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The Right Ons
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El Festival Xacobeo acabo siendo el Festival de Muse. Normal si recordamos que las entradas se pusieron a la venta sólo con la banda inglesa y Jònsi contratados y se agotaron en unos días. Vergonzosos los spots de televisión anunciando el evento con sólo dos nombres. Diez días antes del concierto se añadía otra parte del cartel con Pet Shop Boys y The Right Ons. El set de DJ’s aún tardaría una semana más….Este cúmulo de desastres ha hecho que los fans de las bandas restantes no tuviesen opción para ver a sus ídolos, sólo la reventa. Por eso desde primera hora de la tarde sólo se veían camisetas de Muse, sobre todo en legiones de fans veinteañeros. Así se creó un ambiente enrarecido con el resto de conciertos. Poco respeto por el resto de las bandas en cartel y ambiente frío en general. Sólo una palabra en mente para el 80 por ciento del público del auditorio, Muse. Y no hablemos de los precios dentro del recinto, al que no te dejaban acceder con comida ni bebida. El litro de cerveza 10 euros, la copa doble a 16 euros y un bocata frío unos 5 euros. Vamos, que si nos sangra a los trabajadores no quiero pensar como se lo montó la juventud…si tenemos en cuenta que los conciertos duraban unas nueve horas!! Cojan la calculadora y échense a reír. Los precios más caros que he visto en un concierto, festival o evento musical. Menos mal que hay crisis…
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Y con este panorama, a DJ POTI, residente del Playa Club de A Coruña, le tocó ambientar mientras la gente iba llegando gradualmente al recinto, pero sin más. Su sesión básica de indie rock, a lo populacho con temas de Bloc Party, The Rakes o Kasabian, no encajaba mal con The Right Ons, que eran los primeros en salir, pero su sesión me pareció muy simple y con poco trabajo detrás.
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Puntuales salieron a escena THE RIGHT ONS, quinteto medio gallego, medio madrileño, liderado por Álvaro Guzmán. Les faltó fuerza y potencia. Su sonido no fue bueno, por momentos costaba diferenciar las guitarras. Más pose y estilismo que rock and roll, y ni siquiera había legiones de fans adolescentes para meter ruído de por medio con temas de su último disco “Look Inside, Now!” como “That´s New York” o “Take It Easy”. Las primeras filas sólo se movieron agitadamente con “Thanks” o “Do your thing baby?”, y es que como vengo diciendo, esto era más que nada un concierto de Muse, el resto fue un pegote anunciado a dos semanas. Para mí se les quedaba algo grande el auditorio del Monte del Gozo, que a esa hora no registraba ni la tercera parte de la entrada. El garaje rock se quedó sin explosión de sonido. Parcos en palabras, se dedicaron más a tocar y aprovechar su tiempo, que en los festivales es más que nunca de oro. Poca conexión con el respetable, que si bien es cierto, tampoco intentó meterse en el concierto. Y como broche final mientras sonaban los últimos acordes, Álvaro ondeó una bandera gallega. Pero ni así llegó la empatía.
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 Jònsi
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Y llegaba la hora de ver al líder de Sigur Ròs, JÃ’NSI, en su nueva andadura en solitario. Era uno de los más esperados por un sector del público, me temo que el restante no supo entender su música. Con una potente percusión, su voz parecía salida del cielo, con unos agudos imposibles dejando a más de uno boquiabierto y a otros que entraban en el recinto con la música de Muse dentro de sus oídos, desconcertados. Increíble lo que puede aguantar un agudo el islandés, espeluznante por momentos. Parecía estar sonando la banda sonora de una película fantástica. Una fantasía y un mundo irreal del que formaba parte también el vestuario de la banda, o el tocado de plumas del islandés, que nunca pasa desapercibido. La extravagancia es uno de sus sellos personales. Sonido en directo impecable. Su show empezó más frío pero fue adquiriendo forma y volumen. Repaso a su disco “Go”, un trabajo mucho más abierto y donde Jònsi parece más liberado de esa búsqueda introspectiva. De lo mejor fueron temas como “Tornado”, “Go Do”, “Boy Lilikoi” o la genial interpretación de “Animal Aritmethic”. Faltaron las proyecciones visuales que lleva en su gira y que redonden aún más su espectáculo. No es mi estilo musical pero si supo crear la atmósfera onírica adecuada para ese mundo de ensueño que emana de unas cuerdas vocales impresionantes. Para algunos aburrido, para otros un genio. Guste o no, no deja indiferente. Muy islandés.
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 Muse
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El nerviosismo se dejaba sentir en el auditorio durante el montaje de las pantallas de LED, cual panal de abejas, para las proyecciones de MUSE. A esa hora el aforo era completo y palpable la expectación. Y entre algunos gritos de jóvenes en primera fila aparecieron por fin las estrellas de la noche abriendo con “New Born” de uno de sus mejores discos, “Origin of Symmetry” (2001). Fue el primer momento de locura. El estilismo es otra parte muy cuidada, para muchos hortera, para otros futurista. Fashion son desde luego, pero esto es lo menos relevante. Continuaron con “Map of the Problematiqué” y “Supermassive Black Hole”. Temas que funcionan por si solos en un directo que se presenta como una máquina perfectamente rodada. Bastante fríos en general y Matthew Bellamy menos comunicativo que en otras ocasiones. Aunque no importaba, el público estaba entregado desde hacía meses. A mí me pareció mejor su concierto de 2004 para ser un grupo mucho menor por entonces, y sin duda su show del FIB en 2006. El directo sigue siendo contundente y lo que hacen, guste o no, lo materializan en directo a la perfección. Pero esta vez parecían más distantes. Faltaba parte del despliegue de su gira, como el impresionante escenario piramidal, pero los visuales y el láser no perdonaron, para enloquecimiento de la masa.
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 Muse
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Sus últimos dos discos no son tan buenos como los primeros. De su último trabajo “The Resistance” (2009) rescataron “Uprising”, “Resistance”, “Guiding Light” o “United States Of Eurasia”, quizás los momentos más planos del concierto. Entremedias guitarras dobles, con kaoss pad integrado, y como no, el piano al que ya nos tiene acostumbrado Bellamy para juguetear con la operística. Superada la mitad del concierto “Time Is Running Out” y “Plug In Baby”, de sus primeros trabajos, desataron el segundo momento de locura en el Monte do Gozo.
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Sonido de calidad y con potencia, adornado por un espectáculo de luz bastante cuidado que la masa agradeció. En eso machacan. Del anterior álbum “Black Holes and Revelations” (2006), la canción “Starlight” se sigue erigiendo como uno de sus himnos, y un tema imprescindible como se demostró una vez más. Y con estos tres éxitos desaparecieron casi sin decir adiós, su línea general en este espectáculo, y con los presentes sabiendo que quedaban un par de hits más. Así fue. “Hysteria” y “Knights of Cydonia” desataron la locura en la grada por tercera vez, poniendo el mejor final al tan ansiado concierto del Xacobeo.
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 Caradeniño DJ + KAZE
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A CARADENIÑO DJ acompañado de KAZE les tocaba aguantar el cotarro desde la salida de Muse hasta la entrada de los veteranos Pet Shop Boys. Y se hicieron notar con su electrorock, dancepunk y nurave, a pesar de que ya legiones de fans de la banda de Matthew Bellamy huyeron en cuanto acabó el concierto de sus ídolos. Su sesión llenó el auditorio por mucho que pese a algunos más acostumbrados a los remixes indie estilo DJ POTI. Nada que ver. Se dejaron caer sampleados a buen nivel y sonaron remixes de Rage Against The Machine o de los propios Muse, sacrilegio para algunos, subidón para otros. Y entremedias algún tema propio como “Vampire”, o la sintonía del Equipo A (momento para la complicidad con el público) o los saltos del enmascarado batería de los rockeros Doctor Gringo. Sin duda, lo primero era la diversión, y eso emanaban los dos jóvenes encima del escenario. Se lo estaban pasando en grande y lo transmitieron a parte del público. La otra los critica sin ningún respeto por el trabajo ajeno. A Caradeniño ya lo pudimos ver en el Sónar Galicia, coincidiendo en horario con 2ManyDJS. Lleva desde los 14 años sobre una mesa de mezclas, del hip hop a la electrónica pasando por muchos estilos. Su compañero de escena KAZE, con años de trabajo detrás, forma parte además del grupo VOID CAMP y ambos tienen recorrido por diferentes salas en el panorama nacional. Sobre todo se divierten y tienen ganas de comerse el mundo. Ángeles o demonios el que no arriesga no gana.
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 Pet Shop Boys
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Colocar los cubos para la escenografía de PET SHOP BOYS fue una tarea demasiado lenta y esto provocó una segunda estampida de los fans de Muse, unido al frío y al viento que no conformaban una noche veraniega. Lo primero a tener en cuenta eran los pocos seguidores de los ingleses en el auditorio, debido a lo comentado anteriormente de su anuncio en cartel con todo vendido. El resto, fans de Muse que quisieron amortizar la entrada, pero muy reacios y recios ante el show de los chicos de la tienda de mascotas.
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El concierto me pareció soso en pegada. La escenografía lo más destacado y divertido. Colores, formas geométricas, proyecciones en los malditos cubos que recordaban al tetris y bailarines ataviados con todo tipo de vestimentas y disfraces, que interpretaban los temas. Neil Tennant y Chris Lowe tampoco escatimaron en trapitos memorables. Un “Pandemonium Tour” que  cosechó muy buenas críticas en el pasado Primavera Sound. Como buenos británicos, un espectáculo muy sobrio y muy ensayado, sin lugar a margen de error.
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 Pet Shop Boys
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En la parte musical, basaron el repertorio en sus clásicos como “Always On My Mind” (1987), “Heart” (1988), “It’s A Sin” (1987), “Go West” (1993), “New York City Boy” (1999), “Se A Vida È” (1996) o el más reciente “Love Etc” (2009). Y con estos hits consiguieron sus mejores momentos de baile entre el público. Algunos temas más lentos como “Do I Have To?”, de su doble disco de b-sides “Alternative” (1995), no fueron muy acertados en el meridiano del concierto provocando algunas huidas más en las gradas. El ambiente era extraño al no haber muchos más fans que algunos veteranos que lograrían comprar de segunda mano. Eso le dio una frialdad extrema al auditorio que con la temperatura existente fue difícil de cambiar para el dúo inglés.
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Y para cerrar la electrónica del DJ francés VITALIC que no empezó mal su sesión con un tema de Tiga, pero su progresión fue totalmente descendente. En resumen, más nombre que buena música. Cerrar el cartel a menos de 15 días del inicio del Festival dejó una lista de grupos sin sentido y elementos de la organización muy mejorables. Lo mejor, que se reactivasen las actuaciones en el Monte del Gozo después de la debacle del concierto de Bruce Springsteen el verano pasado.
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Texto: Nadia Corbeira / Fotos: Javier Amosa
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