El influyente músico y poeta estadounidense, Gil Scott-Heron, murió ayer en Nueva York a los 62 años por causas aún sin esclarecer, después de regresar de un viaje por Europa. Su particular estilo, en el que mezclaba como nadie la palabra hablada con el jazz, el blues y soul, fue imprescindible para el desarrollo del rap y hip-hop. Su música siempre estuvo relacionada con los activistas militantes afroamericanos, y de todas sus obras, destacan canciones como “The Revolution Will Not Be Televised” o “The Bottle“.
Nació en Chicago, Illinois, pero pasó su infancia en Tennessee y más tarde se mudó al Bronx, donde cursó sus estudios secundarios. Tras estudiar durante un año en la Lincoln University (en Pennsylvania), publicó su primera novela, The Vulture, que fue bien recibida. Empezó su carrera musical en 1970 con el LP Small Talk at 125th and Lenox. El álbum incluía diatribas agresivas contra los medios corporativos manejados por los blancos, la superficialidad de la televisión y el consumismo, y la ignorancia de la clase media de los Estados Unidos sobre los problemas de las ciudades del interior, en canciones tales como “Whitey on the Moon“.
Recientemente publicó un proyecto a medias junto Jamie XX. Él se ha ido, pero su música nunca morirá y su huella estará impresa en el género del hip hop para siempre. Descanse en paz.