Tercera edición del festival madrileño de música surf y sonidos instrumentales, en una única fecha nos encontramos con un cuarteto de bandas muy apetecible, con todo lo necesario para pasar una noche repleta de olas, guitarreos salvajes y baile.
The Kanaloas llevan juntos 3 años y ya les ha dado tiempo a tener una imagen y un sonido muy bien definidos, antifaces y cuidadas coreografías al servicio de composiciones que suenan a clásicos. Excelente ejecución de pilares del género como ‘Bombora‘ o ‘Wipe Out‘ junto a simpáticas versiones de ‘Surf Like An Egyptian‘ o ‘Bird’s Bath‘. A destacar que estos descendientes del dios Tiki del océano no ocultan al bajista en su mezcla -un instrumento a veces olvidado en un género eminentemente guitarrero- y con ellos suman enteros. Todo un descubrimiento.
Los franceses The Sunmakers destilan actitud punk encarando con rabia tanto ‘Le Twist Des Sunmakers‘ como canciones con coros a lo Beach Boys como ‘Back To You‘, el guitarrista es muy bueno, aunque hay momentos que se pierde con una bajista imprecisa. Derroche de energía, no siempre bien canalizada.
The Cavaliers también son de la tierra de le commandant Cousteau, y se lo pasan tan bien encima del escenario que parece imposible que puedan tocar así mientras bailan, saltan y ríen sin parar, ni siquiera el rapto del guitarrista por parte del público les supuso un problema. Temas veloces siempre jugando en la fina línea que separa al rock 50′s y el surf, con espídicos solos entre Chuck Berry y Dick Dale, siempre con cohesión y solvencia. El cantante de Sunmakers, visiblemente achispado, canta su versión en francés de ‘King Of The Surfers‘ y cuando levantan el pie del acelerador resultan aún mejores con la inmensa ‘Le Ride Du Jugement Dernier‘. Calidad y diversión a niveles supremos, esto es rock and roll.
Para cerrar la velada nos presentan a “El sultán del surf, el faquir del fuzz, el faraón de la fiesta”, Fuad and the Feztones con Bobby Beaton de Gruesomes – perdón Fuad- al frente nos traen el frat rock del año 65 con una curiosa iconografía. Todos los ingredientes se encuentran en su justo medida, un saxo en ‘Djibuti Call‘, buenas dosis de fuzz en la canción de la pirámide de latas de cerveza ‘Beeramid‘ y unos clásicos como ‘Don’t You Just Know It‘ y ‘Louie Louie‘ para rematar la faena. Entre risas, diversión -impagable cuando al bajista se le escapó la “verdadera” identidad de Fuad- y grandes temas como ‘Little Sally Walker‘, el público disfrutó a tope, aunque musicalemente no alcanzaran la brillantez de los caballeros franceses.
Con la sala prácticamente llena, una vez más finalizaba con éxito este festival, el único donde te puedes encontrar a músicos y organizadores bailando en primera fila cómo si les fuera la vida en ello. Anoche el rock and roll nos salvó la vida.
Texto y fotos: Pointer
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