Artista: Lana del Rey
Título: Born to Die
Sello: Universal
Fecha de publicación: 2012
Más información: web oficial
Listado de canciones:
1. Born to die
2. Off to the races
3. Blue jeans
4. Video games
5. Diest mountain dew
6. National anthem
7. Dark paradise
8. Radio
9. Carmen
10. Million dollar man
11. Summertime sadness
12. This is what makes us girls
El disco de la temporada, para bien o para mal. Así ha sido catalogado el primer disco como Lana del Rey de Elisabeth Grant, y razón no le falta a esta afirmación. El tsunami de noticias, expectativas, alabanzas y dardos envenenados ha superado todas las cavilaciones que pudiésemos haber planteado hace unos meses cuando escuchamos la preciosa “Video games” por primera vez. Sin embargo da la sensación que al final el disco es lo de menos: la gente prefiere hablar de sus recauchutados labios, acusarle de producto de marketing o quedarse en la superficie con los singles. Como siempre, al final el concepto álbum, tan denostado en nuestros días, se queda en un segundo plano ante aspectos más frívolos que complementan, pero no lo son todo. No debería ser así, pero es lo que hay. Por suerte Born to die tiene más chicha que un par de singles, una cara bonita o una actitud retro-romántica. Tampoco es que vaya a salvar el pop, tanto comercial como indie, pero unos cuantos buenos ratos no nos los quita nadie.
La primera mitad del disco es maravillosa, incluyendo las consabidas “Video games” y “Blue jeans” (lynchiana total), que incluso ganan puntos en conjunto que por separado. El tema homónimo marca la tendencia elegante y sugerente del álbum, con bien de instrumentación y envoltorio post trip-hop. Lo que sí que resulta ciertamente variado es la interpretación de Lana, que dependiendo del tema puede tornarse hacia personalidades completamente contrapuestas, como en el descaro de Off to the races o el tono de animadora en el estribillo de National anthem. A partir de este tema el álbum comienza a flaquear en el terreno lírico, con clichés más que vistos acerca del poder y el dinero, aunque la melodía se destapa tan pegajosamente pop que acaba no importando. El problema es que este déficit lírico sí que pasa factura en cortes como “Dark paradise”, “Million dollar man” o “Carmen”, que pecan de monotonía sonora y melódica (además de parecer remedos de los highlights del álbum). El caso es que cuando Lana lo da todo, da igual que cante el tópico más manido del mundo, porque la sensualidad intimista con lo que interpreta lo convierte en una escena de la mejor película noir de la época dorada de Hollywood.
Es la segunda parte de Born to die la que lastra el conjunto: más de lo mismo pero perezosamente ejecutado. Hay excepciones como la azucarada pero deliciosa “Radio”, que navega entre la ñoñería y la emotividad más honesta, con una preciosa melodía como guinda. “Summertime clothes” también se salvaría de la quema por mucho que la temática del amor de verano esté más vista que el tebeo. De los tres bonus tracks prescindimos porque aunque no estorban, no engrandecen Born to Die (aparte de que un disco es lo que es, los extras son simple anécdotas).
Luces y sombras para un trabajo que va del gusto más exquisito y emocional al tedio más recargado y vacuo. La ambientación retro y cinematográfica, las continuas referencias a la Norteamérica más decadentemente superflua o el romanticismo sensual y nocturno son motivos suficientes para disfrutar de este “debut”. La crítica ha sido generalmente feroz, y es que muchos no han sabido separarse del hype generado. Al final la música es música, más allá de una presencia mediática excesiva. Lana revive el sad core de Chris Isaak, un género casi olvidado, lo sazona con buen olfato pop y aunque no triunfa del todo ni inventa la rueda, revive sensaciones que hace mucho que no vivíamos. Aunque a veces se queden a medio gas.
Valoración: 6,75
dyorch