En esto de la música, se suele decir a veces que con ver una portada ya basta para tomar conclusiones. Y en parte, tiene algo de cierto. Cuando uno tiene enfrente el nuevo álbum de Joe Bonamassa se da cuenta -también por el título, todo hay que decirlo- de que va a escuchar alguna americanada. Ojo, que no en el mal sentido de la expresión. Sino que la temática y la estética musical va a ser ésa. Y efectivamente, el bueno de Joe, al que muchos vemos como el sucesor natural del norirlandés Gary Moore, ha hecho un disco más cercano al espíritu country americano que al hard-rock-blues. Algo a lo que nos tenía acostumbrados. Y nada de guitarras duras o sonidos hard-heavy. Se trata de un álbum variado pero siempre dentro de un estilo intencionadamente sosegado y clásico.
Pero esto es lo bueno de la música, la variedad. Y encima, si el resultado es bueno, qué más dan las estéticas y las tendencias sonoras. Bonamassa ha firmado otro aceptable álbum, al que lo único reprochable es el abuso de sus mejores efectos y recursos musicales, que parecen ya calcados. El mejor ejemplo se ve en ‘Slow Train’, el tema de apertura, que nos evoca irremediablemente a otra canciones pasadas. El efecto de la batería usando una repetición de tambores, al modo de marcha militar, y el posterior llanto de guitarra es ya un efecto de libro para Joe -muy oído en ‘The Ballad of John Henry’-. Por cierto que aquí ya se escucha a su nuevo batería, Tal Bergman.
Ya en este corte de apertura se puede prever el espíritu y el corazón country que antes comentaba, confirmado con el tema que da nombre al álbum, ‘Dust Bowl’, al que sólo le faltan los sombreros y las botas de vaquero para terminar de trasladarnos al salvaje Oeste. Para que no haya dudas, vesiona ‘Tennessee Plates’, ese clásico que hemos oído mil veces en las películas yanquis, a ritmo de boogie. Aunque no le hace falta mostrar canciones de otros para rendir cuentas con ese corazón country, tal y como vuelve a hacer con tema como ‘Black Lung Heartache’.
Pero hasta el rabo todo es toro, como se suele decir, y claro que Bonamassa nos deja algún regalo más clásico de blues. Por ejemplo, la impresionante ‘The Meaning Of The Blues’, el clásico de Bobby Troup y Leah Worth, interpretado por muchos artistas con anterioridad. Más de lo mismo con ‘You Better Watch Yourself’, un blues clásico puro y duro, también con tintes boogie-woogie gracias al intencionado uso del piano, que en realidad es una versión del tema de ‘Little’ Walter Jacobs, aunque Bonamassa la firma al incluir partes propias. Un tema otra vez exclusivamente propio es la sentida balada de ‘Last Matador of Bayonne’, donde la protagonista es la exquisita trompeta que acompaña la voz de Joe en todo momento. Preciosa pieza. También es suya ‘The Whale That Swallowed Jonah’, un rock algo discreto.
Pero antes de poner fin al disco, más versiones. El ‘Heartbreaker’ de Free, donde Bonamassa nos regala una colaboración del mítico Glenn Hughes, compañero suyo ahora en el magnífico proyecto Black Country Communion, del cual se espera a hora un segundo disco tras el gran sabor de boca de su debut en 2010. La verdad es que es un lujo poder ver a un mito viviente del blues-rock como es Glenn Hughes versionar a otro también vivo, Paul Rodgers. No es la única colaboración en el disco: John Hiatt canta en la antes mencionada ‘Tennessee Plates’ y Vince Gill en ‘Sweet Rowena’, un clásico blues estilo boogie, con un gran sello americano.
Algún regalo más de blues antes de poner fin al disco es ‘No Love on the Street’, de Tim Curry, de nuevo una versión muy personal de Joe. También es versión ‘Prisoner’, increíblemente cambiada -es una canción interpretada originalmente por Barbra Streisand– para sonar a una balada blues de escándalo. Cómo no va a sonar bien este tema y este disco ayudándose Bonamassa de uno de los mejores productores posibles, Kevin Shirley, que de nuevo ha trabajado con él…
Pero la duda que nos deja Joe Bonamassa es si es capaz de componer un álbum con temas completamente suyos, ya que es habitual que lo haga -incluso lanzando discos sólo de versiones, como fue ‘Black Rock’ (2010)- o que en directo busque los mejores momentos de complicidad cuando versiona a Led Zeppelin y otras bandas con tirón de masas. Porque sobre lo que no hay duda es de su gran calidad para la composición, así que una de dos: o no da más de sí para sacar temas propios o bien Joe se decanta más por agradar a sus seguidores con canciones que a él le marcaron en su juventud. Ahí queda la incógnita.
Artista: Joe Bonamassa
Disco: Dust Bowl
Sello: J&R Adventures / Premier Artists / Provogue Records .
Fecha de publicación: 21 marzo 2011
Más información: www.jbonamassa.com/
Listado de canciones:
1. Slow Train 6:49
2. Dust Bowl 4:33
3. Tennessee Plates 4:18
4. The Meaning Of The Blues 5:44
5. Black Lung Heartache 4:14
6. You Better Watch Yourself 3:30
7. The Last Matador Of Bayonne 5:23
8. Heartbreaker 5:49
9. No Love On The Street 6:32
10. The Whale That Swallowed Jonah 4:46
11. Sweet Rowena 4:34
12. Prisoner 6:48
Duración total: 1:03’05”
Género: Blues-rock; country-rock; hard-rock
Web oficial: www.jbonamassa.com/
Valoración: 7
Pablo M. Beleña www.portalesquizofrenia.com
Joe Bonamassa — ‘Dust Bowl’ (2011)1 thought on “”