Las compañías discográficas nacieron en un contexto en el que la difusión cultural estaba bastante mermada. La única forma de que alguien comprase y escuchase tu música era atarte a una compañía, ya que tenían el monopolio de la distribución musical. Los grupos no tenían otra opción y se veían obligados a firmar contratos abusivos, aceptando absurdas cláusulas y comprometiéndose por años a ser fieles a la empresa. Afortunadamente las cosas han cambiado.
Internet ha revolucionado la difusión de la cultura en general y la música en particular, y ha creado conceptos antes inimaginables, tales como la cultura libre. Además, los recursos para grabar temas profesionales son mayores, existiendo incluso subvenciones, ayudas y concursos proyectados por las Comunidades Autónomas -por ejemplo la Junta de Andalucía- para darle una oportunidad a los jóvenes músicos. Todo esto ha provocado que el concepto de compañía discográfica quede obsoleto.
En los años 80, si querías ser músico, una vez tenías tu grupo formado y unas cuantas canciones compuestas sólo podías exhibirte en pequeñas salas y después pasar una maqueta rezando por que algún sello se interesase por tí. Ahora, cualquiera puede componer y grabarse a sí mismo, colgar las canciones en Myspace, promocionarse y distribuir su música gratuitamente o con el precio deseado por internet.
Esos son los motivos por los que la desvinculación de grupos famosos de las discográficas está a la orden del día. Ya no es necesario estar encadenado a una compañía, dejando que te explote a su parecer. Ahora hay más opciones, por eso la caída del imperio está cercana.
Gonzalo Vázquez
La caída del imperio discográfico1 thought on “”
Ya era hora. Viva la cultura libre!!