Jorge Martínez tiene carisma y alma de escenario. Se le nota. Sin ningún tipo de complejo, gusta de provocar al respetable de lanzar sus proclamas. Y volvió a sorprender dentro del ciclo Alternativas en concierto. Ilegales jugaron como si fueran teloneros y muchos nos perdimos el arranque inicial. Fue un concierto tan intenso que supo a poco la hora y cuarto de repertorio. Directo intenso, salvaje, acompañado por dos músicos sorprendentes, Alejandro Blanco al bajo y Rubén Mol a la batería. Además celebraba la entrega de un disco de diamante honorífico por la venta de más de un millón de copias por sus nueves discos en treinta años de carrera. Sonaron clásicos como ‘Tiempos nuevos, tiempos salvajes’, ‘Chicos pálidos para las máquinas’, ‘¡Hola Mamoncete!’, ‘Soy un macarra’, ‘Motín en la prisión’, ‘Problema Sexual’ entre otras, y temas más recientes como ‘Agotados de esperar el fin’.
Y con su chulería característica Jorge dejaba el listón muy alto para que continuase cualquiera. La alternativa se le quedó demasiado alta a Mario San Miguel y El Ejército del Amor. Un pastiche mezcla entre Ska-P, Estopa y El Bicho que no se sostiene por ninguna parte. Canciones cortadas bajo el mismo patrón, sin ningún aliciente, ni lugar donde hincarle el diente. Todo un despropósito absoluto. El líder dando las gracias hasta el último espectador al final no inspiraba ni compasión, y el vacío de la sala se notó al instante. Eso sí el cuarteto resolvía con dignidad su directo, pero sin gancho alguno.
Texto: Andrés Castaño