Un lunes es menos lunes si termina con un concierto. Incluso si el líder de la banda en cuestión le pide a su público que reflexione sobre la evolución de la humanidad; es decir, el hecho de que todos moriremos algún día. Aunque estas reflexiones se hacen más llevaderas con un toque de violín y trompeta, algunos de los instrumentos que dominan y definen a Fanfarlo.
La formación británica liderada por el sueco Simon Balthazar visitó la capital hace unos días con un disco recién salido del horno bajo el brazo. Let’s Go Extinct, su tercer largo, había salido a la venta apenas una semana antes de presentarlo sobre el escenario de But, y a pesar del poco tiempo dado para interiorizarlos, sus nuevos temas funcionaron junto a los más conocidos.
Sin embargo, no vinieron solos. Dentro del ciclo New & Revisited Roads, el directo de Simon y compañía contaba con unas teloneras que pisaban España por primera vez, Lilies On Mars. El dúo de multiinstrumentistas llegado de Londres creó atmósferas psicodélicas tirando de una caja de ritmos, una guitarra, un bajo… en un interesante mano a mano que dio una idea al personal de su discografía, a la que se acaba de incorporar Dot to Dot.
Sentadas las bases de su directo, comenzaron los cambios de ánimo, pasando de la grandeza con la trompeta de “Fire escape” al carácter reflexivo que presenta su nuevo trabajo con títulos como “Cell Song“. Sin embargo, llegó un punto en que, entre esa manía fea de no callar del público español y el tono más tranquilo que estaba adquiriendo el concierto, Simon vio que había que cambiar de tercio para animar el ambiente. “Necesitamos disco”, anunció, y avisó a sus compañeros para adelantar la salida de “A Distance“. A pesar de presentarlo como un tema maldito, este recién llegado, con sus efectos discotequeros y el saxo final con el que tanto se vio disfrutar al cantante surtió efecto, acabando con un gran aplauso y un ambiente más festivo que le animó a seguir alterando el repertorio previsto. Así le siguió “Landlocked“, el bailable single de toques tropicales gracias al buen hacer de Valentina Magaletti con las baquetas. El simpático Simon, que alternaba sus instrumentos con brindis en sueco y una constante interacción con los presentes, estaba evidentemente encantado al ver que eran con composiciones recién llegadas con las que más disfrutó la sala.
Reenganchado el público, Simon pidió silencio para otro episodio más tranquilo, “Comets“, en clave acústica y la sierra musical de Kathy como nota de color, y un chapuzón en el mar con “The Sea“. Sus reconocibles punteos sonaban a final: llegó la esperada y coreada “Harold T. Wilkins or How To Wait For A Very Long Time“, uno de los títulos que dio a conocer a Fanfarlo. Épica y acelerada, convirtió la pista en una fiesta así como en un gran coro.
Terminaron a lo grande, con más emoción, transmitida por la bella y pausada “Let’s Go Extinct” y una esperada vieja conocida, “The walls are coming down“, una de los culpables de esa comparación tan manida con Arcade Fire. Además, buen broche final que mostraba las distintas facetas del grupo: trompeta, un bello solo de violín, redobles y acústica para cerrar entre cánticos del honorable, que se quedó con ganas de más. Faltaron temas, siempre falta alguno, pero Fanfarlo dio buena cuenta de la gran tercera etapa que acaba de arrancar para ellos.
Texto y fotos: Beatriz H. Viloria
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