a medias contigo) por Greg Izor, ¿ha habido un antes y después desde que trabajáis juntos?, ¿crees que tenéis la misma visión artística?
Greg ha escrito tres de los temas, otro lo hicimos a medias, y otros dos son míos. He aprendido muchísimo y sigo aprendiendo cada día de él, y por ello me siento infinitamente agradecida. Aunque somos artistas de estilos y personalidades muy dispares, tenemos mucho en común. A ambos nos interesa presentarnos de la manera más honesta y directa posible ante el público y en ese sentido nos entendemos a la perfección. Él sabe sacarme partido y yo confio en su criterio: por eso le pedí que fuera mi productor.
Girl Like Me te introduce en el mundo del Rhythm & Blues, algo que no esperábamos y además ha sido uno de los singles extraídos del disco, ¿cómo surgió?
A Greg se le ocurrió el tema una mañana que habíamos quedado para reunirnos con André, uno de los músicos que han participado en mi disco (concretamente en A life without love). Greg dice que se basó en la primera impresión que le causé cuando nos conocimos en agosto de 2019, y a partir de ahí escribió el tema, que realmente está cortado a mi medida. Es la canción que más me divierte cantar de ese disco.
El tuyo parece un caso claro de que necesitas tanto cantar como respirar, ¿recuerdas el primer momento en el que sentiste que cantarías para siempre?
No sabría decirte con exactitud. Pero sí puedo contarte que a los treinta y algo tomé la decisión de volver a cantar, como aficionada, donde me dejaran. Y en estos casi quince años ha habido buenos y malos momentos, bastantes tribulaciones y algún que otro trago amargo, y sin embargo ni una sola vez me he arrepentido de haber tomado esa decisión. Es el mejor regalo que me ha hecho la vida y que me he hecho yo a mí misma.
El próximo día 2 de febrero te presentas en el Café Berlín de Madrid, ¿qué le dirías a un aficionado al blues para que fuera a verte?
Que va a encontrarse con un show prácticamente irrepetible porque va a escuchar a unos músicos excepcionales que pocas veces hay ocasión de ver todos juntos. Que el repertorio es variado, original, bailable y disfrutable y que todo el espectáculo es un ejercicio de sinceridad y de conexión entre artistas y público. Ah, y que la cantante se deja la piel en el escenario, porque el público no merece menos de eso.
Y que es un planazo absoluto.
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