La discografía de este músico californiano, aunque afincado en Nashville, es algo irregular. Aunque tuvo un gran comienzo en 1994 con su primer trabajo, homónimo, desde entonces cada nuevo disco parece ser una ruleta rusa en la que no sabes exactamente qué vas a encontrar. A veces aparece bastante inspirado, como en Suitcase, y otras realmente aburrido, como en The Reflection. Pero en cada disco siempre encuentras al menos un par de temas interesantes, lo que quizá justifique que con cada nuevo trabajo volvamos a escucharle.
Con Bluesamericana no se ha arriesgado y ha ido al meollo del asunto con un blues clásico, muy asequible y suave, y algo de folk americano sustentado sobre todo en el uso de la mandolina y el banjo. La cosa es que, exceptuando un par de composiciones demasiado dulzonas, el resto del disco está más que entretenido e, incluso, bastante divertido con temas como The Worst Is Yet To Come y la versión que hace de Ike Turner de That’s Alright. Además, The Old Me Better pone un punto orleano que, sin pretensiones, mejora el conjunto sustancialmente.
La suavidad que casi siempre destila Keb’ Mo’ le ha aportado ya tres Grammys y un buen número de aficionados. Y esa es su propuesta: un blues fresco, agradable al oído y sencillo. En eso, desde luego, es de los mejores. Pero si lo que nos apetece es escuchar auténtico blues del Delta entonces mejor debemos volver a clásicos como Skip James, Elmore James y otros de los años cuarenta y cincuenta.
Texto: Juan Manuel Vilches