Recordado sobre todo por músicos y guitarristas, Jason Becker es un guitarrista norteamericano que a finales de los ochenta causó un gran impacto en plena época de los grandes guitar-hero. Muy joven dio muestras de su destreza con el instrumento y con tan sólo dieciséis años grabó su primer disco en compañía del más conocido Marty Friedman.
Los años de Cacophony fueron de frenética actividad: la grabación de dos discos, giras por Japón, clinics, etc. Con apenas veinte años es seleccionado para ocupar el puesto que había dejado vacante Steve Vai en la banda de David Lee Roth. La gran oportunidad para dar el salto a la primera línea y consagrarse como uno de los grandes guitarristas de rock de su tiempo. Pero, cuando comenzó la grabación de A Little Ain’t Enough a Becker le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad que padece el físico Stephen Hawking. Como a él, los médicos no tenían esperanza de que viviera más allá de tres o cuatro años, pero más de veinte años después sigue vivo.
El documental se centra durante la primera hora en los inicios de Becker, su trabajo con Cacophony y su posterior ingreso en la banda de David Lee Roth, dejando para la última media hora la situación actual del guitarrista. Aún con el excelente repaso de su carrera y las declaraciones de otros músicos y profesionales los grandes protagonistas del documental acaban siendo sus padres y su familia. Porque ellos nunca se rindieron, buscando siempre nuevas formas de ralentizar la inexorable evolución de la enfermedad o mejorar su alimentación. Su padre incluso llegó a inventar un sistema para comunicarse con su hijo cuando éste comenzó a perder la capacidad de hablar. Un amigo le diseño un programa de ordenador a mediados de los noventa para que pudiera componer y desde hace unos cuantos lo hace también con la ayuda de su padre, quien va metiendo una a una las notas en un programa.
Pasando por encima de la parte musical, el documental acaba siendo un desgarrador testimonio del horror de la ELA, pero también un brutal retrato de la fuerza y las ganas con la que afronta Jason Becker su vida. El título no puede ser más adecuado. Becker aún no ha muerto y tantos años después del comienzo de su enfermedad sigue componiendo música, asistiendo a conciertos y viviendo en definitiva con el apoyo de familia y amigos. Aunque en su momento la enfermedad le retiró de la música justo cuando estaba a punto de despegar, esta película nos muestra que años después el guitarrista es una auténtica estrella del rock.
Texto: Juan Manuel Vilches
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Ejemplar testimonio para los que nos estamos iniciando en esta carrera de fondo que es la ELA. Que nos acompañe muchos años, pero sin ninguna prisa :)