Para los que aún no os conozcan, contadnos: ¿Quiénes son Vintage y qué representan con su música?
Vintage son cuatro amigos que se unen para expresarse como mejor lo saben hacer: tocando en una banda de rock. Hundimos nuestras raíces en los clásicos de finales de los 60 y los 70, envolviendo al mismo tiempo de modernidad nuestros temas, porque no renegamos de ser hijos de nuestro tiempo.
Aunque La Próxima Huída es vuestra obra más actual, ya habías publicado otro trabajo en larga duración. ¿Qué cambios se puede encontrar el oyente en este nuevo álbum con respecto a vuestro anterior CD homónimo?
En nuestro álbum debut, de título homónimo a la banda, sentimos la necesidad de tratar los temas de manera minuciosa, creando atmósferas con capas de sonidos, con numerosos arreglos… Fuimos bastante preciosistas con cada uno de los temas.
En La Próxima Huida, por regla general, la canción es una explosión espontánea, contundente y directa al oído y al pecho de quien la escucha. Esto se nota en la producción y en la composición. Las dos son formas sinceras de expresión, pero corresponden a momentos distintos, tanto global como personalmente. Estamos en días en los que hay que ser claro y conciso, no hay tiempo que perder; queremos que se nos conozca y se nos comprenda con la primera escucha a ser posible, porque tenemos muchas cosas que decir.
Centrándonos ahora en lo que es el sonido de Vintage, ¿existe alguna referencia ya en el mercado que creáis es fundamental para entender la evolución que ansia el conjunto con cada nueva canción?
Mmm… la verdad es que no. Somos cuatro melómanos con gustos muy diferentes, dentro de una base rockera común. Las influencias de cada uno se ven reflejadas en la banda, también en lo que al sonido respecta. Aunque, ahora mismo, con La Próxima Huida, podríamos decir que nos alineamos con los grupos que quieren sonar en el disco como en el directo. Una guitarra rugiendo por cada canal, una base rítmica golpeando el pecho y una voz gritando verdades, aunque sólo sean personales. Las diferencias las marcarán la creatividad de cada uno, las manos y las voces de cada uno.
Vintage no se ciñe al rock convencional, en vuestros discos hay una visión abierta. ¿Surge cual mero desliz de vuestros gustos primeros como oyentes o por una meta impuesta inicialmente en favor de la diversidad?
Lo que nos imponemos es no tener prejuicios; somos totalmente autoproducidos y eso nos da libertad absoluta para hacer lo que nos da la gana. La verdad es que en ocasiones nos hacen sentir que estamos en tierra de nadie… entre lo comercial y lo no comercial; entre el rock melódico y el hard rock canalla. Pero no nos acompleja, ¡nos encanta! Sería muy aburrido que de una primera escucha quedara clara la etiqueta. Hacemos rock, y punto. Los estados de ánimo nos harán fluctuar entre la despreocupación y el compromiso, entre lo trivial y lo extraño.
Desde vuestro EP de 2009 hay un nuevo fichaje tras la producción de Vintage. ¿Cómo entra en vuestras vidas Jorge Escobedo?
En 2009 tuvimos una mala experiencia con una discográfica; pero no hay mal que por bien no venga. En un concierto organizado por el sello, coincidimos con Jorge Escobedo. Hicimos buenas migas, hablando toda la noche de música y conectando bastante bien. Al mes abandonamos la discográfica y se nos ocurrió llamarle y proponerle que si le apetecía trabajar con Vintage, para nosotros sería un placer. Le gustó la idea y hasta hoy. En primer lugar, como dices, con el EP Musueño, remezcla y remasterización de cuatro temas extraídos de nuestro primer álbum; y ahora con nuestro último disco.
¿Cuál es el tema que más os ha calado de este último álbum? Y hablando un poco de los directos, ¿cuál el que os apetece más interpretar sobre el escenario?
Uff… yo creo que no hay uno que nos haya calado en especial, sino muchos… o todos. Cada tema es un estado de ánimo, y nos cala según el momento del día más uno u otro.
Y casi lo mismo a la hora de interpretarlos. Quizás, por el desarrollo normal de lo que tiene que ser un directo, una sucesión de emociones que van creciendo en intensidad, los últimos temas de los conciertos son en los que nos vaciamos y en los que la energía del público se funde más con la nuestra.
En La Próxima Huída el comprador puede toparse con ‘Despacio II‘, una suerte de segunda parte del tema que cerraba el primer trabajo. ¿Cuándo sale a flote la iniciativa de darle continuación a aquella creación ya publicada en 2008?
El “comprador” o el “descargador”. (Risas) Os recordamos que está en descarga libre sólo con el registro en nuestra página oficial. La verdad es que armónicamente se parecen, son temas muy arraigados en el rock clásico y en el blues. La nueva composición nos fue llevando hacia esos sitios comunes; al ponerle la letra también ocurrió algo parecido… este canto a la mujer, femme fatale o no, a la locura de lo carnal, no sólo se parecía a ‘Despacio I‘ sino que lo completaba, como si algo hubiera quedado pendiente. Conscientes de ello, lo normal era darles una secuencia incluso en el nombre.
Se hizo una grabación en vídeo para ‘Musueño‘. ¿Hay en el horizonte nuevos planes de rodar algún otro clip promocional de vuestra música?
¡Claro! El lanzamiento de La Próxima Huida va acompañado del vídeo del primer single, ‘Ven’, dirigido por Carles Lázaro para 4Crits. Del rodaje nos quedó un recuerdo inmejorable. Está teniendo mucho éxito en las televisiones como Sol Música y también en Youtube, donde ha alcanzado las 20.000 reproducciones en muy poco tiempo. Creemos que es una muy buena fórmula, tanto de seguir con la creatividad como de tener otra arma de promoción impactante capaz de atraer al público hacia nuestra música, al vernos cómo la sentimos y cómo la comunicamos.
Si vuestras composiciones fuesen banda sonora de un largometraje fílmico para la gran pantalla, ¿en cuál os gustaría que apareciesen?
En el largometraje que contase la historia de Vintage. (Risas) ¡Sería la leche! ¡Seríamos tan grandes como los Doors! (Risas)
Queríamos daros las gracias por dejarnos pasar este rato con vosotros y con vuestros lectores. Esperamos veros pronto en algún concierto compartiendo emociones. Un abrazo a todos.
Texto: Sergio Guillén