Para que os vayáis haciendo a la idea, he aquí un pequeño adelanto:
Sobre ellos se han escrito muchas cosas. Dejemos que sean sus palabras las que les describan: “Tocan uno delante del otro, uno encima de otro, intercambian las voces, se ponen los dedos entre las cuerdas, se obstaculizan, se ponen la cuerda al cuello. Los intérpretes reactivan el universo de Tom Waits con flores y cuchillos puntiagudos, con justeza y originalidad. Se dice de ellos que hacen música que se ve“.
Originalmente, OdeHO es una formación musical, aunque los miembros que evolucionan en ella practican disciplinas artísticas variadas. Al hilo de los distintos proyectos llevados a cabo, constatando la riqueza de esta colaboración y la originalidad de las producciones, el colectivo se metamorfoseó poco a poco en taller de bricolaje interdisciplinario. Gravitando alrededor del personaje del hombre orquesta -hombre para todo, que no tiene otro talento particular que saber hacer un poco de todo, pero todo a la vez-, el colectivo hace de todo, sin poseer por ello los talentos particulares o los conocimientos requeridos; hace falta, pues, salir a buscar soluciones no trilladas, reinventar la virtuosidad en otro sitio. Aproximándose así al bricolaje, el colectivo se aleja de la uniformidad y de la normalización. Se trata, de alguna manera, de abogar a favor de arreglárselas con lo que se tiene y de la inteligencia. También es una esperada reconciliación entre arte actual y cultura popular.
Así que, ya lo sabéis, si no queréis perderos el espectáculo que más dará que hablar en las próximas fechas, ¡daos prisa! Porque las entradas se están agotando y las fechas, como véis, son escasas.