Hace tres años estos tres hermanos de Londres sorprendieron gratamente con un trabajo repleto de versiones que se situaba muy por encima de otros intentos de revival de los años cincuenta. Ahora continúan en esa senda de rockabilly y swing, pero con sus propios temas e incluyendo otros sonidos, como el ska en la inicial Tomorrow y el primer single I’m So Sorry. Pero, para encontrar el primer tema realmente interesante tenemos que llegar hasta la cuarta Don’ Make a Fool Out of Me. Eso, si pasamos de puntillas por Baby Don’t You Know que, en un tono más pausado, acaricia una base rítmica sobre la que destaca el tono sensual de la voz de Kitty Durham. Don’ Make a Fool Out of Me es una de las pocas ocasiones que tenemos de escuchar la voz de Lewis, mucho mejor aquí que en I’m Coming Home. Con I’m Going Back los hermanos Duhram han construido el tema con retales de algunas canciones de su anterior trabajo. A la mitad el impulso de poner Goin’ up the Country ya se hace incontenible. You’ll Soon Be Here sí consigue a través de esa simplicidad estilística que les caracteriza crear un buen tema, con unas clásicas pero atractivas líneas de guitarra.

La historia de Messing With My Life es curiosa. Por lo visto era el juego de acordes que usaban en los ensayos para calentar, lo que se nota en lo repetitivo del tema. Sin embargo y siendo además el más alejado de su sonido habitual, es una de las mejores composiciones de todo el disco. Terriblemente pegadiza y perfecta para esos viajes por carretera que en estos meses muchos harán de camino a unos días de descanso y disfrute. Los tres temas instrumentales, Paan Man Boogie, What Quid? y Smoking in Heaven, acaban por resultar demasiado repetitivos, especialmente estos dos últimos y sus más de siete minutos. Paan Man Boogie se salva de esta monotonía con un piano a lo Jerry Lee Lewis, muy rítmico, y una guitarra que dibuja los acordes a pellizcos sobre él.

El sonido de Smoking in Heaven sigue con la acertada decisión de usar exclusivamente herramientas de grabación analógicas y eso hace que el resultado final sea enormemente elegante. Este es su primer disco con composiciones propias y la comparación con su anterior trabajo no sería justa. Desde este punto de vista, es tan sólo la excesiva duración del álbum —una hora- la que ayuda bastante a ver el conjunto algo irregular, porque seguramente con quince minutos menos las buenas canciones —que las hay- resaltarían más sobre el resto.

Texto: Juan Manuel Vilches