Hablar con Juan Márquez es descubrir los verdaderos entresijos que engrasan (o gripan) la maquinaria de la industria musical. En su doble faceta de músico y ejecutivo Juan nos desveló el cómo y el porqué de la situación actual de una industria que se sigue mirado en su propio espejo egocéntrico, obsoleto y metodista.
AMADO STORNI: ¿Coz ha vuelto a los escenarios o no se fueron nunca y no teníamos noticia de ello?
JUAN MÁRQUEZ: Nos fuimos, nos invitaron a irnos (Risas). A los noventa llegamos en muy malas condiciones, primero porque algunas de las cosas que hicimos o no las hicimos bien o no se entendieron bien y segundo porque cada uno de nosotros estaba en otras historias. Eduardo Pinilla estaba con Luz Casal, luego con Burning, Tony De Juan se fue a Estados Unidos, Enrique Ballesteros volvió con Ñu…
A. S.: ¿Eres consciente de que Coz es un grupo pionero en el rock español?
J.M.: Entre otras cosas por historia. Hacíamos un tipo de música que no era fácil. Éramos tildados como muy comerciales aunque no vendíamos demasiado.
A. S.: ¿Te definirías como un cantautor que hace rock o como un rockero disfrazado de cantautor?
J.M.: Esa es mi asignatura pendiente. Mi gran pecado es no haber hecho, no haber dicho lo que quería decir con una guitarra acústica. Me importa más lo que digo que cómo lo digo. He primado el contenido, el fondo, sobre la forma porque me preocupa más el mensaje que el “masaje” (Risas).
A. S.: ¿Cuál es la formación actual de Coz?
J.M.: Enrique Ballesteros a la batería, Miguel Angel López a la guitarra y yo a la voz y al bajo. Y Eduardo Pinilla, que toca con nosotros como invitado cuando puede.
A. S.: ¿Después de tantos años de carrera qué es lo que más y lo que menos te gusta del mundo de la música?
J.M.: Yo que he estado en los dos lados del negocio, en mi papel de músico y de ejecutivo, puedo decir que lo que menos me gusta es la excesiva dependencia que tiene la música de la herramienta promocional. Hay mucho intrusismo en el mundo de la música. Lo que me gusta de este engranaje es que cualquiera puede acceder a la información y a la cultura.
A. S.: ¿Lo comercial está reñido con la calidad?
J.M.: No, lo que ocurre es que el juicio crítico medio es poco exigente. La industria siempre apuesta por lo más fácil. Frank Zappa nunca fue mayoritario pero tú lo sentías como mayoritario. Es compatible un producto de calidad y a la vez comercial. Intento tener sentido común y equilibrar ambas posturas.
A. S.: ¿Qué piensas acerca de la situación actual de la industria de la música?
J.M.: Como ejecutivo he tenido más éxito que como rockero. Fui vicepresidente de la SGAE. En aquella época decíamos que el modelo de negocio estaba cambiando pero todo el mundo seguía haciendo las cosas de la misma manera. Creo que hay un antes y un después del atentado del 11 S. La industria, que no estaba preparada para este cambio de mentalidad, le vendía al consumidor tres o cuatro veces el mismo producto. Primero le vendió el vinilo, luego el CD, después el DVD… Se ganó mucho dinero pero no se apostó por un modelo de futuro. Ahora, cuando el negocio agoniza, es cuando la industria se preocupa de renovar ese modelo.
A. S.: En época de crisis, ¿aflora más la creatividad?
J.M.: Yo creo que la creatividad está siempre, lo que están mejor o peor son los canales que posibilitan que esa creatividad se desarrolle.
A. S.: Si tuvieras que elegir una canción tuya, ¿cual elegirías?
J.M.: Siempre hablo de dos canciones dentro de la línea más conflictiva: “Bate de Béisbol“, una canción crítica que describe lo que a mí no me gusta, y “Capitán Araña” del disco “Revuelta“.
A. S.: ¿Y una canción de otro grupo?
J.M.: Me quito el sombrero con Santiago Auserón, “La Negra Flor” o “Semilla Negra“. También con las canciones de Joaquín Sabina. Hay una versión de Joaquín con Miguel Ríos titulada “Dama De Noche” que me encanta por su poética. De los cantantes extranjeros Don Henley, de The Eagles.
A. S.: Recomiéndame un disco.
J.M.: “Apocalipstick” de Sweet Little Sister. Me encantan los discos de Thin Lizzy y Phil Lynnott.
A. S.: ¿Y un libro?
J.M.: “Pura Anarquía” de Woody Allen. Me encanta leer a Arturo Pérez Reverte. Como primicia te diré que estoy escribiendo una novela.
A. S.: Por último, ¿que consejo le darías a los grupos que están empezando?
J.M.: Uno tiene que examinarse y preguntarse qué es lo que quiere hacer y que es lo que le gustaría hacer. La gente que empieza no tiene porque estar formada, uno se forma por el camino, pero sí tiene que elegir bien el camino.
Muchas gracias Juan. Un verdadero placer hablar contigo.
Texto y Fotos: AMADO STORNI