A pesar de contar con todas las papeletas para convertirse en otra diva r&b más, la ex-mujer de Nas siempre tuvo un poquito de outsider. No se encontraba del todo cómoda en el falso glamour de sus compañeras de profesión, y prefería pintarse el pelo de colores, gritar como una loca (no en el sentido de Mariah) y mandarte a la mierda a la primera de cambio. Quizás por ello nunca caló demasiado en el país de la hamburguesa (su segundo trabajo ni se publicó), contando con un público más fiel en Gran Bretaña. Y eso que The Neptunes la respaldaban con sus, para la época, revolucionarias producciones. Cuatros discos, dos de ellos muy destacables, especialmente el Tasty (que contenía ese bombazo que fue y es “Milkshake”) y después un recopilatorio que cerró su época urban/r&b. Tras un largo descanso toca la reinvención.
Parece que ya no le importa un comino triunfar en Estados Unidos o no, por lo que se nos ha plantado con un disco 100% dance, sabiendo que es un género que no cuaja demasiado en su tierra. Pero que nadie piense en un Confessions o un Fever, porque Flesh Tone casi podría formar parte de una compilación de Máxima FM. No os asustéis, con bastante más de estilo y una producción más sofisticada. Lo que tenemos es un álbum en el cual no hay cabida para baladas o medios tiempos, donde todos los temas cuentan con unas bases contundentes destinadas a destrozar nuestros pies sobre la pista de baile. Kelis habla de lo típico en estos casos: diversión, amor, sexo. La novedad radica en contarnos (a ritmo machacón, of course) la experiencia de ser madre y lo que le ha supuesto. Nada demasiado profundo, eso sí.
Switch, Boyz Noize o David Guetta no se colgarán medallas por su trabajo en la producción, pero cumplen con eficacia su cometido, y si bien las melodías no resultan tan exhuberantes como en su pasado urban, el disco finalmente acaba enganchando. A destacar, me quedaría con “Intro”, que a pesar del nombre se puede considerar como una canción más (muy Justice, por cierto); “Acapella”, con un Guetta por encima de la media de sus producciones normalmente anodinas; “Scream” y “Home”, con subidones evidentes pero efectivos; y “Song for the baby”, con aires a Ultra Nate y demás house noventero. Los interludes, a diferencia de otras ocasiones, no molestan en absoluto, e incluso en algún caso (el quinto especialmente) dan ganas de que se convirtiesen en un tema completo. Concluyendo, Flesh Tone es un trabajo directo y ligero, al que tampoco se le puede exigir más de lo que pretende, una experiencia absolutamente dance.
VALORACIÓN: 6
Artista: Kelis
Álbum: Flesh Tone
Discográfica: Universal
País: EEUU
Año: 2010
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