Girls Allowed es una nueva promotora dedicada al impulso de grupos y artistas capitaneado por mujeres, mezclando música con moda y nuevas tendencias. Y qué mejor que inaugurar su ciclo de conciertos con una mujer que siempre ha aunado lo último de lo último en todos estos aspectos, siendo un símbolo de la feminidad (tanto heterosexual como homosexual). Goldfrapp volvió a la capital por la puerta grande. Una Riviera expectante, aunque no completa, esperaba la aparición de Allison y sus compinches para una nueva explosión de electro-pop. Después de una sesión por parte de Eme, por fin salieron a escena, ella con un vestido de flecos negros y brillantes que volaban con la fuerza de dos ventiladores, al más puro vídeo-clip de los noventa. Y por supuesto también no se olvidó de traer su atrayente y seductora presencia.
Abrieron fuego con un clásico del Black Cherry, “Crystalline green”, con el que nos dimos cuenta del sonido cristalino (nunca mejor dicho) del que íbamos a disfrutar durante todo el concierto, un aspecto que siempre cuidan al máximo. Aunque hay sonidos pregrabados (arreglos sobre todo), los instrumentos preponderantes los tocan en directo, al contrario de lo que piensan algunos. Como con la voz de Allison, pero es normal que esa idea cruce por la cabeza ante tal despliegue vocal, algo que presenciamos especialmente en la intensa “Lovely head”, por cierto, único tema exento de sus maneras electro. Una pena que no saque a relucir más el Felt Mountain y el Seventh Tree, del que no hubo presencia alguna.
Su repertorio se basó en sus discos más hedonistas y movidos, como era de esperar ya que Head First cumple estos requisitos a rajatabla. Lo interpretaron al completo, excepto “Voicething”, aunque si la utilizaron como introducción del concierto. Los tres singles del disco fueron los temas más celebrados de éste, pero “Dreaming” se ganó al público de sobremanera, demostrando porque debió ser el primer sencillo, con esos estupendos aires a synth-pop francés de los ochenta, y que tanto va con la actitud de Allison sobre el escenario. “Number one” sigue siendo una de sus mejores canciones, y “Ride on a white horse” sonó contundente y 100% glam. El electro-clash llegó con “Train”, descarada y explosiva, “Oh la la” siempre es un triunfo y “Strict machine”, en el bis, cerró el concierto con la fuerza necesaria para dejarnos más que satisfechos.
Si tuviese que sacarle algún pero, el comentado olvido del Seventh Tree y una excesiva presencia del regular Head First se llevarían la palma, pero ante tal despliegue de estilo es difícil no adorar a Allison y compañía. Puede que ya no estén tan en boga, pero Goldfrapp siguen contando con un directo arrollador y demostrando porque están donde están.
Texto:dyorch
Fotos: Raúl Ranz