¿Qué fue lo primero qué pensaste cuanto te propusieron hacer este libro? “Qué marrón…”.
No te voy a engañar; por un lado sí pensé “qué marrón”. No sabía a qué me enfrentaba, realmente. A día de hoy lo sé, y lo habría hecho y lo volvería a hacer, me pareció muy bonito, enriquecedor y maravilloso. Pero cuando Alex me manda el mail, lo primero que pensé fue “Caray, cuidado, que esto no lo hago mañana en una tarde”. Es un proyecto. Además, ahora sé que tanto a Alejandro como a mí no nos gusta hacer las cosas a medias, y sabía que si decía que sí era para ir a tope, hacer una buena selección, darle vueltas, que no fuese algo que no se hiciese con cariño. Y en ese sentido se hizo como lo imaginaba y costó tanto como había proyectado, pero fue finalmente hermosa la experiencia.
¿Por qué has elegido esa canción como título, “El asaltante de estaciones“? ¿Te describe o describe el libro?
Creo que la idea de la canción se podía aplicar al libro en el sentido de saltar de un lugar a otro, y no solo en el espacio sino también en el tiempo. Se pasa de cosas de los 17 años a los 35, y creo que ese título lo reflejaba bien. Al mismo tiempo, al ser una canción que es la última de mi último disco [Atlántico, 2012] me parecía que era bonito dejar también constancia de que, ante todo, era algo que tenía que ver con la actualidad. Podría haber puesto una de mi primer disco, sin embargo puse una del último. Es un repaso del pasado hasta el presente, incluyendo la actualidad.
¿Eres ordenado, tienes todo localizable? ¿O también fue un marrón porque tenías que rebuscar mucho?
Tuve que rebuscar bastante, y en ese sentido fue muy bonito reencontrarme con gente del pasado. Por suerte, mi madre guardaba muchos artículos de prensa, y de ahí tiré bastante, algunas cosas que tenía yo puntualmente, algunas que recordaba… Tuve que hacer un gran ejercicio de memoria. A medida que íbamos trabajando y le iba mandando cosas a Alejandro, las primeras que recordaba y que sentía que podían servir, claro, al estar en esa vorágine, te vas acordando de otras, un día pensando por la calle, en el metro o en la ducha. Todo así, una cosa te lleva a la otra y, finalmente, “With a little help from my friends and family”, pudimos recopilar lo suficiente e incluso un poco más.
Al rebuscar, reencontrarte con gente… ¿Qué experimentaste? ¿Sorpresa, alegría, tristeza…?
No, todo bueno. Lo que me pasó haciendo el libro fue que me obligó a repasar mi carrera y tomar cierta perspectiva de lo que había hecho. Me obligó también a bucear en ese pasado más lejano que tenía quizás un poco más olvidado, lógicamente, y reencontrarme con gente con la que me tuve que poner en contacto para recopilar información. Por ejemplo, Ramón Saleta, el batería de Elephant Band, estuvo en la presentación del libro en A Coruña, hacía mucho que no lo veía y fue muy bonito verlo, con un crío, su mujer y tal. Un fotógrafo de ese momento, gente que había hecho el club de fans de los Covers, gente que había hecho un artículo para el primer disco de Deluxe… No solo es el reencuentro, sino también lo que supone: yo acordarme de ese momento, de cómo era yo y darme cuenta de que, a pesar del paso del tiempo y mucho cambio aparente, creo que hay un tronco, una esencia que permanece desde la primera vez que hice una canción hasta hoy en día. Y quizás tiene que ver con una personalidad, una búsqueda que en el fondo sigue siendo la misma.
Por ejemplo, hay un texto muy gracioso que escribiste para el dossier de los Covers. Tú mismo comentas antes de reproducirlo, “Me parto”.
Claro. Hicimos el mismo ejercicio con las fotografías. En ningún momento renegué de mi pasado, al revés, me siento muy orgulloso e incluso identificado con muchas cosas. Pero había que pasar ese momento de pudor. Yo era así, más naïf, pero era un chavalín, y un chaval de esa época. Creo que hoy en día, un chaval con 17 años sabe ya latín; tiene mucha más información y acceso directo a todo lo que pueda pretender. En esa época, primero tenías que saber lo que querías y luego tratar de conseguirlo, que era muy difícil. No solamente algo tan superficial como la ropa, que para mí en ese momento era muy importante, sino también la música, los discos o gente que se pareciera a ti. Nos comunicábamos a través de fanzines o cartas, todo era muy romántico, pero porque era complicado, y no creo que sea mejor. Probablemente sea mejor tener 17 años ahora, no sé.
¿Y ese concierto del MTV Day (en 2004 junto a Coti, La Oreja de Van Gogh, etc) donde parte del público te describía como “el raro”?
Yo tenía la idea de que la gente al menos podía elegir. Yo era muy fan de Los Flechazos y los conocí por el movimiento mod, pero la gente de mi clase los conocía por la radio. A mí me encantaba, porque me identificaban y me decían, “Ah, tú vistes raro porque te gustan Los Flechazos“. Me sentía comprendido. Entonces, en ese momento, cuando toqué en el MTV Day, pensaba que si había 15 personas interesadas en una música diferente a la que les proponía la radiofórmula, ya era mucho. Creo en la diversidad musical, en que cada uno pueda elegir qué escuchar, y pensaba que había que hacerlo desde dentro. Qué mejor que tocar en el MTV Day, y además en Las Ventas, donde había tocado uno de mis grupos favoritos, los Beatles.
Repasando todo este material, textos, listas que te han pedido, etc, ¿qué es lo que más pereza te ha dado hacer?
Lo que más pereza dar es escribir en un formato que no es el habitual. Puedo escribir versos para canciones casi por deporte, podría hacerlo ahora como juego. Hacer listas de tus discos favoritos y tal, bueno, soy muy fan de la música… De hecho, creo que, el libro, más que biográfico, recoge las declaraciones de un melómano. Me he dado cuenta de lo importante que es la música en mi vida y la pasión que le pongo. Yo mismo cuando leí el libro entero, pensé, “Joder, cómo me gusta la música y cómo me ha ayudado en la vida”. Y eso me pone contento, porque me ha ayudado mucho con 14, 15, 16 años y me sigue ayudando con 36, y es algo que supongo que me acompañará hasta el final, es emocionante. Cuando yo hago canciones y la gente me dice que le gustan, yo también pienso en que se deben de sentir un poco como yo cuando escucho las canciones que me gustan. Hacer del mundo algo un poco mejor, si se puede, me parece bonito.
¿Y más entretenido que escribir reseñas, por ejemplo?
Depende. Te decía que me da un poco de pereza porque no tengo las herramientas que puedas tener tú, me supone más esfuerzo. No quiere decir que uno luego no se quede contento con lo que escribe e incluso se dé cuenta de que debería escribir más. Me pasó con el libro. En un principio pensé que esto iba a tener tela, me resultó relativamente difícil, pero al mismo tiempo la satisfacción es total. Nunca lo hubiera imaginado y, de hecho, si no me lo propone Alex, yo nunca había pensado hacer un libro. Al final tienes una sensación de placer y de cierto orgullo incluso.
¿Qué criterio aplicaste para seleccionar el material? ¿Cogiste ideas de las primeras entregas?
Sí, Alex me pasó su libro y los de Fernando Pardo y Felipe Spada, y eso me ayudó a la hora de buscar. Le propuse cosas diferentes, como meter letras de canciones, e hicimos un brainstorming muy interesante. Y hubo muchos, muchos mails. Creo que es de recibo decir que gran parte del mérito es de Alejandro, que ha podido sacar de mí lo que yo podía ofrecer. Necesitaba un punto de objetividad, y ahí entraba él, porque había cosas chulas a las que yo no daba tanto valor, otras que se repetían. Fue una especie de productor, pero de un libro.
¿Qué idea querías transmitir al lector, un fan interesado en conocerte más?
Yo quería que fuese muy transparente porque creo que yo soy así en la vida real. Quería que quedase constancia de todo: lo bueno, lo malo, lo raro, lo popular, lo naïf, el éxito, el fracaso, etc. Todo lo que forma parte de una carrera y de una vida, al fin y al cabo. No está todo, pero lo que hay es de verdad, lo suficiente como para entender el libro casi como una biografía, porque finalmente te puedes hacer una idea de toda mi carrera desde un lado muy particular y circunstancial. Pero no es una biografía al uso porque no está todo lo que tiene que estar.
Pero está el pregón que leíste en las Fiestas de Santa María Pita 2013 en A Coruña, algo muy personal.
Entiendo que la gente que se va a acercar al libro es gente que me sigue y conoce mi música bien. A partir de este libro, con cosas como el pregón, donde yo hablo desde un punto de vista muy personal de mi vida, mi infancia, mis viajes, etc, creo que mucha gente entenderá mejor mis letras, por qué digo “aquel viento del norte” en “Buenos Aires” — tema incluido en Atlántico – por ejemplo. Funciona como algo independiente, pero creo que además es un gran complemento para entender mejor el universo de mis canciones.
¿De qué artista te gustaría ver un libro de este tipo?
Te diría que casi de todos. De los músicos que Alex ha elegido hasta la fecha, conocía y seguía a unos más que a otros, con algunos pude tocar, pero todos me resultaron interesantes. Me di cuenta de que había cosas que me interesaban y que yo no sabía que me interesaban. Es muy interesante entender el contexto de la gente. En ese sentido los guiris nos han vendido muy bien la moto, nos han vendido libros de sus artistas desde el principio. Si hubiéramos hecho lo mismo con la música española… Conocer más a un artista es quererlo un poco más, darle un valor, y creo que estos libros van a favorecer mucho a nuestra música. Hay gente que igual se plantea sacar su propio libro y no se anima, dado que esto es una colección con un formato un poco estricto. Es una idea conceptual muy bonita y necesaria y ojalá se extienda hasta el infinito, porque creo que todos los compositores de este país tienen algo que contar.
Y tras esta experiencia, aunque no sea lo mismo, ¿te animarías a escribir una novela?
En principio no. Claro que me encantaría, siempre digo que a lo mejor me podría haber dedicado a otra faceta artística. Pero me centré en la música, me siento muy cómodo en ella y reúne muchas cosas que busco, porque me encanta escribir pero también me encanta bailar, me gusta tocar la guitarra y moverme, necesito también lo físico. Si solo fuera fotógrafo me sabría a poco, pero me involucro mucho en las fotos de mis discos y en los videoclips. Creo que el mundo de la música es muy rico, al final engloba todas los artes y eso lo disfruto mucho. Pero tanto como para atreverme a escribir una novela, no, pero porque no le he dedicado tanto tiempo a esa faceta. Me gustaría, pero no tengo las armas necesarias.
Un libro que remite a la actualidad, a Atlántico, que se reedita en vinilo. Aunque ya nos vamos acostumbrando, ¿no te sigue chocando esta demanda?
Sí, pero hay que entender la reedición en vinilo como un fetiche. Es para la gente que quiere ver la portada en grande, porque los que venimos de escuchar vinilo sabemos el valor artístico que tiene una portada de vinilo, está a años luz de la portada de un cd y creo que el diseño de Atlántico bien lo merece. Yo lo tengo colgado en mi estudio, en uno de sus marcos para vinilos; está claro que la portada grande es un aliciente. Por otro lado, creo que suena mejor el vinilo, aunque es verdad que la diferencia no es tanta como para que la gente vuelva a escuchar vinilos. Pero si hay 300 tipos que lo quieren, que por lo menos puedan acceder a él.
Y con esta nueva gira a la vista, ¿se cierra la etapa de Atlántico? ¿Tienes idea de hacia dónde va la siguiente?
Yo no siento que cierre etapas. Es el mismo tren que sigue viajando, no considero que me baje de un tren y suba a otro, es el mismo pero con diferente paisaje.
Atlántico seguro que va a estar presente en el próximo disco, pero seguramente también estará presente todo mi pasado musical. De todo ese crisol saldrá una nueva cucharada, y el toque que le demos en el plato y cómo lo presentemos es probablemente lo que definirá el nuevo disco, pero finalmente todo sale del mismo lugar.
¿El libro te ha dado ideas para tu próximo disco?
Estas cosas condicionan. Uno escribe y plasma en un disco lo que le pasa en la vida. Este libro me ha condicionado, obviamente me condicionaron mis viajes en Atlántico. Llevo dos meses viviendo en Madrid, entonces tengo canciones que todavía son de la época americana, aunque posteriores a Atlántico. Algunas las compuse en A Coruña sobre cosas que me pasaron cuando fui allí, ya que en estos últimos dos años todavía estaba viviendo en Buenos Aires, pero ya pasaba meses en Coruña, en los que me reencontré con mi ciudad de origen; no vivía ahí desde los 18 años. Y lo que me está pasando ahora en Madrid es también una vuelta a una ciudad en la que viví casi 10 años, entonces creo que el próximo disco va a ser un triángulo entre esas tres ciudades. A lo mejor debería enfocar el título hacia ese lugar, algo que refleje esas tres circunstancias.
Puedes consultar las fechas de la gira de Xoel López aquí.
Texto: Beatriz H. Viloria
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Como reza el título de la entrevista, conocer al artista es quererlo, un poco más. A veces es necesario conocer la vida e idiosincrasia del autor para comprender su obra pero no podemos olvidar que eso se asemeja bastante a cuando te explican un chiste: comprendes su elaboración, valoras el esfuerzo creativo y generas un pequeño sentimiento de admiración hacia el creador de manera incosciente pero... pierde completamente su gracia y la chispa de ser tu mismo el que le encuentre el sentido.