Los estadounidenses Lamb Of God se han convertido en la niña bonita de cientos de seguidores del metal de nueva generación. El hecho de que Metallica, apostasen por ellos para abrir muchos de sus conciertos también ha provocado parte de esa expectación.

Lo cierto es que los de Richmond han ido construyendo una sólida trayectoria desde que en 1990 se replanteasen su futuro como Burn The Priest e iniciaran una nueva etapa con su actual nombre produciendo cuatro competentes discos, consolidada en 2006 con Sacrament, un trabajo en el que se adivinaba un cierto acercamiento a los perfiles comerciales. Con Wrath, han retomado su vertiente más cruda apostando por las sonoridades de mordiente corrosiva.

Aunque posiblemente se hayan exagerado las bondades de su propuesta, sin duda es una banda con mucha personalidad. Sobretodo, por haber sabido cimentar un sonido que está desarrollado de forma que mantiene las distancias con los vértices excesivamente extremos, además de desmarcarse del puro y duro metalcore, quedando su contexto en el vasto universo del metal, para flirtear con esquemas encuadrados en la diversidad.

Asentados en la rudeza de unos riffs de rugosa textura y desafinación exquisita fruto de la vitalista labor de Willie Adler y Mark Morton, quien no se prodiga excesivamente en los solos pero cumplen su función perfectamente; en la agresividad vocal de Randy Blythe, en gran forma durante todo el disco y en una abrumadora sección rítmica formada por John Campbell (bajo) y Chris Adler (bateria), Lamb Of God facturan una serie de composiciones abruptas y demoledoras donde no destaca una más que otra porque todas transpiran peligrosidad, destilan mala leche y cabalgan a través de una musculosa dinámica.

Quizá la aceleración de “Contractor” y la firmeza de “Fake Messiah”, surjan como ejemplos más representativos aunque el resto de temas mantiene el mismo nivel de calidad y ferocidad, salvo la instrumental “The Passing”, una intro con rasgos armoniosos preludio de la tormenta consiguiente.

En determinadas partes la batería suena excesivamente orgánica y esto puede llegar a sorprender, incluso recuerda al vilipendiado St. Anger de Metallica, aunque aquí son solo momentos puntuales.

También es evidente su acercamiento a los atributos inherentes a Pantera, sin embargo, otro de los méritos de Lamb Of God es, precisamente, saber aprovechar esas influencias sin que dejen una huella descarada. Al contrario, las utilizan en su beneficio camuflándolas con criterio.

En conclusión, un brutal encuentro con los residuos del heavy más colérico mutado en material altamente inflamable. Quizá algo difícil de asimilar para neófitos pero con mucha sustancia por descubrir en sucesivas escuchas y eso siempre es positivo para una banda.

GRUPO: Lamb Of God
TITULO: Wrath
DISCOGRAFICA: Roadrunner
AÑO: 2009
PAIS: Estados Unidos
CALIFICACION: 8


CRITICA REALIZADA POR LOCKY PEREZ

locky

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