Kylie, la diva gay por excelencia (más que Madonna diría yo) vuelve con nuevo trabajo después de dos décadas llenas de altibajos. Por supuesto que deseamos que le vaya fenomenal, pero con su irregular carrera nunca se sabe. Y es que quien pensaba en 2001 que volvería a la vida con aquel inolvidable Fever (aunque Light Years fue un buen aperitivo). Y quien pensaba que se la pegaría con aquel interesante pero falto de gancho Body Language. El mundo del pop es así, un día en la cima y al siguiente compitiendo con popstars de segunda mientras las grandes divas te pisotean sin compasión. X no cambió una situación algo decadente, a pesar de ser un trabajo divertido y variado (algo incoherente también). Con este Aphrodite dudo que disfrute de otro Fever, pero por las primeras cifras de ventas y críticas parece que no le va a ir del todo mal. Detrás de una portada a la que solo le falta un frasco de colonia se esconde un tour de force cien por cien bailable. Muchos lo comparan con el Confessions de Madonna, y algo de razón no les falta, ya que, aparte de por el espíritu dance, cuenta con Stuart Price como artífice principal de su sonido.
Nunca se ha tomado así misma demasiado en serio, en el buen sentido. Mientras otras invierten (o malgastan) su tiempo es hacernos creer lo profundas que son o lo dura que es su vida por culpa de la prensa, la australiana siempre ha querido hacérnoslo pasar bien con su pop desenfadado para todos los públicos. Y se agradece. Por suerte con Aphrodite ha maximizado esta premisa y nos devuelve a la Kylie que quiere reventar las pistas de baile, pero siempre con buen rollo y una gran sonrisa (nada de dramas ni sexo guarro). “All the lovers” abre el disco de manera más que decente, con un puente que conduce la canción hasta el éxtasis y del que el estribillo final se beneficia considerablemente. “Get out of my way” y “Put your hands up (if you feel love)” son temas bastante facilones pero muy efectivos, con melodías infecciosas y ritmos acelerados para bailar como si no hubiese un mañana. La canción mas interesante por estilo y sonido es “Closer”, con un riff muy similar al de “Aerodynamic” de Daft Punk. “Aphrodite” se encuentra muy en la línea de sus años oscuros (los noventa), incluso en el tono de voz, pero al final queda aparente (aunque quizás no para tener el honor de dar nombre al álbum). “Too much” y “Can’t beat the feeling” se alimentan de su clásico “Love at first sight”, sin tanta gracia pero con suficiente soltura para disfrutar de ellas sin contemplaciones. Tampoco hay que olvidarse de “Looking for an angel”, con un bonito juego de voces y un estribillo marca de la casa.
El resto de canciones son bastante planas, y en el caso de “Everything is beautiful” (momento ‘me gusta ser mujer’) Kylie nos aburre soberanamente con un medio tiempo que rompe con el ritmo del disco y que parece producida por un Timbaland en horas bajas (es decir, en la actualidad). En realidad todo el conjunto resulta un tanto plano, porque, como ya pasaba en el Confessions de Madonna, ninguna canción sobresale especialmente debido a una producción bastante homogénea. Y es que Stuart Price siempre se ha caracterizado por sus producciones cuidadas pero con falta de personalidad, con trucos un millón de veces utilizados y que explota hasta la saciedad. Agrada pero no sorprende, algo que por otra parte también resulta aplicable al resto de elementos. Éste posiblemente sea el mayor lastre de un álbum ligero, frívolo (en el buen sentido) y sin pretensiones, muy Kylie, y del que las pistas de baile se irán aprovechado hasta bien entrado el invierno.
VALORACIÓN: 6,5
Artista: Kylie Minogue
Álbum: Aphrodite
Discográfica: Parlophone
País: UK
Año: 2010
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