Más de 40 años después de su primer concierto, nadie ha conseguido ensombrecer el legado de Stray Cats. Puntales del revival rockabilly de los años 80, lograron crear un repertorio que se mantiene tan vigente como es posible en una música eminentemente añeja. Con apenas un par de visitas a nuestro país en los últimos 18 años, la presencia de su mítico contrabajista Lee Rocker reunió a los seguidores del rock and roll en la sala Cool de Madrid.
‘Stray Cat Strut’, ‘Runaway Boys’ y ‘Built for Speed’, todas de la banda madre, fueron el calentamiento perfecto para unos aficionados que se sabían las letras al dedillo. Rocker también espolvoreó temas de su reciente álbum Gather Round (2021), como la que da nombre al disco o la canción que dedicó a Deborah -su mujer desde hace 35 años- ‘The Last Offline Lovers’ de profundo poso country, con Lee a la guitarra acústica y apoyo de acordeón.
“Quiero volver a 1956 a Memphis, donde todo empezó” sentenció el contrabajista antes de atacar ‘That’s all Right’, interludiar un poderoso solo con su característico slap y enlazarla con ‘‘Blue Moon of Kentucky’. Excelente síntesis de la esencia pura de la época, que continuó con ‘Honey Don’t’: “Una canción de mi amigo Carl Perkins, el arquitecto del rock and roll”, donde la sencillez del ritmo más poderoso del planeta nos atrapó sin remedio.
Lee estuvo acompañado a los teclados, guitarra y acordeón por Matt Jordan, a la batería por Larry Mitchell y a la guitarra solista por Buzz Campbell, que brilló tanto por su guitarra glitter como por la habilidad de sus dedos, veloces como un Cadillac rosa del 55. Además -con su castellano básico- fue el que más animó al público, algo muy valioso cuando el líder de la formación es tan sobrio y apenas interactúa.
La capital del estado de Tennessee se volvió a nombrar en numerosas ocasiones, ya sea para proclamar espídicamente que se producen milagros en cada esquina -‘Miracle in Memphis’-, quejarse del frío invierno en la reposada ‘Memphis Freeze’ o denunciar en ‘Graceland Auction’ que allí todo se subasta porque todo el mundo quiere un trozo del Rey.
Tras algunas inesperadas versiones como ‘Ophelia’ de The Band donde el teclista aprovechó para lucirse, seguimos saboreando el slap y el walking bass sobre el contrabajo sin trastes del señor Leon Drucker. Para cerrar interpretaron la magnífica ‘Bulletproof’ y los rutilantes éxitos ‘Rumble in Brighton’ y ‘Rock this Town’. La comunidad rocker presente, con sus tupés canosos, cuidados vestidos, gastadas chupas y corazones eternamente jóvenes puso de su parte para disfrutar de una actuación profesional pero excesivamente plana y descafeinada, que afortunadamente finalizó en alto con una excelente ‘Rock Billy Boogie’ donde recordamos al recientemente fallecido Robert Gordon.