Si con “Tucson-Habana” (Pias, 2010) Amparo Sánchez dejó atrás Amparanoia embarcándose en un viaje con escalas, con “Alma de cantaora” (Kasba Music, 2012) regresa a casa para deshacer las maletas y revisar lo que ha sido una hoja de ruta enriquecedora a la par que interesante. Ha llegado fortalecida por la experiencia y por las enseñanzas de la Abuela Margarita, mujer indígena que ha copado parte de la siguiente entrevista, donde, además, se habla de música, sentido común y educación por la cultura y el poder de cada uno.
¿”Alma de cantaora” sería el contrapunto a “Tucson-Habana”? Hago esta pregunta porque creo que el primer disco fue el viaje, mientras que esta segunda entrega es la llegada a casa para deshacer las maletas.
¡Es una buena apreciación! (Risas) Podría ser así. “Tucson-Habana”, aparte de estar en un momento de mi vida en el que nacen una serie de canciones bastante nostálgicas, melancólicas y tristes, también había una necesidad de romper con lo que había hecho hasta ahora. El objetivo era no hacer nada que se pareciera a lo que había hecho antes, y con este álbum ya no está intención. Quizá hay una reconciliación con todo el trabajo anterior. También hay un cariño por parte del público que me sigue y que respeta mis decisiones viniendo a mis conciertos. Público que, por otro lado, se pone muy contento cuando toco alguna de Amparanoia. Realmente, es un álbum como tú dices; de mirar hacia adentro. También de ser sincera y honesta con el momento en el que me encuentro. Con el otro álbum también fue así, pero respecto a mi trayectoria anterior; sí que ha habido una reconciliación que está presente en este disco.
Hablas de reconciliación, pero sin desacuerdo anterior, no hay una reconciliación presente.
Claro, cuando decido cerrar el proyecto para empezar a firmar mis trabajos como Amparo Sánchez, no quería hacer nada que se le pareciera a lo que ya hubiera hecho. Huía de algo que se le pareciera.
Pero aunque huyas, “eso” va a estar ahí cuando vuelvas. Es como el que huye de los problemas.
Es que tampoco me salían canciones muy alegres por esa época, la verdad. Durante la época de Amparanoia también hice canciones muy tristes (como ‘La fiesta’), pero según la instrumentación, yo les daba la vuelta hacia algo más alegre. Por eso, en “Tucson-Habana” no existía esta intención de que fueran alegres. Esa es la diferencia. Pero por una necesidad de reafirmarme, tenía que dar ese paso. En “Alma de cantaora” ha pasado el tiempo, y me gusta mucho la senda que empecé a nivel de ambientación de esa música que te lleva hacia otros lugares. Ya no me importa que haya un cajón en un tema, por ejemplo.
Pero musicalmente hablando, ¿cuántos músicos erais en “Tucson-Habana”? Me consta que bastantes.
Pues había parte de Calexico (John Convertino, Joey Burns y Jacob Valenzuela). Después, por mi parte, estaban Jordi Mestres (contrabajo), un músico con el que he hecho este disco prácticamente con él. Eso por parte de “Tucson”. Por la parte de “Habana” se unieron: José Alberto Varona (trompeta), Óscar Ferret (piano)… Y bueno, luego hubo más colaboradores.
No, no, ninguna intención (risas). En realidad, no había intención de invitar a nadie. Es que si hubiera planeado hacer este álbum con estos colaboradores desde un principio, no me habría salido. Si tú te paras a pensar en que toda esa gente tiene que estar en el disco, te agobias y a lo mejor no pueden en ese momento. Es difícil pero bonito a la vez por haber encontrado ese momento de poder estar ahí todos. Son gente muy importante para mí, como Omara Portuondo cuando grabó ‘La Parrandita de las Santas’ en el otro disco. Con Arianna Puello, por otro lado, hay una amistad de muchos años, así que ese tema en concreto (‘La flor de la palabra’) me apetecía que ella lo engrandeciera con su manera de expresarse. Con Bebe también había muchos deseos de hacer algún día algo juntas. Un día, de pronto, yo tenía ‘Fuera fiera’, hablé con ella por otros temas, y salió lo de la colaboración porque sabía que esa canción le iba a encantar.
Bueno, también sabían que andas con algo entre manos.
Claro, la gente que estaba en contacto conmigo sabía que estaba preparando algo, y algunos, como Jairo Zavala (DePedro), tienen que estar siempre. Él no puede aguantar no estar en un disco mío y a mí me encanta que esté (risas). En este caso él hizo la música y yo la letra de ‘Mujer, levántate’.
¿Y Muerdo? Se hace contigo la canción ‘Vueltas’.
Muerdo es un joven cantautor por el que tenía muchísima ilusión en compartirlo y en darlo a conocer en este disco. Creo que ya hemos hablado de todos, pero sí, son gente muy especial para mí.
Ha sido un cúmulo de casualidades porque te ha salido bien “la jugada”, la verdad.
Ha ido surgiendo. Todo se ha grabado ahora, en estos meses anteriores al disco, excepto el tema con Caléxico (‘Muchacho’) y el de Howe Gelb (‘Free day’), que son canciones que he recuperado del 2007. ‘Muchacho’, porque nos gustaba mucho pero que se quedó fuera en su momento. Justamente, cuando estaba terminando de grabar este disco, Caléxico estaba terminado el suyo. Con Howe Gelb, lo mismo. Tenemos una muy buena amistad y mucho cariño. Fue maravilloso el encuentro que tuvimos el día que grabamos ‘Free day’. Yo escribí la letra, él hizo la música… y es que es tan bonita, que no quería que se quedara fuera. Pensé que estas colaboraciones deberían estar porque entraban dentro del concepto acústico y me parecía tierno.
Y para tierno y simbólico el speech de ‘Despertar femenino’ de la Abuela Margarita que suena en ‘Alma de cantaora’. Pero merece la pena ver la entrevista entera.
Totalmente, es algo precioso. Además, ella dice que si lo cantas muchas veces te lo crees. Creo que lo mejor es no tener miedo. Son frases que me han dado muchísima fuerza. Conocer a la Abuela Margarita y haber intentado aprender cómo ella vive la vida ha sido una gran experiencia. ¡Cuando entró al consejo de ancianos indígenas era la única mujer! Es increíble. Es tan luchadora, tan valiente… y para mí, ella tenía que estar. De hecho, siempre animo en los conciertos a que la gente busque esa entrevista en YouTube porque creo que es una persona realmente muy necesaria.
¿Has llegado a conocerla en físico?
Sí.
¿Cómo fue el encuentro?
Fue en Julio. Yo ya había grabado el tema e intentaba contactar con ella, pero hay como muchas páginas webs falsas que no son de ella. Empecemos porque ella vive en una comunidad indígena. Está a 4 horas de Guadalajara y vive en su mundo, pero 2 o 3 veces al año viene a Europa para dar charlas o conferencias, aunque siempre termina cantando. Me encontraba tocando en Argelia cuando un amigo me llamó para decirme que era el último día de la Abuela Margarita en Barcelona. ¡Mi amigo estaba con ella y yo tenía que conocerla para, además, tener su permiso por haber incluido su voz en la canción! Entonces, llegué de Argelia y fui directamente a la casa donde ella se quedaba. Fue un encuentro súper mágico. Le gustó, lloró cuando escuchó su voz en el disco… Fue maravilloso. Me ha dicho que estará dispuesta a cantar conmigo si yo lo deseo.
Dice, también, que el femenino (tanto en el hombre como en la mujer) es el amor. Pero no siempre es el amor como la sexualidad, sino la disposición para amar. Algo muy necesario en estos días de guerra donde no hay una unión fraternal.
Por supuesto. Lo que pasa es que existe esa unión y es real, pero la información que nos llega habla de todo lo contrario: odio, muerte, destrucción, radicalizaciones, miedo a lo desconocido, violencia… Pero lo otro existe también aunque parece que no se le quiere dar tanta publicidad.
La gente está acostumbrada a la violencia, desde luego.
Bueno, es que es lo que te digo: el mensaje que llega desde los medios de comunicación, la incultura y el no haber viajado. El miedo a lo desconocido y el miedo a otras culturas que no entienden. Quiero decir que con todo eso se juega con el miedo que llega a la gran mayoría de la gente. Entonces, la historia del amor, que el poder está dentro de nosotros, en la naturaleza y el hablar del amor… son cosas que no interesan realmente. Es algo que está oculto, pero está. Esto se explica en ‘La flor de la palabra’, porque la voz de la palabra y del silencio no muere, están ahí, lo que pasa es que no quieren que lo sepamos.
Puede ser que tampoco haya ganas por buscarlo.
Hay demasiada información. Estamos cada día más individualistas y alienados con el teléfono, el ordenador… viviendo una vida virtual. Es lamentable pasar por una terraza y ver que hay más gente con el móvil que dialogando. No interesa el diálogo, no interesa el intercambio de opiniones ni de emociones… Nos quieren hacer ver que interesa lo que no haga pensar y te tenga distraído.
Quiero volver a otra cosa que dice la Abuela Margarita y que tiene que ver con esto que estamos hablando: los ciclos y la ceremonia de la vida. Que uno, a los 52 años, cierra un ciclo y vuelve a su niñez.
Sí. Eso es algo de los calendarios mayas que su abuela y los indígenas de Florida le han contado. Cuenta lo que ella sabe, pero no es consciente de que esto está en un documento que atestigua que a los 52 años, según los mayas y las 13 lunas, el ser humano vuelve de nuevo al principio. Por eso ella dice que a esa edad nuestros hijos son todos, ya no solamente los que hemos criados. Es muy interesante.
La maternidad universal…
También dice que durante miles y miles de años la mujer era considerada igualito que el hombre y que nunca se envenenó la tierra. No era así siempre, pero desde hace un tiempo sí lo es. Ella habla de la igualdad, pero cuando habla del poder de lo femenino insiste mucho en que no habla de la mujer, sino de la humanidad, tanto a hombres como a mujeres. Que el hombre deje el lado de la violencia, las guerras, el odio y que se agarre a lo femenino, que es el amor, el dar, la generosidad, el compartir…
¿Y eso puede estar mal visto?
Creo que cada vez hay más hombres que logran desarrollar ese lado, afortunadamente. Como muchas madres que estamos educando a nuestros hijos para que no renuncien nunca a su lado femenino para que lo exploten y lo saquen fuera. Llevamos un tiempo en el que estamos empezando a educar a los hijos de esa manera. Piensa que antes se educaban por lo que veían en casa, pero desde la independencia laboral de la mujer, muchos hijos han ido desarrollando esa educación por lo femenino. Aunque a nivel de los institutos, te encuentras machismo dentro de la propia chica. Cosa que me parece increíble.
Pero estamos yendo a mejor, parece.
Hay muchos extremos. No podemos decir que vamos por tal o cual dirección porque hay diferentes direcciones. Yo intento mirar en la dirección de las cosas positivas, tanto en alimentación, ecología o educación. Todo lo que sea diferente, que aporte para que nos haga experimentar, bienvenido sea porque pondré mi mirada ahí. Si pongo la mirada en lo otro, en lo negativo, me deprimo, como todo el mundo. Tenemos que dejar de decir que esto es una crisis porque en realidad estamos en una guerra económica. Van a por nosotros y tenemos que buscar la salida.
Deberíamos centrarnos en buscar la solución y no perder el tiempo centrándonos en la culpa.
Y también es muy bueno aquello de “piensa globalmente, pero actúa localmente”. Ya no podemos decir cómo está la cosa en mi país o en el país de al lado. No, vamos a mirar cómo están las cosas a nivel global porque es todo lo mismo. Estamos en el mismo barco y en el mismo planeta. Pero hay que actuar localmente porque lo veo necesario e importante. Esa es mi fuerza. Tengo la suerte de estar en la música, que es algo que me ha permitido conocer muchísimas asociaciones y conocer también a gente que dedica su tiempo libre a ayudar a la gente. Gente que realmente son héroes, pero son anónimos. En cambio, los héroes, ahora, son los futbolistas.
Pero está claro que para esos “héroes anónimos” el objetivo no está en la fama, sino en ayudar a la gente.
Por supuesto. Mucha gente que conozco que ha ido a ayudar fuera, ha vuelto diciendo que ha sido esa gente la que realmente les ha ayudado por haberles descubierto muchísimas cosas que desconocían, como mostrarles que uno es fuerte y no débil. El que da, recibe, está claro.
Evidentemente. En muchos países desconocen nuestros “lujos” y son felices aún así.
No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Nosotros nos hemos cargado de demasiadas necesidades, pero si vamos a la verdad, no necesitamos tantas cosas para ser felices. Si tu estancia en La Tierra se terminara en 3 minutos, no te ibas a poner a mirar cosas en Facebook. Lo que de verdad nos importa, no es material. Este sistema caerá para que nos demos cuenta de ello, pero lo tendremos que afrontar.
Vamos, justamente lo que dices: “soy el presente, soy el ahora”.
Sí, totalmente.
Texto: Carlos H. Vázquez.
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