La importancia que va adquiriendo un festival como el Cruïlla Barcelona se refleja, no solo en la propia ciudad condal, sino en el interés internacional que este despierta, tanto en crítica como en público. La suya sigue siendo una oferta muy ecléctica, capaz de combinar la esencia del propio concepto del evento: la World Music, con algunos latigazos de la mejor música independiente catalana y estatal. Si a esta interesante oferta sumamos un crecimiento paulatino pero sin pausa, obtenemos un resultado que refleja un éxito proporcional a la inteligencia con el que se trabaja edición tras edición.
Pero donde hay cal también suele haber arena. Los puntos de mejora que la Organización podría trabajar son varios, partiendo desde la falta de información de alguno de sus empleados en cuanto a procedimientos o zonas, como el trato de la propia prensa, algo que parece, lamentablemente, comenzarse a estandarizar entre algunos de los festivales más importantes de la capital catalana. Parece que el concepto de facilitar las cosas a los profesionales que se aproximan al festival con la intención de cubrirlo (aka promocionarlo, ampliar su comunicación y difusión) se torna ahora en una nueva oportunidad de negocio entre estos profesionales. Es entonces cuando uno se hace la siguiente reflexión: “¿por qué acudir a un festival en calidad de prensa si podría acudir cómo público y disfrutarlo plenamente?“. De momento, la respuesta es igual de lógica: “Porque es mi trabajo. Y me gusta mi trabajo“. Pero una vez abierta la veda por el Primavera Sound con su decisión de cobrar entrada a la prensa en este último año, la respuesta comienza a ser, cómo mínimo, dubitativa.
Tampoco pareció acertada la idea de dar uniformidad a los puestos encargados de la oferta gastronómica. Se perdió identidad y el factor atractivo personal de cada uno de ellos. Si a este hecho le sumamos la imposibilidad de pagar en efectivo en ninguno de ellos, teniendo que hacer interminables colas para comprar los tickets de comida para luego realizar interminables colas para comprar la comida, uno obtiene como resultado largos y largos minutos de espera que le dejan con la sensación de pérdida de tiempo. Un último punto a añadir es la, cada vez más prolífera y molesta decisión, de impedir a los asistentes abandonar el recinto festivalero antes de determinadas horas. Y se comprende la decisión para incentivar el consumo dentro del recinto y facilitar logísticamente el trabajo a sus empleados, pero delimita mucho la movilidad de un asistente que tras pagar un alto precio por su asistencia este tipo de eventos puede tener la sensación de verse atrapado en una ratonera sin saber muy bien porqué.
Resaltados ya algunos de los puntos de mejora que consideramos se deberían trabajar en beneficio de la propia cita, pasamos a continuación a resumir lo que dio de sí la última edición del Festival Cruïlla Barcelona.
Viernes, 11 de Julio
Con una asistencia superior a los 42.000 espectadores, la edición del 2014 arrancó con una temprana actuación de Santos , seguida de una de las más interesantes de la jornada, la de Angus & Julia Stone. A partir de aquí, las actuaciones se ofrecieron bajo un patrón que marcaría la tónica del festival: dos conciertos simultáneos, en escenarios diferentes, solapándose simplemente estos y permitiendo disfrutar del máximo cartel posible a todos los asistentes.
Tras las actuaciones de Bongo Botrako y Orchestra Fireluche, llegó el momento de uno de los cabezas de cartel de este año: Damon Albarn. El cantante Blur y Gorillaz puso el escenario Estrella Damm a sus pies con la presentación de su primer álbum en solitario, “Everyday Robots”, mientras intercalaba alguno de los éxitos logrados con su reconocida formación inicial. Empático y con cierta tendencia a la provocación, la suya fue una actuación que conectó desde el principio con un público tan predispuesto como agradecido.
De manera más intimista Sara Pi invitaba al disfrute y a la relajación con sus registros vocales al público que buscaba descanso y relajación ya fuese sobre el improvisado césped artificial, unas cómodas hamacas o unos improvisados sofás realizados con pallets y cojines. Algo muy diferente a lo que estaba sucediendo a escasos metros con el concierto de Band of Horses cuyo directo convirtió su indie-folk en una gran dosis de energía y pericia interpretativa.
A destacar una de las actuaciones estatales, mucho más modesta que la de Vetusta Morla, la ofrecida por los chicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. Su mezcla de sonidos fronterizos con swing y ska hizo bailar a un público muy entregado dentro de una carpa que tuvo que acabar limitando el acceso al lograr un lleno absoluto. Una gran banda que merece la pena seguir muy de cerca.
Sábado, 12 de Julio
Con la comida todavía sin digerir y con el sol pegando sobre sus cogotes, muchos fueron los valientes madrugadores que no quisieron perderse a una de las mejores voces que ha acudido este año al Cruïlla, la de Valerie June. Simpática, comunicativa y con una gran energía, la cantante que combina jazz, blues y soul en su registro, cumplió con creces en su actuación ofreciendo uno de los mejores directos del festival. Lástima que la suya fuese la primera actuación de la tarde, pues sin duda un concierto cómo el suyo mereció más público y atención.
Con los sonidos más americanos presidiendo la velada del sábado John Butler Trío tampoco se quedaron cortos a la hora de ofrecer un enorme concierto que sirvió como antesala al rockabilly que más tarde ofrecería otro de los nombres propios de la velada, Imelda May. Una pena que la suya se solapase con la actuación de los veteranos The Selecter quienes, con mucha diferencia, demostraron más conexión con su público que la cantante de rock’n’roll. Aun así, dos grandes actuaciones que no debieron coincidir en horarios para satisfacción del público asistente. Entre medio, un reincidente Jack Johnson que, cual hijo pródigo, retornaba a este festival para presentar su último trabajo: “From Here to Now to You”.
La transición de noche a madrugada todavía dejaría grandes actuaciones como la de los esperados Macklemore & Ryan Lewis y Emir Kusturika & The No Smoking Orchestra.
Domingo, 13 de Julio
Jornada mucho más tranquila y familar la de un último día, con una oferta más limitada en cartel y tiempo. Con una asistencia de unas 6.000 personas en domingo, la organización ofreció a su público dominical la actuación de ZAZ, Joan Rovira y Blaumut.
De esta manera finalizó una cita que sigue creciendo en público y formato año tras año y que ya ha comunicado la inmediata venta de entradas para la edición del 2015.
Fotos: Oficiales Cruïlla 2014