Tenemos aquí una de las mejores bandas de world jazz actuales. Música del Próximo Oriente, pasando por el rock y la música contemporánea, aderezada con reminiscencias africanas y todo ello desde un enfoque absolutamente jazz. Tres enormes músicos: el miembro fundador del grupo Gong –Didier Malherbe– en los instrumentos de viento, Loy Ehrlich en los de cuerda, y Steve Shehan en las percusiones. Así que por aquí van a pasar saxos, flautas, clarinetes, ocarinas, flautas de bambú, un doudouk, congas, djembés, darboukas, pianos, koras y todo tipo de instrumentos étnicos que van a conformar esas melodías tan características. Su camino oscila entre la inclusión de múltiples influencias en las propias composiciones y el distintivo aporte de cada uno de los instrumentos que usan. Por eso, vamos a recordar en algunos instantes a gente como Taksim Trio, Orhan Osman y Selim Sesler en esos momentos más orientales, a Haig Yazdjian por su enraizado vínculo con la tradición y un poco más a Dhafer Youssef o Anouar Brahem por usar el jazz como una lente universal desde la que acercarse a cualquier otra manifestación musical.

Con la inicial Lomsha acecha suavemente este universo evocador de una forma pausada, que precisa de cierta atención por parte del oyente. Pero, por si no estábamos lo suficiente atentos, la segunda Aeorzen seguro nos sacará de un improbable letargo. El desfile de sonidos en la percusión es impresionante, pero es la sensación de naturalidad con la que se suceden las melodías la que cautiva desde la primera escucha. Yillah tiene una de las melodías más bellas que han compuesto en toda su dilatada carrera. Dididi amplía el espectro sonoro un poco añadiendo una cadencia casi latina que contrasta con el ambiente de Ruta de la Seda que consiguen casi siempre los instrumentos tradicionales de muchas zonas de Oriente Próximo. La riqueza musical turca y armenia está muy presente aquí también. Hang Around Me ejerce de perfecta introducción a Hang2hang, que desarrolla magistralmente las ideas plasmadas en los minutos anteriores. De igual forma, la siguiente Nambaraï Gate podría formar parte de la misma pista que la sigue: Nambaraï. La guinda es una preciosa versión de Friday The 13th, de Thelonious Monk, con la inclusión de la guitarra de Eric Löhrer. Un tema que ha sido reinterpretado en multitud de ocasiones por grandes personalidades del jazz como Lee Morgan, Joe Henderson o Tommy Flanagan.

Air Hadouk no baja el nivel ni por un segundo con respecto a otros grandes álbumes de la banda como Shamanimal o Utopies, sin olvidar el magnífico directo Baldamore. Estos tres genios vuelven a plantear su personal forma de entender una concepción de la música vitalista, que agrupa y no aleja, que se nutre más de las tradiciones que de los géneros y para la que tampoco se precisa un especial ni pesado bagaje para disfrutar de todo lo que ofrece. Porque la infinidad de matices y culturas que encierran y nos descubren poco a poco son también un grito que ensalza las virtudes de todas ellas en franca confrontación con los peligros que supone para cualquier manifestación artística la globalización y el colonialismo cultural imperante.

Texto: Juan Manuel Vilches