Entrevista con Litus — “Lo que voy a hacer en el futuro tendrá bastante relación con este disco”.

Los que conozcan la obra de Litus (Carlos Ruiz) sabrán de sobra qué tipo de caminos ha seguido el músico catalán; desde la canción de autor hasta el sonido más mediterráneo y los coqueteos del Jazz. Todo ello se congregó en “Si tiene que llover, que nieve” (New Mood Jazz, 2010), un LP enraizado en la música más cercana que acabó siendo transformado en Soul en la respectiva gira cuando Litus incorporó a su banda a los chicos de No Reply. Después de aquella experiencia, el sonido que se llevó en la carretera tenía que plasmarse de alguna manera. Unos habrían grabado un concierto al uso, pero Litus decidió que lo mejor era reunir parte de su cancionero para volver a grabarlo con arreglos de Soul. “Autoreverse” (La Produktiva, 2012) es el resultado de un encuentro fortuito que ha sabido comandar la elegancia en justas dosis.

Cómo empezar… ¿estamos ante un recopilatorio o ante una revisión Soul de tu trabajo?
Bueno, no me planteé hacer tanto un recopilatorio, sino grabar lo que estaba sucediendo en los directos. Llegué a Madrid, empecé a conocer músicos de aquí… hasta que llegó la incorporación importantísima de los No Reply haciendo que las canciones en directo sonaran como nunca habían sonado. Fue por eso por lo que me decidí a grabar este disco, tal cual, cogiendo las canciones más Soul porque es un poco el show que estábamos montando. Y bueno, ¿por qué no? Es un recopilatorio, sí, pero más bien sería una muestra de lo que estaba ocurriendo en directo.

“Si tiene que llover, que nieve” tiraba ya para ese lado, aunque había más Jazz, tal vez. ‘Doña usted’ era muy significativa en ese sentido.
Sí, la onda tiraba hacia ahí pero yo no tenía las armas para desarrollarlo como lo he podido hacer ahora. De alguna manera, y casi de casualidad, cuando invitamos a No Reply a la presentación para reforzar esos arreglos, no nos imaginábamos que aquello iba a ser tan bestia.

Pero al final No Reply continuó durante toda la gira con vosotros, ¿verdad?
La gira empezó en Clamores… y vimos su funcionamiento con nosotros, entonces lo tuvimos claro: “queremos que vengan siempre”. Ellos se animaron y se involucraron. Empezaron tocando 5 cinco canciones y terminaron haciendo todo el repertorio.

¿Y no habría resultado más fácil (que no mejor) haber grabado un directo en lugar de trasladar todo aquello al estudio?
La verdad es que estoy muy contento de haberlo hecho así. Barajamos la idea de hacer un directo al uso con público, pero yo prefería hacerlo en un estudio. Quería que sonara a disco pero tocado en directo, que se notara la energía.

Además de volver a trabajar la voz…
Cierto. En los anteriores discos el productor nunca me dejaba cantar…

…y ahora que mandas tú…
Pues hago lo que quiero y canto como me sale… del corazón (risas).

‘Carnaval’, si mal no recuerdo, tenía bastante dificultad vocal en su momento, pero es que ahora hasta rasgas la voz.
Sí, me gusta que eso sea así. En “Si tiene que llover, que nieve” hay momentos en los que pongo falsete porque suena más dulce, pero en este tiro directamente para arriba y que sea lo que Dios quiera.

¿Y por qué ‘Mercedes ven’ se ha quedado sin traje de Soul? No hay vientos.
Bueno, primero porque no acababan de entrar. Y segundo porque también queríamos que el disco respirar un poquito para que uno no se volviera loco con tanto viento.

No sé si lo sacarás en vinilo, pero el disco tiene su cara A y su cara B. Además de un interludio en el que alguien se dejó el botón de grabar pulsado…
(Risas) Exacto. Me hacía gracia partirlo en dos, pero como no se puede (físicamente), puse el interludio. También era para que se viera el ambiente que había mientras grabábamos, lo que tú oías por los cascos, el lío…

¿Y dices que has encontrado la perfección?
Es que nunca había tenido una banda así. Y ya no es que sean buenos con su instrumento, sino que además son gente que entiende la música de una manera global, por lo que cuando tocan o cuando arreglan, siempre piensan en la canción, no en lucirse en ellos mismos. Era el productor también, pero he buscado rodearme de gente con mucho talento y yo ordeno las ideas. Y eso es genial, pues tengo un montón de ideas buenas que tan sólo tenía que ordenarlas.

Ellos son también bastante dispersos. Me refiero a que tu banda no viene de una misma disciplina musical.
Esa mezcla me gusta, y aunque vengan de estilos distintos, hay una buena amistad que ayuda mucho. Aunque en los ensayos hubo discusiones sobre si mandaban los vientos sobre la base o viceversa, al final resultó ser algo muy divertido porque tuve que hacer de juez (risas).

Además de Rey Midas, ¿eras también un rey autoritario?
(Risas) Más que autoritario… soy un coach. Pero no, nunca hubo ningún problema. Lo que pasa es que como los vientos están tan presentes, hace que se tengan que modificar pequeños momentos de la batería, del bajo… y sencillamente era ponerse de acuerdo.

Antes te he dicho lo de ‘Mercedes ven’ y su “poco Soul”, pero ‘Antonio el Machine’ va más hacia el Jazz.
Es verdad que tiene otro swing, pero todo se toca. ‘Antonio el Machine’ es una canción que pensé hacerla así cuando la trabajé por primera vez, como una canción clásica de Jazz, así que con la banda ha sido todo muy fácil porque lo entendieron a la primera. El resultado es un tema muy “años 20”, aunque no es tan Soul, creo que se tocan. Además, en directo impresionaba mucho porque te hace retroceder en el tiempo.

Has hablado de las bases. La percusión ha sido clave en temas como ‘Autobús 332′, pero el piano cumple un papel todavía mucho más importante si cabe.
El piano ya venía de “Si tiene que llover, que nieve”, aunque también ha ido creciendo debido a la seguridad que fui adquiriendo con el instrumento en los directos de ese disco. El piano tenía que tener un protagonismo en este disco porque básicamente -en cada canción- toco con el instrumento con el que compuse cada tema, entonces manda en este caso. Es el hilo conductor de las canciones aunque ahora estén llenas de arreglos.

¿Incluso manda más que la guitarra?
Sí, el piano manda mucho más que la guitarra.

¿Todo esto terminará siendo un cierre de ciclo? Hablas de perfección, cuando un músico rara vez se siente así. Pero encima el disco reúne una serie de canciones. Un cambio si que presagia, desde luego.
Creo que más que cerrar una etapa, lo que hace es dejar unas bases claras de lo que quiero hacer. Lo que voy a hacer en el futuro tendrá bastante relación con “Autoreverse”. Por supuesto serán temas nuevos y la composición sí que avanzará hacia otros lugares, pero el sonido será muy parecido a lo que es este disco.

La evolución está clara, eso sí.
Hombre, tengo que desarrollar más esta onda Soul pero con temas y juegos nuevos. La intención de ahora era pretender dejar claro lo que estábamos haciendo y el sonido que tiene la banda. Confío en que duren mucho para que podamos -con este sonido- jugar con canciones nuevas y avanzar.

Puede que la cosa vaya hacia una onda Frank Sinatra o algo estilo big band.
¿Por qué no? Mi ilusión es retirarme como Sinatra, con el Rat-Pack; irme a Las Vegas (aunque ahora las van a poner aquí) y montar un grupo de amigos con una orquesta detrás para cuando sea mayor.

¿La revisión desnuda lo proyectado… más que deshacerlo?
Lo de desandar lo andado era por el sentido de las canciones porque he recogido canciones de hace muchos años y material que he ido acumulando. Tal vez está ahí la dualidad entre recuperar canciones antiguas con este sonido nuevo, que es lo que sorprende del disco, pero también es una manera de juntar un repertorio muy sólido que con los años se ha ido afianzando.

Como viene a decir el título de “Autoreverse”; verse a uno mismo…
Exacto, es verse a uno mismo pero también una manera de pasar de la cara B a la cara A. Siento que con esta banda, y con todo lo que está pasando, mi carrera va hacia la cara A.

¿Tu cara A, por lo tanto, sería algo menos mediterránea (de sonido)?
Sí, un poco más americano. Sería esa parte “beatleliana” que tira hacia América para quitarme eso del cantautor clásico.