Recogiendo y reinterpretando la tradición del jazz vocal de los años 20, los sevillanos O Sister! transportan a su público a la edad dorada del dixie con las canciones de sus discos Crazy People (2010) y Shout, Sister! (2012). Les abordamos antes de su primera actuación en el Café Central de Madrid, ellos son Paula Padilla, Helena Amado y Marcos Padilla a las voces, Matías Comino a la guitarra, Camilo Bosso al contrabajo y Pablo Cabra a la batería.
Un grupo de vuestro estilo no es muy habitual actualmente, ¿cómo y cuándo empieza esta historia?
Paula: A mí me apetecía hacer algo así, en 2007 empecé a pensar en el proyecto, primero con Helena y luego Marcos, pero sólo voces. En 2008 ya empezamos a montar canciones con Matías y al año siguiente decidimos grabar un disco, que es cuando se unieron Camilo y Pablo, que grabaron el primer disco como músicos invitados pero que luego nos gustaron y se quedaron (risas).
¿Cómo os llegasteis a encontrar entre vosotros?
Paula: Por conocidos, mi primo -que tiene un estudio de grabación- conocía a Matías y me habló de él, a Pablo le conocía de Maga y de otros grupos, le mandé un mail la primera vez que tocamos y él me dijo que le encantaba el swing y que quería tocar con nosotros. Y luego Camilo es el novio de Helena (risas).
Matías: Por resumir un poquito, éramos todos músicos de Sevilla, no especializados en este estilo, pero que nos gustaba, y nos pusimos a trabajarlo. A mí me gustaba mucho el jazz de toda la vida, nunca me había especializado en swing antiguo de los años 30, pero siempre me gustó, y me fui poco a poco metiendo en el tema. Empezamos a investigar, a formar una base que fuera un poquito sólida y constante. Luego para el disco quisimos añadirle esos colores tan típicos de esta música y de la época, un clarinete, un piano… y buscamos gente por toda España para hacerlo.
Camilo: Cuesta encontrar músicos que hagan esto, para grabar el disco vinieron un clarinetista de Barcelona, un pianista de Córdoba…
He visto que en algunos concierto también contáis con violinista y pianista…
Matías: Cuando tenemos oportunidad de convocar más músicos solemos contar con Ángel Andrés, que es el pianista que siempre nos acompaña, y con Miguel Romero, que es el violinista que ha grabado los dos discos. Encontrar gente que haga swing en Andalucía es complicado, en Madrid o en Barcelona hay más movimiento de músicos del estilo, tampoco muchísimos, pero hay más gente que puede estar conectada con esto.
¿El disco fue grabado todo en directo?
M: Sí, todo en directo. Creemos que esta música hay que grabarla así. Grabar esto por pistas independientes pierde toda la magia, el ritmo… se puede hacer pero queda algo demasiado plástico, no hay ese feeling que tienen los discos de esa época, con sus imperfecciones pero también con esa riqueza.
Con apenas dos discos habéis tocado un montón y en vuestros conciertos se nota que hay mucho trabajo musical y extramusical, ¿en qué momento O Sister! dejó de ser un experimento para llegar a ser algo serio?
Matías: Ocurrió cuando vimos que todos teníamos la misma ambición por el proyecto. Eso es algo que he notado en O Sister! que me gustó desde el principio, la implicación de todo el grupo. He estado en otros y siempre hay una persona que dirige y el resto se dejan llevar. En O Sister! todos intentamos aportar lo que tenemos a nuestro alcance porque queremos que esto siga para adelante, hay una energía por parte de todos.
Paula: A nosotros nos han venido las cosas así, tampoco esperábamos una respuesta tan buena del público, nosotros vemos que la gente se lo pasa muy bien, nosotros también lo pasamos bien y cada vez nos entran más ganas de tocar. Este es un grupo muy de tocar en directo, del contacto con la gente.
Matías: Nos realimenta eso. Hemos apostado por esto, vemos que gusta, que funciona, que tenemos capacidad para hacerlo, ¡pues vamos a volcarnos en ello!. Hemos dejado de lado otros proyectos que teníamos, ahora todos nos dedicamos fundamentalmente a la música.
¿Conocéis otras bandas que hagan vuestro mismo estilo de música o algo parecido?
Paula: Hay grupos de jazz vocal, pero tienen otro carácter, más exclusivamente vocal, de un estilo algo posterior, años 40-50, con un aire un poco más “cursi”, más pulcro…
Matías: …más crooner, más de big band…
Paula: …nosotros vamos más a los orígenes. Encontrar un grupo de dixie de un estilo como el nuestro y de tres cantantes es difícil.
Algo muy interesante de la música de esa época era el juguetear, el scat, el imitar instrumentos, el baile desenfadado… cosas que parece que se han perdido. Y vosotros os queréis situar justo ahí.
Camilo: Es un incentivo para desarrollar eso y recuperarlo.
Matías: Ese momento de la historia musical nos parece genial, por ejemplo, lo que hizo Louis Armstrong, el partido que le sacaba a jugar con su trompeta, con su voz, imitar sonidos… es algo que hay que volver a ello. A partir de esas ideas, los chicos (Paula, Helena y Marcos), que ya tienen una práctica vocal -cantan en coros de música contemporánea-, utilizan otro tipo de técnicas, recuperando y adaptando esos sonidos.
Camilo: Este grupo es un homenaje a The Boswell Sisters, y el tema de los efectos vocales se inspira y homenajea a esas chicas que experimentaban mucho con la voz. Es rescatar esa riqueza.
Paula: Sobre todo se trata de jugar y de romper el carácter serio. Parece que si haces música seria tienes que tener esa actitud, y nosotros somos más partidarios de ser naturales.
Matías: En los años 30 en la música había humor, era alegre, divertida, y después el jazz lo fue perdiendo.
Paula: En la forma de hacer un concierto creo que en algunos aspectos se ha ido hacia atrás, a veces te sorprende ver documentales y leer (sobre aquella época), porque parece mentira que tenían menos tabúes que hoy en día en algunas cosas. Había más libertad en el arte.
Camilo: Se ha perdido también mucho el callo de los músicos de estar tocando todos los días porque era lo que se hacía. Ahora con las grabaciones los músicos tienen menos oportunidad de curtirse en el escenario.
Pero esa libertad era un poco clandestina, en plena ley seca, amparada por la mafia…
Paula: ¡Vemos tanta similitud con lo de ahora! (risas), en los años 20 fue la liberación de todo, sobre todo en el tema de la mujer, nosotros homenajeamos mucho a la mujer músico y hubo una gran evolucion, las mujeres llevaban faldas más cortas, se cortaban el pelo, bebían, fumaban… y llegaron los años 30, la crisis y empezaron a censurarlo todo. Veo el reflejo de lo que está pasando ahora.
Para vosotros, que hacéis música para bailar, ¿llega a ser un problema tocar en sitios con todo el público sentado?
Matías: Cuando podemos intentamos adaptar un poco la situación, por ejemplo, en el teatro de la Alameda en Sevilla pedimos que quitaran las primeras filas de sillas, para que hubiera sitio para bailar.
Paula: En los conciertos que son sentados hacemos a la gente levantarse y parece que lo están deseando, aunque no sepan bailar. También nosotros depende del tipo de concierto hacemos algo más bailable o algo más teatral, más visual, que pega más que la gente esté sentada.
Vuestra imagen es totalmente de esos años, el vestuario, el peinado de Paula y Helena…
Paula: ¡Somos buenas peluqueras! (risas), es afición, si estás harta de ver películas antiguas te quedas con el estilo. Nosotras no teníamos ni idea de cómo se hacían unas ondas y lo aprendimos… tras muchas pruebas (risas).
Matías: Empezó un poco para meter a la gente en el rollo con lo visual y también que nos gusta.
¿Qué películas de esa época nos recomendáis?
Matías: Fred Astaire al completo, prácticamente todos los grandes clásicos de los 30 y 40 llevan música del estilo.
Paula: Nosotros hacemos temas de la película Calle 42.
¿Qué otros proyectos y objetivos tenéis para el futuro?
Matías: A partir del año pasado surgió la idea de ampliar los horizontes con O Sister!, como hacer dos conciertos para bailarines de skip en un salón de baile, y nos gustó mucho. También seguimos con la investigación de la época, es un repertorio bastante desconocido, canciones antiguas que no se han vuelto a hacer la mayoría de ellas, y eso también fue un incentivo para nosotros, rescatar esos temas que están un poco olvidados, transcribirlos, armonizarlos para tres voces, darle nuestro toque y nuestros arreglos. Y funciona genial, a la gente le encanta. Intentamos expandir O Sister! un poquito, que no sea sólo tocar e interpretar, sino también aportar. Es un proyecto grande que a ver si lo podemos abarcar y hacer posible.
La palabra “jazz” da un poco de miedo a los no iniciados, y hay mucha gente que empieza con él gracias a gente como vosotros, que ayuda a su divulgación.
Camilo: Es la manera más natural, empezar con Count Basie, Louis Armstrong, The Boswell Sisters… la música, como cualquier lenguaje, va entrando poco a poco.
Paula: Además el jazz que nosotros hacemos es de donde surgió luego el rock and roll, por ejemplo, es la esencia. Entonces era la música popular, lo que todo el mundo bailaba, y queremos devolverle ese carácter.
Matías: Mucha gente no se ha planteado nunca que esto que hacemos también es jazz, lo escuchan en películas antiguas o de Woody Allen… pues eso es la primera parte del jazz, la gente que a lo mejor no estaba tan metida en el jazz o había escuchado el más moderno, que es un poco más dificíl que le guste de entrada a los no iniciados, pues descubre el jazz primigenio y luego van escuchando otras cosas y enarbolando la historia del jazz: el dixie, el swing, el bebop…
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