Federico Aubele no es un cantautor al uso, la utilización de los ritmos tradicionales argentinos, junto al cancionero español, solo es el punto de partida de una propuesta transgresora que lo ha hecho ganar el respeto tanto del público más clásico como del más jóven.
Miércoles 2 de DICIEMBRE 09
Sidecar. Barcelona
Puertas 22h.
Precio: 12 euros ant / 15 euros taq.
www.ticktackticket.com
Jueves 3 de DICIEMBRE 09
Moby Dick. Madrid
puertas 21h
Precio: 12 euros taq / 15 euros ant
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“Un tema tan vasto y universal como el amor, tiene diferentes acercamientos” afirma el cantautor y guitarrista argentino Federico Aubele, cuyo nuevo disco “Amatoria” ha sido recientemente publicado por ESL Music. “El amor es algo muy importante para cualquier ser humano, nos demos cuenta o no. Todos experimentamos el amor al menos una vez en la vida. Es de las pocas cosas, junto a la muerte, que seguro te va a pasar”.
En el año 1 AC, el amante latino original, escribió el primer tratado occidental sobre como ligarse a una mujer (por supuesto al estilo romano) Ars Amatoria, el Arte del Amor. Dos milenios después, Aubele acabó ojeando el texto de Ovidio.
Un día, jugando con el piano junto a su mujer, Aubele accidentalmente apretó cuatro teclas con la taza de té que tenía en sus manos. “Una bonita melodía surgió, aunque debido a que el piano no estaba afinado, cada nota daba un sonido diferente al que se suponía.” Aubele sonríe “Vi que la bolsita de té tenía un mensaje, ‘Deja que las cosas buenas te pasen’ y me dije: ‘Eso es: decidí cojer la guitarra y intentar ver a donde me llevaba esa melodía” El resultado de esa investigación fue “Luna y Sol” una canción que relata la unión de hombre y mujer, la conjunción de dos vidas separadas.
Aubele oyó el amor en esos eclécticos pero elegantes arreglos. Sus nuevas composiciones insinúan ritmos de reggae. Tenían toques old-schood, tango original. Esos sonidos florecian de las esencias de los Beatles, arrasando en Argentina, dejando huella, pero con la característica creatividad argentina.
Pero el espíritu del bolero, especialmente el directo y rudo, es la columna vertebral de “Amatoria”, remontándose a la infancia de Aubele en Buenos Aires. La madre de Aubele constantemente hacía sonar en su tocadiscos, canciones de tango, boleros y bossa nova, incluyendo grupos clásicos como Los Tres Ases. Ella era una músico de corazón, tocaba la guitarra y despertaba a Federico para ir al colegio con canciones españolas tradicionales.