Artista: Lagartija Nick
Título: Zona de conflicto
Sello: Chesapik
Fecha de publicación: 18 de mayo de 2011
Más información: http://www.myspace.com/lagartijanick2010
Listado de canciones:
Mi vida anterior
Arenas
Tiempo de exposición
Zona de conflicto
Crimen, sabotaje y creación
Panorama nº5
Warsawa
Supercuerda
Vuelo nocturno
Dijo adiós Lorena Enjuto y la formación quedó reconvertida en trío. De este modo volvemos a reencontrarnos con el sonido del bajo de Antonio Arias en su nuevo trabajo, publicado dos años después de su último álbum. Zona de conflicto es un disco en el que estaba previsto colaborase el cantaor Enrique Morente, concretamente en el último de sus temas, “Vuelo Nocturno“, pero su repentina muerte acaecida el pasado trece de diciembre, tras un infarto cerebral, frustró dicha contribución. El Ronco de Albaicín ha sido un referente musical para la banda, así como un modelo a seguir en su manera de comprender la música en directo, por eso Lagartija Nick ha considerado lógico y necesario dedicar el disco a su memoria.
Los de Granada se mantienen en pie tras veinte años de existencia sonorizada y once trabajos discográficos. Para su historia presente, han recurrido de nuevo a Paul Grau en la producción, convirtiéndose esta en la tercera colaboración conjunta. Pero el sonido conseguido, que no es otro que el buscado, dista del de sus últimos años y, por consiguiente, de los discos publicados en este siglo. Los temas suenan tan oscuros como introspectivas son sus letras. Nos encontramos ante nueve canciones que reflejan las dudas y reflexiones ante las que ha debido (o puede que querido) enfrentarse Antonio; un viaje hacia el interior del alma con paradas prudenciales en la conciencia. Según palabras del propio Antonio: ‘”…el tema más recurrente en este disco, en lo que a las letras se refiere, es la búsqueda del alma gemela, un motivo que puede desarrollarse de múltiples formas. Para mí esa es la idea seudopoética de zona de conflicto’.
Son tiempos convulsos socialmente hablando pero también son tiempos salvajes a nivel personal para Antonio Arias, por eso no es de extrañar que la banda haya vuelto a recrudecer su sonido, creando pasarelas interpretativas hacia parte de su pasado más crudo. Para decorar esta musicalidad primitiva han apostado por una tendencia a la poesía más inconexa, rodándose de viejos amigos y colaboradores como el poeta David Jou. Y resulta curiosa esa inquietud por la prosa lírica más terrenal y humana, cuando los temas arrastran al oyente hacia realidades intangibles, bastardas oníricas de la paridad musical, convirtiendo al mismo en confidente de una sinceridad que no siempre comprende.
Como apunte final, reseñar que la ilustración de la portada del álbum pertenece al pintor albaceteño José Callado. Un apuesta que se convierte en un gran acierto ya que la imagen amplifica esa sensación de insólita realidad que comulga a la perfección con el resto del conjunto.
Un disco donde la dualidad se convierte en protagonista y en el que pasado y presente aúnan los caminos de una banda que, lejos de languidecer en el tiempo, mantiene intactas unas inquietudes que sabe transmutar en creatividad.
Raül Ruiz
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