Corran a las tiendas y arramplen con todo lo que tenga estampado de leopardo.
Imelda May ha pasado por Madrid (pronto volverá) para dejar claras dos cosas: que su música está al más alto nivel, y que es capaz de sacar al Rockabilly del cajón de los calcetines de tu abuela y convertirlo en el género de la próxima década, y con él, el estampado de leopardo, los tupés y los mechones decolorados.
Su concierto en la Sala Caracol de Madrid el 19 de noviembre comenzó con unos ritmos de batería que ponían los pelos de punta. Un anuncio de lo que estaba por venir: un contrabajo brutal, una guitarra eléctrica digna del propio Elvis, una trompeta que luchaba con rabia por su sitio e Imelda May. Imelda, la voz. El registro de la artista es asombroso, y segura como se la ve sobre el escenario, parece capaz de todo.
Un concierto caracterizado por canciones cortas, de dos a tres minutos; un sonido espectacular, con una batería con distintas sonorizaciones, un contrabajo de los que enamoran; y una banda de profesionales ha puesto el listón muy alto para esta temporada de conciertos. ‘Love Tattoo’, su primer álbum bajo el nombre Imelda May (busquen a Imelda Clabby), presenta un conjunto de temas perfectos para que se luzca, amén de las versiones con que nos sorprendió:
Imelda May – Concierto en Madrid2 thoughts on “”
Love Tatoo no es su primer disco (estoy cansado de verlo escrito en todos laos). El primer disco es No Turning Back, del 2007.
A eso precísamente nos referíamos con lo de ‘busquen a Imelda Clabby’, nombre bajo el que editó el citado álbum. Sí señor!