Según los datos del Ayuntamiento de Madrid, en sólo dos años, se han producido en el distrito centro 100 ceses de actividad de establecimientos que se engloban dentro de la Ley de Espacios Públicos y Actividades Recreativas, es decir, de ocio nocturno. Las causas de estos cierres son, según los empresarios, la crisis y la ‘persecución’ del Ayuntamiento. Los últimos en correr esta suerte han sido los emblemáticos Cool y Ocho & Medio, dos referentes de la noche madrileña.
Los dueños de Cool, la importante promotora de música electrónica FSM Group se han limitado a declarar que “la sala está cerrada. A veces las cosas no son blancas o negras, no vamos a hablar más sobre el tema”. La sala en la que tenían lugar las sesiones Shock, Stardust, Royal y Sunflowers, cerró indefinidamente el 29 de enero, reabrió el 26 de marzo y ahora parece que se cierra para siempre.
Asimismo, el pasado sábado abrió sus puertas por última vez el club indie-popero por excelencia de la Gran Vía, el Ocho & Medio. Durante 11 años, por su escenario han pasado grupos como Aviador Dro, La Casa Azul, Hidrogenesse o Cycle, entre muchos otros. Los dueños de la sala Flamingo en la que se ubicaba, han decidido no renovar el contrato de alquiler a sus inquilinos nocturnos y ahora todo parece indicar que se transformará en un almacén de ropa de Inditex, como no podía ser de otra forma. Según relatan sus dueños, “ha sido más de un año de complicada y, finalmente, infructuosa lucha por parte del equipo del Ocho & Medio y TripFamily para evitar que, una vez más, un espacio para la música en directo, el ocio, la alegría, lo diferente y el esparcimiento acabe en manos de una conocida cadena textil”.
El ocio nocturno es un negocio que supone el 3% del producto interior bruto de la Comunidad de Madrid y, según Noche Madrid, el 28% de las personas que acuden a estos establecimientos son turistas. La cultura de club se muere en la capital, pero aquellos que pueden hacer algo para evitarlo hacen lo de siempre: lavarse sus sucias manos.