Glamour To Kill, lejos de amilanarse ante tanta comercialidad de plástico generada para evaporarse tras cada trescientos sesenta y cinco días, componen esa exaltación glam de un pop bizarro al que no le salen los colores si tiene que compartir lecho con el rock eléctrico que imponen las seis cuerdas de guitarra. Mecánicos pero, al contrario de lo que reza el título de su último CD, plenos de alma.
Si quieren ganarse a la base industrial pueden ponerse marciales en programaciones (‘Isolated Myself‘) para al siguiente corte despedir un sudor sexual que alzará tu lívido (‘Sexydrome‘). Letras en varios idiomas para que los más inconformistas tengan espacio y colores en la paleta en los que mojar su pincel.
Y si la idea es marca revivalismos, cautiva profunda y emocionante su visión del ‘Fade To Grey‘ de Visage, cover que afrontan en dos tempos diferentes para mayor espasmo del neófito. Esa clase de punteras grabaciones que son adivinables en un artista con el embrujo de Miguélez y que, de igual manera, siempre se presupone en sus camaradas de proyectos. Este glamour no mata, aporta ganas de vivir para no tener que dejar de bailar.
Sergio Guillén