Marcaban las agujas del reloj las diez y media, cuando, con muy poca gente en la sala, apenas unas 40 personas, Delito y Medio se subían al pequeño escenario para dar un buen rato de música antes de La Taberna de Moe.
Calendario era el primer tema del disco, y como no, también lo fue en el concierto, y ya casi con esta primera canción pudimos obtener una conclusión clara, en concierto suenan mucho mejor, un sonido limpio, la voz fuerte pero oyendo los ritmos y riffs de las guitarras y los bajos no estaban ausentes.
No Hay Dos Sin Tres, Media Barra,… los temas iban cayendo uno a uno, y la sala parecía ir animándose progresivamente, y para la mitad de la actuación, cuanto tocaron Siempre Amanece, la sala ya contaría el centenar de personas, una cifra pequeña, pero que poco a poco iría aumentando.
El grupo se mantuvo durante toda la actuación, dejándonos algún que otro regalo en forma de versión de Barricada. Pero tras La Farola y Sin Fronteras, su actuación daba a fin dejándonos con un sabor de boca cojonudo que nos hace decir sin miedo que su directo es de lo mejor que se puede escuchar, una gozada.
Expectantes esperábamos la salida de La Taberna de Moe, que de sonar igual que Delito y Medio dejarían el pabellón por todo lo alto.
Tras un pequeño descanso, y el cambio de escenario, La Taberna de Moe hacía acto de presencia, y tras un inicio coreográfico en el que pudimos escuchar una grabación denuncia de la situación actual, Marioneta empezó a sonar antes las poco más de 150 personas que habría en ese momento.
Soberbia, Recuerdos, Trenzados del Revés,… pero algo no sonaba igual, quizá fuera el sonido de la sala, pero costaba escuchar al cantante en algunas ocasiones, y una de las guitarras destacaba demasiado sobre el resto, llegando a ser muy molesta en el foso de la sala. Sin embargo, el público parecía contento, incluso algún que otro espontáneo se subió al escenario para hacer un dúo con el cantante, que ante dicha situación decidió tomárselo a bien y seguir.
Intentaban animar al público como pudieron, saltos, manos en alto,… y poco a poco lo iban consiguiendo, la gente se acercaba al escenario, aún con el riesgo que supone esto en un concierto, donde lo más frecuente es un mar de empujones.
Aprendiz, Hipócrita, Por Ellas,… el público seguía bien, pero el sonido cada vez era más molesto, esa guitarra destrozaba la cabeza y hacía muy difícil escuchar un sonido similar al del disco, así, los temas seguían, Predicantes, Contra Corriente, Mundo Sin Ley y ya sólo dos temas más marcarían el fin.
Aún con la duda de si el mal sonido era fruto de la acústica o de una mala ecualización, la conclusión clara fue, la Taberna de Moe no estuvo mal, animó al publico y consiguió hacernos pasar un buen rato, pero no hay comparación con como sonaron Delito y Medio, que para mí, fue el gran grupo de la noche.
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