Como soldados experimentados en la batalla, la J Teixi Band se presenta como un escuadrón herido pero carente de desánimo. “Grandes huesos negros” (Warner, 2013) es un arma con la pólvora sin mojar, lista para descargar metralla sobre los caídos en la sordera. Una décima bala en la recámara accionada por el gatillo de Emilio Galiacho, Daniel Montemayor, Carlos Hens y Javier Teixidor, militante, éste último, del ardor guerrero del Rock and Roll que se presenta ante el entrevistador.
Hay quien se toma el rock como una actitud o como una forma de vida y hay quien se lo toma como un oficio. No sé si en vuestro caso se puede tomar como forma de vida o es como una actitud.
Para nosotros es un oficio y una forma de vida, independientemente de que evidentemente compartamos esta actividad con otras cosas para vivir y vivir razonablemente bien. Después de tantos años esto no miente. Estamos aquí, porque primero, lo sentimos así y porque más allá de que nos guste más o menos, es nuestra forma de vida. Nuestra forma de vida es tocar, hacer música, y tenemos la gran suerte de poder grabarla y poder seguir tocando. Eso es maravilloso.
De hecho la canción ‘Las ratas y yo’ tiene la frase de “las ratas y yo tenemos el mismo menú”. Al final no es tan desacertado para un músico.
(Risas) Sí, evidentemente. Tenemos sopa de latas de primero.
Y después betún. No sé si al final en la música se reparte más betún que hostias.
Vivimos tiempos salvajes para la música y para lo que es la cultura. Creo que este país, especialmente, es muy ingrato. No sé si conoces a un guitarrista que se llamaba Wilko Johnson, que era guitarrista de Dr.Feelgood, lo que fue el comienzo de la nueva ola. Resulta que tiene cáncer terminal y le han dado el premio Sir Elton John en Inglaterra.
Hace poco se lo dieron, ¿no?
Sí, hace muy poco, porque está condenado, digamos, a la muerte. Y evidentemente le han dado el premio porque está condenado a morir, pero es que eso no pasaría, haciendo la música que hace, que es Rhythm & Blues, música de pub, pub Rock y tal. Eso es intrasladable a España. La forma que tienen de cuidar los anglosajones a la música no tiene nada que ver con lo de este país.
Aquí cuando te mueres es cuando te dan una calle.
Exactamente, pero cuando estás vivo ni de coña.
A veces dices: “bueno, voy a fingir mi muerte a ver si por lo menos me recuerdan”. Hacer como Elvis. Supongo que Elvis está vivo.
Ya lo dijo Calamaro, ¿no?
¿Hay que tener honestidad y creer en lo que haces como una forma de hacer música sin querer ser exclusivo de una minoría?
Evidentemente, si no eres honesto en la música, la mentira sale. Es como las personas. Si no eres real contigo mismo, tarde o temprano te derrumban. La mentira siempre sobresale sobre la verdad. Yo le digo a la gente joven que empieza en esto que haga lo que le gusta. Que como aprendizaje sí que pueden hacer cosas alimenticias, pero realmente si estás en un proyecto te tiene que gustar. Tarde o temprano las mentiras salen y hay muchos grupos que se han quedado fuera porque eran mentira.
Hay grupos que se vanaglorian de ser para minorías. Aunque eso también encierra bastante.
Nosotros nunca hemos querido ser de minorías, es una estupidez decirlo. Si hago música lo que intento es llegar al máximo número de gente que me escuche y que al menos sepa valorarla. Y esto es lo que nosotros hacemos. Hacemos música para nosotros, evidentemente con unos parámetros que a la hora de trabajar no estamos pensando en si es mayoría o minoría. Trabajamos en lo que nos gusta y en lo que hemos mamado y palpado. A la hora de hacer las canciones no lo piensas. Es lo que hacemos, y consideramos que sí que merece la pena no excluir a nadie. Evidentemente el problema de este país es llegar a esa gente que te escuche. Si haces zapatos puedes tener tu escaparate con tus zapatos, para que la gente vea el zapato. Ese es el gran problema, ¿no?
Igual la gente necesita más zapatos que discos de Blues o de Soul.
Bueno, me refiero a la hora de exposición simplemente. Es el problema que tenemos los músicos en general. Tú haces tu trabajo y quieres llegar a esa gente, por lo menos que te escuchen. Se lo compren o no, es otra cosa. Nuestro planteamiento siempre ha sido así, no es un rollo exclusivista. Incluso cuando hablamos de raíces, de Blues y tal, nos da mucho miedo porque siempre hay gente que oye eso y se espanta y no quiere ni adentrarse en tu música, cuando es una música que lo bueno que tiene es que es abierta. Puede gustar perfectamente o no, pero siempre digo que nunca exigimos carné de entrada o de exclusividad en plan “¿sabes quién fue Muddy Waters?”. Pues eso es lo que no hace falta.
Me pregunto si grabar un disco recopilatorio se hace para aprovechar el buen momento que hay porque sabes que luego hay una decadencia.
Los momentos de creatividad son insospechados. Van Morrison, sin quererme compararme con él, hizo en los 90 unos discos que jamás nadie pensaba que los iba a hacer. Llevaba una carrera brutal, pero digamos que creativamente había bajado. Los momentos creativos nunca sabes cuando van a estar más altos o más bajos. La suerte de eso es poder hacer la música que quieras, tener el material suficiente. Cuantos más discos haces, más crítico eres contigo mismo. El hacer un disco supone que te sientas realmente muy a gusto con lo que has hecho. Nosotros hemos tenido la suerte, quizás un poco por el respiro que nos dio el recopilatorio, de tener más tiempo, más tranquilidad. Hemos desechado muchas canciones, y eso creo que se nota. Es un disco que es más completo que otros, más abierto. Se nota por eso, porque hay un espacio de creación más amplio y eso nos ha favorecido.
Se nota que ha habido respiración.
Exactamente. Si no, había una presión encima de tener que hacer en dos años, en tres… Pero no, esto fue saliendo más natural y donde se contemplan quizás más las raíces de nuestra música.
Hay gentes que se consideran melancólicas, pero no se consideran nostálgicos. Veo que el disco tiene bastante poso, no sé si nostálgico o melancólico, pero eso se ve, por ejemplo, en ‘Abajo en el muelle’.
Bueno, ‘Abajo en el muelle’ es una canción que está hecha desde una cierta desesperanza. Es como un lugar donde te encuentras todo lo malo, todos los temores que tienes, el corazón roto que nunca pudiste curar, donde se encuentra la mentira. Es como a veces la impresión que te da un muelle, al amanecer, con niebla, en un mal día, por las sierras de Avilés, o Galicia. Esa sensación de pérdida de algo que no has encontrado o algo que te está realmente jodiendo. Eso es un poco el concepto de esa canción.
Yo diría que es la versión derrotista de ‘Grandes huesos negros’.
Sí, exactamente. Es una canción más derrotista, pero que a la vez tiene la oportunidad de escupirla. Grandes huesos negros es más divertido, es más lúdico. Te estás riendo de ellos y llamándoles piratas y mandándolos al infierno.
Te quedas a gusto realmente en esa canción. También hay canciones como ‘Cuando la fe se va’ y ‘Es el momento’, que hablan de caminos, pero ‘Hotel perdido’ y ‘Mágico Adiós’ hablan de despedidas. Encuentro como una especie de nexo entre el camino y la despedida.
Hombre, el camino es parte de nuestra vida. Uno siempre intenta rectificar, cae, da marcha atrás… El camino es la vida, las cosas que te pasan y lo que vas creyendo según pasa el tiempo, en las personas, en los momentos… Es habitual que haya canciones que se han escrito a lo largo de cuatro años, en momentos que me han hecho ver que el camino se rompía, o que lo perdías o que había que dar marcha atrás o tener fe en muchas otras cosas. Pero dentro de ese sentido figurado, es una forma de vivir. Cada paso que das tienes que darlo por un camino.
¿Cuántos pasos en falso has podido dar con la banda?
Hemos dado muchos. Pero somos una banda que medita mucho lo que hace. Somos conscientes de que hay gente que nos sigue muy detenidamente por toda España, y tocando por ahí, y para esa gente que nos sigue disco a disco queremos ser absolutamente consecuentes. Siempre hemos podido tener meteduras de pata, eso está claro, pero somos humanos. Desde luego intentamos ser fieles a nosotros mismos y seguir fieles a nuestra música e intentar siempre mejorar. Para nosotros es muy difícil. El proceso de grabación de un disco nuestro es crear muchas tensiones en la banda por, como te contaba antes, ese afán. No de perfeccionismo técnico, pero lo que queremos es que el disco suene así, fresco, que no esté saturado. Como yo digo, nosotros podemos sonar a muchos grupos, pero ninguno puede sonar como nosotros.
Los metales son muy característicos en ese sentido.
Nosotros somos músicos que podemos sonar en un momento dado si cogemos unos pedales, como El Canto Del Loco, por ejemplo. Técnicamente podemos hacerlo. Pero ellos no pueden tocar como nosotros.
Bueno, no te compares con El Canto Del Loco.
No bueno, sabes a lo que me refiero. A cualquier otro grupillo, o “grupejo”. Me refiero a que, técnicamente, nosotros podemos sonar como ellos, que aunque tengan la técnica, no pueden sonar como nosotros porque, es un poco como los Stones. Nadie puede tocar como los Rolling Stones. Nosotros, creo, hemos conseguido eso, tener nuestro propio sonido y a lo mejor técnicamente hay muchos grupos mejores técnicamente, pero la magia es esa. Que nosotros somos cuatro tipos que tocamos juntos y sonamos así. Eso es lo bonito, sonamos así.
Tampoco hay una búsqueda de sonar como unos u otros.
No, no, no. Somos así, sonamos así y nuestros instrumentos suenan así. Generalmente en este país todo es muy estándar, no distingues a los grupos a no ser por la voz, pero el sonido de atrás es el mismo. No puedes decir “esa guitarra es de ese”, o “este piano es de este otro”. Y eso es lo que nosotros hemos reivindicado siempre y es característico nuestro. Y es lo importante. No es cómo lo toques, si no que lo que toques sea tuyo.
Llega un momento en el que quizás la J Teixi Band podría hacer un disco instrumental y la gente, aún así, lo reconocería.
Sí, por supuesto. Esa es la intención. De hecho, es lo que más reivindico de nuestra carrera, crear ese sonido personal. No es importante lo que tocas sino cómo lo tocas, cómo lo haces y como lo sientes.
Séneca dijo que “mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo pasado”. Al final acaba uno trabajando olvidándose de a lo que ha sonado en algún tiempo pasado.
Exactamente. Nosotros, ya te digo, que en eso estamos muy contentos, porque tenemos el sonido que buscábamos. Ahora lo que buscamos simplemente son canciones y sentimientos que transmitir, y eso nos lo da la propia vida.
Texto: Carlos H. Vázquez.