Robe Iniesta lo ha vuelto a hacer. Es decir, ha hecho lo que le ha venido en gana. Si en 2008 dejó al 90% de su ‘hinchada’ fuera de sitio con el controvertido ‘La ley innata’, ahora vuelve a repetir jugada, insistiendo en el mismo campo: el coqueteo con el rock sinfónico y conceptual. Pero sobre todo, huyendo de las etiquetas musicales y los conceptos preconcebidos. A casi nadie le gustó ya por entonces su ‘experimento’, aunque ya deja de ser tal para confirmarse como un nuevo estilo dentro de la carrera de su grupo, Extremoduro.
Algo realmente agradable, al menos para mí, ha sido encontrarme con más controversia, casi 3 años después. Críticos de música que se creen genios y hooligans de rock patrio que siguen sin comprender este nuevo empeño de Robe por hacer “cosas raras”, llevándose las manos a la cabeza porque no se dedique a hacer lo de siempre, ese rock urbano tan ‘transgresivo’, más propio de los años de la movida madrileña que de los tiempos modernos del rock. Algo que los autodenominados ‘intelectuales’ de la música no terminan de asimilar. Y es que la música no tiene géneros ni debería tener precontratos: algo así como o cumples con lo que se espera de ti o nos has defraudado. Pues ni una cosa ni otra. ‘Material defectuoso’ es más de lo mismo respecto a ‘La ley innata’ porque no satisfará ni a los que ansiaban un regreso a los Extremo de siempre ni a los que quieren escuchar un rock de alto quilate y sesudos planteamientos.
Iniesta lo que ha hecho en este su nuevo trabajo de estudio es golpear su genio y frotar la lámpara, pariendo 6 temas de media-larga duración que dan en el clavo. Gran disco que va de menos a más, por lo que el oyente debe armarse de paciencia y, sobre todo, como siempre hay que hacer en todas las facetas de la vida pero sobre todo con el arte y la cultura, no andar con prejuicios. ‘Material defectuoso’ es un disco para escuchar sentado con calma, dedicarle tiempo y no esperar nada de él, para que así no se fastidien las altas expectativas que se tuvieran sobre él.
Lo que resulta ridículo es escuchar y leer cosas como que Robe se ha pasado definitivamente al campo de los “cantautores” aunque firme con el sello de Extremoduro. O que se ha terminado por echar a perder como rockero y se dedica a hacer moñadas para nenas. Ridículo. Entre otras cosas porque precisamente este disco, más que ‘La ley innata‘ todavía, gustará más bien al fan del rock clásico que a una jovenzuela con ganas de palabras bonitas y estribillos ñoños y sentimentales. Lo digo porque algún iluminado ha llegado a soltar la lindeza de que Iniesta se ha pasado al lado oscuro de los Dani Martín y otros cantantes de moda entre la juventud nacional. Patético. Para nada. Es, insisto, un disco duro de asimilar y complicado de querer, como el buen arte. Es cierto que las grandes obras entran desde el inicio y entusiasman en su final. ‘Material defectuoso’ no. Más bien requiere armarse de paciencia y llegar a entender lo que Iniesta intenta hoy en día transmitir con su música.
Es cierto que descoloca ver a Robe en la revista ‘Rolling Stone’, que es como el ‘Qué me dices’ del pop-rock, pero bueno… cada uno se busca las castañas como puede y si le piden entrevistas y le pinchan sus canciones en radios comerciales es porque se ha ganado su público durante años y años de trabajo. Insisto, Extremoduro no son ahora unos mitos vivientes, ni son King Crimson ni son Triana. Robe sigue instaurado en la sencillez existencial volcado en lo artístico, pero sí es cierto que si en ‘La ley innata’ hizo guiños alucinantes al rock sinfónico, ahora en ‘Material defectuoso’ ese coqueteo es descarado y gratificante para los que amamos un rock que diga algo más que unas bestialidades en su estribillo y que tenga un riff pegadizo.
Hablando ya del contenido del álbum, puede defraudar ese inicio con ‘Desarraigo’, una mezcla de pop, rock y reggae, desinhibido y sencillo, directo y gratificante en casi 8 minutos de duración, rompiendo moldes sobre la duración de un tema comercial al uso. Un tema light para abrir boca que en seguida se ve secundado por un extraordinario ‘Mi Espíritu Imperecedero’, un pop-rock pegadizo y agradable, con guitarras imitando secciones de cuerda de orquesta, muy parecido a lo que se pudo escuchar en el disco ‘La ley innata’. También Robe pone cosillas de ska de fondo, pero en general es inclasificable. Lo mismo le ocurre a la pieza ‘Otra inútil canción para la paz’, una mezcla que descoloca. Lo más fuerte, como casi siempre con Extremoduro, es la letra. Pura poesía urbana con mensaje social decorada muy bien con unas melodías apetecibles, toques de soul, jazz y blues… Otra pequeña sorpresa muy bien resuelta y, sobre todo, con excepcional trabajo interpretativo de la banda de la que se rodea Robe, Iñaki Antón (guitarra, órgano y productor), Miguel Colino (bajo) y José Ignacio Cantera (batería). A los más veteranos les encantará el solo central, de blues de alto caché, y el uso de los órganos de sonido clásico y setentero.
El guiño comercial llega, sin duda, con ‘Si te vas’, una balada muy correcta, que como ‘Mi Espíritu Imperecedero’, está ya casi ‘escuchada’ en el disco ‘La ley innata’, porque parece un extracto de ese poema sinfónico que supuso el mencionado álbum. A algunos también le recordará, en algunos aspectos, a Iván Ferreiro y Piratas, pero, en todo caso, se trata de una joya musical que a pocos debería molestar como pequeño remanso en este complejo trabajo. Por cierto que la inclusión de sección de cuerda es de nuevo, como en el disco anterior, un lujo para el público español, poco acostumbrado a la música de calidad. Tremendo tema.
‘Tango suicida’ nos va acercando al final. Se trata de la canción adelantada tiempo antes en la web del grupo, por lo que se trata de una composición algo más conocida. Es una mezcla de su estilo de siempre, sobre todo en la forma de cantar, pero es mucho más que la ración de Extremoduro de toda la vida. Saxos, pianos y texturas complejas con gran labor de producción te hacen ver pronto que es una composición de calidad, en la línea de estos dos últimos discos. Los toques de tango están más cubiertos, impero, por los guiños a las raíces de rock urbano de siempre en la segunda mitad de la pieza. Algo que no volvemos a ver, ni de lejos, en el cierre del disco, a cargo de ‘Calle Esperanza s/n’. Los que conozcan a un gran grupo de los 1970 llamado Atomic Rooster reconocerán una más que posible influencia en este tema, sobre todo en el arranque. Después pasa a ser una canción más que mágica, sin tanto basamento de rock, sino que más bien es una pieza de música clásica, con una sección exquisita de cuerda, puro sinfonismo que hace años que en España no se puede escuchar. Gran final y merecido cierre para convencer a los más reacios.
En definitiva, ‘Material defectuoso’ es en verdad material delicado, inclasificable e imposible. Insisto en el argumento: no gustará al público fiel al estilo gamberro que siempre acompañó a Extremo y no convencerá al público rockero que nunca gustó de esta banda, porque considerará que Iniesta sólo está jugando a hacer algo de calidad pero que no llega al nivel. Lo digo con conocimiento de causa, ya que ‘La ley innata’ fue un álbum altamente denostado y fue de lo mejorcito en el panorama musical nacional en muchísimo tiempo. Éste, sin embargo, está algo por debajo…
Artista: Extremoduro
Disco: Material defectuoso
Sello: Warner Music
Fecha de publicación: 24 mayo 2011
Listado de canciones:
1. Desarraigo (7:37)
2. Mi espíritu imperecedero (5:42)
3. Otra inútil canción para la paz (6:11)
4. Si te vas… (8,36)
5. Tango suicida (8:07)
6. Calle Esperanza s/n (7:06)
(Duración total: 43’16”)
Género: Rock urbano, rock sinfónico, blues-rock
Web oficial: www.extremoduro.com
Valoración: 8
Pablo M. Beleña Más críticas de rock progresivo en www.portalesquizofrenia.com