De su faceta de poeta, la menos conocida pero no por eso la menos prolífera (su primer poemario data del año 1959), destacan “Cantar Y Callar“, 1971, su antología “Poemas Y Canciones“, 1976, “Diario De Un Náufrago“, 1988, y la selección de poemas “Dulce Sabor De Días Agrestes“, 2004.
Pero si Labordeta es un personaje conocido, además de por su afán de decir las cosas como son tantas veces demostrado desde su escaño en el Congreso de los Diputados, es gracias a su incursión en las aguas de la canción de autor (su último disco “Vayatrés“, data del año 2009). Y es que en su extensa discografía que comprende más de una docena de discos, el aragonés desata la melancolía de su tierra y nos la retrata palmo a palmo, verso a verso, acorde a acorde. Preciosa su canción titulada “Canto A La Libertad“, – “Habrá un día en que todos al levantar la vista, veremos una tierra, que ponga Libertad” —, composición convertida en himno que le define como artista y como persona, amante del terruño y la Libertad. En la misma línea dialéctica se encuentran “Ya Ves” — “Recuérdame, como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más” — “Aragón“, fiel retrato con palabras de su bellísima tierra, “Banderas Rotas“, o “Severino El Sordo“, – “Arremójate la tripa que ya viene el calor, que luego en el mes de Agosto no suelta el agua ni Dios” -, una canción más populista y cercana, como a él (y a todos) le gustaba.
José Antonio, te dejas aquí la honestidad de decir lo que se piensa pensando siempre lo que se dice, la voz y el verso popular y populista, la patria chica y la Libertad protagonistas, el recuerdo y la melancolía, la cercanía y el aliento. Pero te llevas la mochila llena de cariño. Descansa en paz.