Eroc (1975), también conocido como Eroc 1, partió de esta premisa de ruptura y terminó como pieza de vanguardia total. Los efectos electrónicos y ciertas secuencias de sonidos, en su mayoría heredadas de Grobschnitt, salen a flote tanto en este trabajo como en su siguiente Eroc 2 (1976). Sus excentricidades sintéticas cobran una forma siempre distante de Conrad Schnitzler y contemporáneos germanos, aunque su precisión y la curiosa manera de presentar sus criaturas convierten su estilo en raro a la par que accesible. Se argumenta en lo orgánico y lo cerebral, siempre con una norma humorística ciertamente marcada.
El propio Eroc, que comienza con este proyecto sin demasiadas pretensiones o ideas de un futuro fructífero, aseguraba ver en su obra como solista un desarrollo razonable iniciado en 1961 cuando comenzaba a interpretar ante sus amigos del barrio. Por ello Joachim explica Grobschnitt como el auténtico significado de un banco de pruebas para su posterior puesta de largo. Lejos quedaban entonces sus primeros escarceos realizando versiones de Cream o Eric Burdon junto a The Crew, al igual que en el pasado sus sueños de ser un nuevo Ginger Baker. Cierto es que desde muy joven sería considerado el mejor baterista de Hagen Boele, pero su carrera como instrumentista le llevaría a transitar otros páramos estilísticos.
Eroc 3 (1979) trae el compromiso por parte de Joachim de dar sentido completo al LP Eroc 2. La idea de crear placenteras atmósferas por medio de cruzar los más dispares estilos tiene una importancia primordial, fusionando el rock con la electrónica, las rítmicas del boogie con las narraciones teatrales, el folk teutón con el blues árido. Hasta Grobschnitt posee su fiel representación en alguno de los arreglos.
Encerrado en un ático Eroc planea su cuarta jugada. El artista se rodea de instrumentos y de equipo tecnológico, dejando a un lado por una vez la carga de Grobschnitt. El sencillo ‘Wolkenreise‘ se pincha con asiduidad en las radios germanas, por lo que la compañía discográfica apremia a Joachim para que presente algo en consonancia con Eroc 3. El creativo se toma unas vacaciones que marcarán su carrera de alguna manera ya que, según el propio Eroc, son las primeras que se coge desde los años sesenta. Aprovecha y visita el norte y las islas danesas. Sus paseos en campo abierto le plantean nuevas vías de inspiración musical.
El baterista se acerca aquí a lo étnico, hermanándose con las llamadas músicas del mundo y recargando su fluidez con un denotado carácter medioambiental. Se podría decir que se queda a medias entre lo que hacían los primeros Popol Vuh y el Florian Frike del álbum For You And Me. Entre los claros ejemplos se encuentran cosas como ‘Vogelfrei‘, rítmico recuerdo de los Andes, la marítima ‘Javea‘, ‘Krieg Der Zwerge‘, o la aproximación a los Tangerine Dream de Thief, y la estética de seudo rap progresivo en clave de trabalenguas que es ‘Hagener Wellenreiter‘.
Este Eroc 4 (1982) será premonitorio de futuras hazañas de un solista sin banda madre. Grobschnitt ya no es primordial para Joachim, así que un año después de la salida de su cuarto LP como Eroc decide abandonar el combo y meterse de lleno en Changing Skies (1987). Será un reto diferente con normas desconocidas para sus seguidores. Algo que igual les desconcertará al descubrir Kino, obra editada junto a Hans Reichel. De ahí a que definitivamente se centrase en la producción artística quedaba únicamente un paso.
Sergio Guillén
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