Remarcar que Glenn Hughes se supera con cada nueva publicación es algo que ya no debería sorprender a nadie. Hughes es de esa clase de artistas que marchan al ritmo de una dinamo particular, alejado de modas, corsés estilísticos o ventas. Él conoció la verdad del rock de raíces, el de basamentos inquebrantables, al igual que el funk fractura espinas dorsales, y eso le sirve como idónea justificación para no tener que vender su alma al diablo de lo “cool“.
Posiblemente su Live In Wolverhampton no supere —que no lo hace— a aquella grabación en directo publicada en 1994 bajo el título Burning Japan Live; pero lo que sí es cierto es que aquí, y dentro de dos discos compactos, se pueden apreciar las escalofriantes reinterpretaciones que todavía hoy, en pleno 2011, es capaz de hacer Glenn de su material.
En Live In Wolverhampton nos podemos encontrar con las facetas más curiosas de Glenn, los papeles más interesantes que nos ha presentado en sus discos durante todos estos años. Y ante todo el rescate de piezas que no tuvieron su hueco en el apartado de singles o que quedaron más o menos ocultas en los redondos de las respectivas bandas con las que trabajo. Ahí está el caso de la funky ‘You’re The Music, We’re Just The Band‘ (Trapeze) —del trabajo de igual título analizado a conciencia en el libro Discos Para Inquietos. Obras Discográficas Para Melómanos Empedernidos de la editora Castellarte— o ‘What’s Going On Here‘, posiblemente el tema menos conocido del LP Burn de Deep Purple junto a la instrumental ‘ ‘A’ 200‘. ‘Medusa‘ (Trapeze), sin embargo, y aunque también aparece en este doble, suele ser más corriente en sus listados para concierto. Incluso hay recuerdos al proyecto Hughes/Thrall (‘Muscle And Blood‘, por ejemplo). ¿Quién da más?
Sergio Guillén