La expresión “leyenda viviente” en ocasiones se utiliza con demasiada despreocupación dentro de la escena musical. No en este caso, no si me refiero a Ken Hensley. Aprovechando que acaba de publicar su disco junto a Live Fire titulado Faster, el multiinstrumentista y vocal británico aterrizó en Madrid para pasar un par de jornadas de promoción en nuestra ciudad. Nosotros no perdimos la oportunidad de entrevistarle con la intención de charlar de manera distendida sobre su apasionante carrera profesional.
Tu nuevo álbum es totalmente fresco a la par que pasional y perfectamente marcado por todo lo que has vivido como músico. Se nota el complemento que significa una formación como Live Fire. Háblame de tu relación con los miembros del grupo.
Los conocí hace seis o siete años en un festival noruego y terminamos tocando algunos conciertos juntos. Conectamos muy rápido. Nos divertíamos actuando juntos así que planeamos cerrar algunas fechas más. Con los años hemos seguido haciendo pequeñas giras pero sin tener hasta ahora la oportunidad de grabar juntos, por lo que al firmar mi nuevo contrato discográfico llegó finalmente la oportunidad de entrar en el estudio con ellos. Para mí resultó totalmente excitante pues tenía una sensación muy especial con Live Fire; son sobradamente buenos en directo y tenía claro que pasaríamos un buen rato en el estudio, como así fue. Hacemos un magnifico equipo y es divertido tocar con ellos.
Entonces podríamos decir que sois una única banda, que les sientes parte total de tu propuesta.
Sí, absolutamente. Ya sabes que he sacado mis discos en solitario, que ahí está Blood On The Highway o el trabajo que estoy terminando ahora, y que seguramente salga el próximo año o el siguiente… Pero esto es algo diferente, es un disco parido por una banda. Yo llevé las canciones al estudio y allí los chicos crearon una energía que se apoderó de todo el trabajo.
Y centrándonos en este nuevo CD, Faster, ¿cuál crees que es el sentido final de la obra?
No sé realmente si se puede decir que exista un sentido o significado. Cuando entré en el estudio sí que tenía dos cosas en mente: quería hacer el disco a la manera en que acostumbraba a hacerlo en los 70, coger las canciones y a la banda y conectarlos, y luego pretendía tomar los cortes y aplicarles toda la nueva tecnología. Así que tenemos un discos clásico de rock pero sonando más contemporáneo. Creo que lo conseguimos. La gente de la compañía al oírlo me dijo que era un disco clásico para el tiempo actual, y eso está bien.
Escuché que hace casi veinte años te uniste a la Iglesia Presbiteriana…
Sí, fui miembro en su momento.
Y que te involucraste en los programas de música eclesiástica. ¿Qué sentiste con aquella experiencia?
Fue interesante pues tras salir Uriah Heep pasé un año en Inglaterra, tocando, y me encontré con la necesidad de dejar de actuar por un tiempo. Tenía que encajar y superar mis problemas personales, mis adicciones, los conflictos con mi ego, y puedo decirte que en aquel momento no sabía reconocer correctamente la persona que era. Me hice cristiano en 1993 y me gustaba ir a aquella iglesia; conocí a los muchachos que tocaban en la banda de allí y me invitaron a acompañarles. Al final resultó la vía para que volviese a tocar otra vez. Entonces compuse algunas canciones para aquel grupo de la iglesia, por lo que retomé la escritura y me dio por tanto un nuevo comienzo. Tras aquello sentí que necesitaba regresar de manera oficial a la música, sobretodo al sentir que me encontraba seguro y libre de mis problemas. Pero sería el regresar a la música a jornada completa lo que fue todavía más saludable para mí.
Antes citabas Blood On The Highway, un trabajo que me parece muy significativo.
Sí, fue excitante pues el concepto desde el primer momento era escribir canciones para completar un disco que tratase sobre la vida de una estrella del rock en los 70. Tomamos la decisión de utilizar diferentes voces pues en aquella década había grandes cantantes y músicos… No les pude conseguir a muchos de ellos, pues estaba interesado en Sammy Hagar, Alice Cooper, Steven Tyler; y el caso es que era imposible pues salían muy caros. Pero quería mantener lo de las diversas voces para que tomase cada una un rol y una temática dentro de ese concepto; así que contraté a Jorn Lande, a John Lawton…
Y, bueno, estaba Glenn Hughes, que realmente, como pasó con Lawton, era un punto claro de conexión con ese pasado que anhelabas.
Sí, Glenn Hughes, que vino a grabar como homenaje a lo que yo representaba para él y porque deseaba que tocásemos juntos. En fin, todo ello consiguió ofrecer un resultado con el que el oyente pudiese centrarse en cada parte de la historia. Lo cierto es que en su momento el sello discográfico no hizo mucho por dicho CD, pero en un par de años puede que lo tengamos reeditado y que cobre una nueva importancia.
Por cierto, y hablando de los 70, ¿qué te parecieron las reediciones de Uriah Heep para las que escribiste algunos textos explicativos?
Estaban bien, aunque esto depende de la persona que se encargue de la producción. Si únicamente los remasterizan, me parece perfecto; pero ya sabes… en ocasiones estos tipos se sienten totalmente entusiasmados y comienzan a remezclarlo todo, perdiendo así la grabación su personalidad original. Pero, qué quieres que te diga, hay gente que puede hacerlo y seguirá haciéndolo, por lo que no hay nada que pueda decir al respecto. Cobro mis royalties… (Risas) Y es eso, es que pueden meterle un delay o un reverb digital, al igual que otros efectos digitales que no existían en los 70. Resulta algo negativo. Las dificultades llegan cuando no controlas la propiedad de los masters, pues la compañía puede dar la llave a cualquiera mientras firme un contrato y pague el dinero convenido. No tenemos ningún tipo de control sobre aquello.
Has compartido escenarios con muchos cantantes pero, de todos ellos, ¿qué sientes cuando reacuerdas a alguien como David Byron? Para todos los que nos consideramos seguidores de Uriah Heep continúa siendo una leyenda.
David… David es mi cantante favorito de todos los tiempos pues no sólo fue un gran cantante, ya que de igual manera poseía una impresionante personalidad sobre las tablas. Pasé bastantes años de mi vida escribiendo canciones específicamente para David; de hecho, creo que todavía hoy sigo pensando en él cuando compongo. Es natural que lo siga teniendo dentro de mi mente, por lo que, sí, le echo de menos.
¿Y piensas que con los años ha salido algún otro cantante con su potencial?
Bien, es una pregunta interesante pues hemos intentado reemplazar a David, aunque aprendimos pronto que no se podía lograr… Sólo hay un ejemplar de cada uno de nosotros, somos únicos, así que fue más como aceptar una alternativa. Hay tipos ahí fuera que, en bandas tributo, tratan de copiarle, pero es totalmente imposible. Prefiero sinceramente seguir manteniendo a David como un buen recuerdo en algún lugar de mi mente y de mi historia, y reconocer que gente como él jamás podrá ser reemplazada.
Es que estamos hablando de una década mágica para la música rock.
Sí, lo fue, lo fue. No sólo nosotros, había muchísimas grandes bandas en aquellos días. Algunas de ellas, por suerte, siguen con vida, siguen tocando, así que es algo positivo.
Y es que la escena tenía a David Byron pero también a talentos como Freddie Mercury. Sólo hay que escuchar aquellos primeros LPs…
Por supuesto, todavía sigo pinchándolos en mi casa. En ocasiones hacemos el “día Queen” en nuestro hogar. Los sigo amando, aunque no todas las grabaciones de su discografía; pero hay que reconocer que tienen mucha música genial y que fue una tragedia, una lástima que Freddie muriese pues no volverá a haber más Queen —ya me entiendes lo que quiero decir—. Aunque lo mismo pasa si nombro a Gary Thain o a David Byron; de hecho, tras la muerte de Byron Uriah Heep ya no serían los mismos, no sonarían igual.
Saltando ahora a una etapa posterior a tu paso por Uriah Heep, ¿qué recuerdos te quedan de aquella unión con el conjunto de southern rock norteamericano Blackfoot?
Estuvo bien pero fue una locura. Terminó siendo algo un tanto difícil ya que me encontré con el problema de adaptar mi estilo al de ellos. El southern rock es muy directo, con una línea marcada y resultó un auténtico reto. En ocasiones lo pasamos de miedo pero en el fondo algo se estaba perdiendo.
Pero Siogo me parece un álbum más que subrayable, todavía fracturando el sonido que habían presentado en sus trabajos anteriores.
Ya, pero el problema residía en que la banda decía que quería plantear una ruptura en su estilo pero luego en realidad no lo ponían en práctica. El primer tour que hicimos con Molly Hatchet y The Outlaws fueron tres meses de banderas confederadas y Jack Daniel’s. Y yo no podía entenderlo. Les decía: «chicos, si queréis cambiar tenéis que cambiar». Al final quedó cual otra experiencia y aprendí algunas cosas de ellos.
Regresando a Uriah Heep, ¿cuáles dirías, de las piezas que compusiste para el conjunto, que son tus tres canciones favoritas?
Creo que ‘July Morning‘, ‘Paradise/The Spell‘ y ‘Rain‘… Pero es dificilísimo escoger unas sobre otras. Hay muchas canciones y razones que se ocultan tras ellas. Aun así, creo que las elecciones más obvias serían esas tres.
Para terminar me gustaría hablar de la Red de redes. Tú tienes uno de los portales oficiales más completos que se pueden encontrar en el mundo del rock, lleno de mucha información, las letras de todos los discos, entrevistas, etcétera. ¿Qué piensas de Internet?
Me gusta y paso una gran parte de mi tiempo metido ahí, ya que ahora los negocios de mucha gente se rigen por Internet. Creo que tiene cosas positivas y que gracias a la Red hay bastante más gente interesándose por la música, haciendo cosas, promoviendo nuevos grupos. Todo eso está bien, aunque existe la otra cara, la de no encontrar una vía para controlar Internet. No puedes apagarlo. Por ello creo que todos debemos trabajar allí siendo responsables. Ahora tenemos una generación de gente que no conoce nada más, ya que Internet se ha convertido en su manera de comunicarse, de aprender, de entender lo que les rodea, de todo. Por ello no hay que olvidar el pasado, pero debemos darnos cuenta que eso está ahí y que es nuestra obligación el tratar de darle un sentido saludable para los jóvenes. Me parece de locos ver a un grupo de chavales en el cual todos llevan puestos sus auriculares. No entiendo cómo se comunican. Sólo espero que la obsesión por Internet no les llevé a olvidar que existe una manera natural de relacionarse, de comunicarse, pues es importante también.
Texto: Sergio Guillén. Fotografías: África Paredes
Entrevista a Ken Hensley1 thought on “”
Muy buena la entrevista a Hensley, todo un libro de experiencia encima de los escenarios….Felicitaros por el reportaje…Tremendo.