La pareja Sykes–Wandscher no deja de sorprender al personal desde que decidieron comenzar este proyecto juntos. Jesse Sykes ha sabido recoger la influencia de sus múltiples trabajos y colaboraciones de los últimos años para añadir a su ya personal oscuro estilo un toque más psicódelico y Phil Wandscher nunca ha estado más lejos de su pasado con Whiskeytown, revelándose ahora como un gran guitarrista, inteligente y apasionado. Su trabajo aquí es la columna vertebral.
Hushed by Devotion muestra a las claras esta evolución a fuerza de solos, sonidos psicotrópicos y algo más de ocho minutos, una duración extensa para lo que viene siendo habitual en la banda. Sykes sigue recordándonos a Nico, Marianne Faithfull e, incluso, Emmylou Harris, pero en este primer corte más que cantar susurra y murmulla en un tono íntimo y apagado que le sienta excepcionalmente bien. A partir de la segunda pista la cosa se relaja y nos ofrece menos de lo que el tema inicial augura, aunque el punto de psicodelia se mantiene. Come to Mary y Servant of your Vision recuerdan a Grateful Dead. Aposta o no, ese rollo acústico etéreo y las voces hacen que resuene en mi cabeza algunos fragmentos de aquel extraordinario American Beauty. Con Ceilings High volvemos a un terreno más animado y con una Sykes poderosa. Pleasuring The Divine, uno de los mejores temas del álbum, vuelve a poner en primer plano el buen gusto de Wandscher a la hora de arrancarle lisérgicas melodías a su guitarra. Birds of Passerine es una de esas preciosidades lánguidas y meláncolicas tan del gusto de la banda, pero en este caso adquiere un tinte mucho más emotivo que en otras canciones de discos anteriores. You’re Own Kind y Wooden Roses dan por finalizado el álbum en esa misma senda, formando las tres unos últimos quince minutos de una intensidad enorme.
Marble Son es probablemente el disco más complejo y a la vez más sutil de Jesse Sykes & The Sweet Hereafter. Si ya desde sus comienzos su lúgubre country-folk despertaba la curiosidad y llamaba la atención, con este ligero giro a la psicodelia de finales de los sesenta la cosa toma un tono mucho más profundo y cargado. La elección ha sido acertada, porque el camino recto hubiera sido seguir ahondando en una propuesta que ya se sabía ganadora, pero incorporar nuevos sonidos -aunque sean a veces demasiado tenues- supone siempre un grado de curiosidad e interés por parte del músico que es de agradecer. Además, en este caso, es que les ha salido muy bien.
Jesse Sykes & The Sweet Hereafter — Marble Son en Spotify
Texto: Juan Manuel Vilches
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