Entrevista con Bye Bye Lullaby “Quizás el hecho de no tener etiqueta sea nuestra mejor etiqueta”

Bye Bye Lullaby es una banda creada por Esther Valverde y Dani H. Serrano, que tras varios discos y la compañía desde 2016 de Osker Snachez al bajo y Christian Murgui a la batería acaban de lanzar su cuarta referencia “Tucson”, 13 canciones grabadas en la localidad norteamericana del mismo nombre y un lugar que sonará a los melómanos amantes de Calexico, Giant Sand o The Jayhawks. Los salmantinos buscaban esa combinación mágica de sonido arenoso de raíces con profundidad y misticismo que han marcado la carrera de tantas formaciones, ¿lo consiguieron? nos lo cuentan ellos mismos.

Con Tucson considero que habéis dado un salto de calidad en todos los aspectos: composición, sonido, arreglos. ¿Cuál creéis que ha sido el más importante o el que vosotros hayáis notado más?
Muchas gracias Rafa, lo único que notamos es que estamos contentos y satisfechos con el resultado, por primera vez suena incluso mejor de cómo lo imaginábamos en nuestras cabezas, y en esto tiene mucho que ver Craig Schumacher, que ha grabado y producido los temas. Además, hemos llevado un proceso de composición y grabación muy diferentes a las anteriores ocasiones. Esta vez ha sido un proceso calmado y meditado, tuvimos un año para componer, arreglar y preparar las canciones sabiendo ya que íbamos a grabar en Tucson, y el hecho de hacer la grabación en directo los cuatro de siempre, ha permitido captar esos momentos de energía, disfrute y conexión que se dan en los directos.

La producción es variada dentro de la cohesión del sonido, ¿qué os llevó a decidiros por este productor?
Era algo que llevábamos tiempo queriendo hacer, muchos de nuestros discos favoritos han sido grabados y/o producidos por él (como Calexico, Neko Case, M. Ward, The Jayhawks, Devotchka, Depedro). Tiene una forma orgánica y especial de entender la música, y queríamos probar cómo sonaba nuestra música en sus manos. Había que lanzarse y llegó el momento de hacerlo!

Habéis tardado 5 años en editar este disco desde el anterior, ¿era la planificación que teníais? ¿os ha afectado el parón de la pandemia?
En realidad fuimos a grabar a Tucson en Diciembre de 2019 y el disco tenía que haber salido la primavera de 2020, pero ya sabemos todos lo que ha pasado. De hecho, la pandemia retrasó las mezclas y el mastering y no lo tuvimos terminado hasta finales de Octubre-Noviembre de 2020.

¿Cómo fue la grabación? ¿os sorprendió algo en especial del método Schumacher?
Lo grabamos en los estudios Wavelab de Tucson con Craig Schumacher, un fenómeno en dar aire y naturalidad a las mezclas y un tipo estupendo y especial. El método Schumacher es sencillo, dejar tocar a la banda y grabarla con la mayor naturalidad posible, es lo complicado, parece que no hace nada y sin embargo aporta un montón a la producción y al sonido desde el mayor de los respetos. Lo que más nos sorprendió fueron las mezclas, era la primera vez que no íbamos a participar en esa parte y no sabíamos qué esperar, y cuando fueron llegando… no tuvimos que decir prácticamente nada, era todo mucho mejor de lo que esperábamos.

Bandas como Calexico cuidan mucho la producción de voces, ¿las trabajasteis de manera diferente a otras ocasiones?
En este caso la gran mayoría de voces se grabaron después, sustituyendo a las del directo, y Craig las trató a su manera, con total libertad.

Ademas vosotros cantáis ambos y me ha sorprendido gratamente Dani en El Árbol, que me ha recordado al mejor Nacho Vegas, o lo bien que empastais en Los Sueños de los Desaparecidos, ¿cómo decidís quién canta cada canción, es algo que surge al componerla o vais cambiando de idea?
Depende siempre del tema, “El árbol” es un tema que hice (Dani) por la marcha de un amigo, necesitaba cantarla yo. Para “Los sueños de los desaparecidos” teníamos claro que sería las dos voces alternadas, pero, por ejemplo, “No sufras que yo estoy temblando” pasó por distintos estilos y configuraciones de voz.

Cada canción tiene su personalidad pero siempre de manera sutil, en ocasiones sonáis latino, otras rockero, country, indie o incluso tenéis vuestros momentos souleros o swing, ¿lo teníais claro desde la composición o fueron decisiones de arreglos y producción?
Las canciones nacieron así, salieron así, lo que queríamos es darle sentido y coherencia al sonido junto con Craig.

Los Sueños de los Desaparecidos tiene un final épico que en los últimos años se ha asociado al sonido festivalero de decenas de bandas, ¿qué creéis q os hace falta para empezar a entrar en festivales?
Una oportunidad y un agente de booking, alguna sugerencia?

¿Tenéis ya fechas para presentar el disco por salas?
Si algo nos ha enseñado la pandemia es que las cosas cambian de un día para otro, estamos trabajando en ello y si va todo bien en breve podremos anunciar fechas.

Vuestra variedad creo que os impide etiquetaros, algo a priori positivo pero que comercialmente es un hándicap, ¿creéis que es necesario una etiqueta para entrar en circuito?
Quizás el hecho de no tener etiqueta sea nuestra mejor etiqueta, nunca lo hemos visto como un hándicap.

En una época de muchas colaboraciones en este disco sólamente encontramos la de Sergio Mendoza, un música de Tucson, ¿qué aportó al tema?
Bueno, Jairo Zavala (Depedro) ha colaborado grabando el punteo de guitarra eléctrica de “Despierta” y la guitarra acústica de” Quintana”, y Jacob Valenzuela (Calexico) colabora grabando todas las trompetas del disco, y el propio Craig Schumacher graba teclas y armónicas. No nos planteábamos un disco de colaboraciones (algo genial que ojalá podamos hacer algún día), y sin embargo estamos muy agradecidos de haber podido contar con Jairo, Jacob, Craig y Sergio. ¿Qué decir de Sergio Mendoza? Que es un gran músico y una gran persona. Nos acogió como si fuéramos familia, nos introdujo en esa gran familia de musicazos que hay en Tucson y pudimos tocar con ellos en una mini gira con Orkesta Mendoza. Encima nos regaló una versión mexicana propia de uno de nuestros temas. Nos lo llevamos para siempre.

Esther, eres doctora en psicología por la tesis: la composición terapéutica de canciones basada en el autocuidado de los cuidadores de personas con demencia, ¿podrías explicarnos de manera sencilla su contenido?
Venga, voy a intentarlo. He trabajado muchos años como musicoterapeuta, con personas con demencia. Trabajaba también con grupos de cuidadores familiares y observaba que cuando introducía la composición terapéutica de canciones se producía un efecto muy positivo en ellos. Decidí analizar los efectos de la intervención en un estudio cuantitativo y así empezó la tesis. Observamos mejoras significativas en variables relacionadas con su calidad de vida y bienestar. Después vinieron otros dos estudios: un análisis cualitativo, en el que describimos la experiencia de los propios cuidadores, y el último, un estudio teórico en el que cimentamos todos los resultados obtenidos y creamos las bases teóricas y prácticas de un protocolo de intervención. Esa ha sido mi tesis doctoral, un proceso muy bonito, duro, intenso y lleno de aprendizaje.