La cuarta entrega de los Alive a los que con tanta sabiduría han sabido sacar el jugo durante varias décadas los norteamericanos Kiss trajo una triste realidad que pocos estaban listos para digerir. Aquel acústico de los noventa hacía volar la imaginación, al igual que su más que aceptable Psycho Circus. Ahora bien, que la Kiss Symphony terminase editándose deprisa y corriendo aunque tarde es una realidad incuestionable. Al igual que pasó en su día con Carnival Of Souls, experimento con varios altibajos que responde posiblemente a los últimos coletazos grunge más que a otra cosa, Alive IV vio la calle con la urgencia que da el perder un dinero que nunca está de más en las propias alforjas. El retraso en su publicación daría pie a que las copias piratas se extendiesen como setas en el campo tras una tarde de lluvia. En 2008, y con dos mercenarios viejos conocidos por la afición, the hottest band in the world se encuentra en una encrucijada que les acerca sin duda a su extinción como banda en activo. Pero había en el aire electricidad, se podía notar, y el aviso definitivo de un regreso en oficialidad con disco en estudio les salvó de una pronta crítica. Sonic Boom (2009) continuaba la tradición de no extinguirse que tienen a gala Gene Simmons y Paul Stanley, no así los recursos talentosos que consiguieran en grabaciones pasadas. En facto, y a la postre, el disco compacto aprobaba para alargar un poco más la leyenda —aunque pocos les perdonarán que en su siguiente gira de promoción los conciertos se abriesen con un sencillo cual ‘Modern Day Delilah‘—. Sin embardo, los años de incertidumbre anterior a su último lanzamiento recuerdan de algún modo al momento histórico por el que pasó el cuarteto a finales de los setenta.
Corría 1978 cuando Kiss se dispone a afrontar uno de los retos que pocos grupos musicales habían cubierto hasta el momento: rodar un largometraje. Al igual que sus adorados The Beatles, Paul Stanley y el resto de compañeros de armas iban a disfrutar de una filmación creada para mayor “gloria” de sus alter egos de estrella (las comillas tienen pronta explicación). La idea no estaba nada mal, aunque cuando se les plantea un estricto horario de rodaje se inicia una cadena de problemas que casi acaban con la ya victoriosa carrera musical de estos artistas. Paul y Gene, auténticos hombres de negocios, consiguen sin demasiado esfuerzo vislumbrar lo que la grabación de la película les puede reportar en cuanto a fama se refiere, mientras que Peter y Ace se sienten superados por unas normas que ya no están dispuestos a seguir. Ahora son estrellones, luminarias del rock and roll, y nada va a separarles de sus vicios. Los dos working class heroes no parecen listos para excesivas lindezas de ese calibre, sobre todo si no están relacionadas con largas jornadas en bares y clubes tras la actuación de rigor de cada noche sobre un escenario. Varias salidas de tono de Frehley y Criss, sumado a más de un rifirrafe con los otros dos componentes del combo, llevó la situación a un límite peligroso. El hombre del espacio y el batería gatuno ponen sus cartas sobre la mesa y plantean sin demasiadas preocupaciones una escapada en solitario. Stanley y Simmons no están dispuestos a pasarles la más mínima tontería, aunque al final se ven en la tesitura de tragarse su orgullo y pactar una solución que convenga a todos. Nadie saldrá de Kiss, aunque todos tendrán la posibilidad de editar un álbum propio, eso sí, siempre bajo el sello del cuarteto más caliente del glam americano.
En un principio ni Gene ni Paul tenían idea de desmarcarse con LPs de solista, aunque el hecho de tener que hacer el juego a sus otros dos compinches y la necesidad de dar credibilidad a la engañifa terminaría poniéndoles manos a la obra. Puede ser que por esta bajada de pantalones algo forzada, las publicaciones que se pusieron a la venta bajo el rostro pintado de Paul Stanley y Gene Simmons sean tan curiosas y de cierta forma inesperadas. El primero rompía con todo a golpe de un rock melódico y disfrutaba del mejor adult oriented rock de los setenta, ofreciendo al comprador unos temas que podrían estar codeándose en las listas de éxitos comerciales junto a pelotazos de Styx o Journey. Y aunque ‘It’s Alright‘ sería una de las tonadas que acompañarían junto a ‘Move On‘ los comerciales televisivos de promoción, realmente la canción ‘Love In Chains‘ se llevaría el galardón de corte cumbre de la obra. Bob Kulick, por aquellos días compartiendo jornadas musicales con el inconmensurable Meat Loaf, se hizo cargo del proyecto logrando dar un nuevo sonido al Starchild. Muchos fueron los que se extrañaron con el cambio, aunque posteriormente Stanley demostraría su amor por dichas corrientes colaborando con popes de dicha disciplina como Jeff Paris.
Gene no se quedó corto, aunque posiblemente su atrevimiento se pasó de ciertos márgenes que podríamos anotar como comprensibles. Al final las listas no le tomaron por loco, aunque no hay que olvidar que canciones edulcoradas y de casi balada como ‘See You Tonight‘ o la siempre efectiva ‘When You Wish Upon The Star‘ (sí, la que la casa Disney emparejó con el personaje de Pinocho, y posteriormente con la presentación del propio logotipo de la empresa) dieron más que un acertado empujón para hacer esto posible. Lo que Simmons conjugó en aquellas grabaciones sería recordado para los restos; y es que no todos los días se tiene en un mismo disco a un miembro de Cheap Trick (Rick Nielsen), a otro de Aerosmith (Joe Perry), a un maestro compositor y ejecutor de rock maduro como Bob Seger, a una reina Disco como Donna Summer o a la camaleónica Cher, que había dejado el mundo de las flores y los collares de cuentas por el bajista de larga lengua (no fue con el único rockero con el que se emparejó tras romper con Sonny Bono). Muchos conceptos sin concretar que oscurecían el resultado global. Curiosa forma de despistar a la afición, algo que bastantes años después sirvió de aperitivo para el horror transformado en pieza de disco compacto. El nuevo siglo terminaría por ofrecernos una verdad en la que muchos jamás se atrevieron a pensar.
Criss y Frehley por su parte se dieron a lo suyo, estilos que ya habían sido marca reconocida en sus grabaciones junto a Kiss como cuarteto. El Catman se dejó llevar por esa mezcla de rock and roll clásico con tintes de west coast y soft rock que tanto le agradaban, todo ello condimentado con baladas gatunas que podría haber firmado cualquier miembro de The Osmonds. Aun así, y aunque no poseía la pasión de algunos cañonazos de Stanley, Peter logró cerrar una obra divertida cargada de canciones bailables y con visión para complementar el material recopilado en cualquier jukebox de cafetería, ideal para uno de esos locales que parecen paraísos a lo largo de las largas extensiones de polvorientas carreteras norteamericanas. Su voz terminaba de colorear el lienzo recordando a los seguidores del baterista las razones por las que se hacía de querer con tanta facilidad. Mientras, y haciendo verdaderos esfuerzos para trabajar en ello durante dos meses seguidos, seis días a la semana, Ace se ponía bajo la supervisión de Eddie Kramer para sacar brillo a toda su artillería de guitarras. Una gran cantidad de modelos de su colección fueron usados para convertir aquel primer vinilo como solista en el verdadero objeto de deseo de la propuesta, obra vencedora cargada de las mejores creaciones que podía ofrecer una apuesta como Kiss. Desde ‘Rip It Up‘ hasta ‘Ozone‘, pasando por ‘New York Groove‘ (que aún llegó a tocar en su gira de regreso con la banda madre) o ‘Snow Blind‘, todo eran ganas de sacar ideas de su interior en favor de una grabación personalísima.
El 18 de septiembre se lanzaron de forma simultánea los cuatro álbumes (cuadrilátero adornado con falsas dedicatorias de los unos a los otros), un mes antes de poderse sentir secundados por el estreno en la NBC de la película Kiss Meets The Phantom Of The Park. Las listas pronto se olvidaron de la triquiñuela con forma de hazaña grabada a cuatro pares de manos separadas, aunque los seguidores sí se rindieron ante la otra locura, en esta ocasión hilarante desde el patético punto de vista. El telefilme que pone a los músicos como héroes con poderes extraordinarios (realidad tomada de unos números conmemorativos dibujados en la casa Marvel) cuajó, terminando como el espacio más visto ese año en la NBC tras el corto serial Shogun. De lo que no cabe duda es que los cuatro discos ayudarían pasado el tiempo a los seguidores de la banda a calar a los músicos para sus futuras carreras en solitario (aunque para ello a algunos les faltase menos días que a otros, ¿verdad Peter?).
Sergio Guillén
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SIN DUDA ALGUNA LA MEJOR BANDA DE ROCK E LOS 70'S 80'S Y ACTUALMENTE ACTIVA ESTA EXISTOSA Y GRANDIOSA BANDA DE ROCK KISS MI GRUPO PREFERIDO Y ADMIRADO DESDE SUS INICIOS EN 1973 UN ICONO EN LA MUSICA ROCK Y ADEMAS INSPIRADOR PARA LA CREACION DE MUCHAS BADAS MAS QUE NACIEROS GRACIAS A SU INFLUECA ROCKERA
KISS UNA BANDA DE LOS MEJORES ROCKEROS EN LA HISTORIA
ace el mas rockero de todos, asta lo mas pop de paul el le daba un grado heavy,