Su meta no es la de poner sobre la mesa una enciclopedia del tema, pues son muchos los estilos a abarcar y Rubio realmente reseña a las bandas que mayor jugo le sacaron a cada disciplina —no teniendo que ser necesariamente las más famosas o más longevas, eso le debe quedar claro desde un principio al lector—. Lo importante es, ante todo, ver el desarrollo del metal extremo, la importancia que tiene a nivel musical, compositivo, en cuanto a sus estructuras y sus parámetros creativos. Ese fin lo logra gracias a capítulos muy detallados y cargados de gran cantidad de información, de apreciaciones y comparativas. Siempre escribiendo con seriedad y entrega hacia la vía artística por la que se ha encaminado.
Aun así, y cuando se sale de estos movimientos para exponer las corrientes que le sirvieron de basamento a los mismos, en ocasiones el autor tropieza al no concretar o dar datos no del todo exactos. Como ejemplo tenemos la siguiente frase: «Grupos como Hellhammer o Celtic Frost, que a su vez habían sido influidos por las habituales bandas de punk británico y por la NWOBHM, como Venom, Tank, Accept o Angel Witch». Por lo que cabe preguntarse qué hacen Accept, exponentes del heavy teutón tradicional —gracias a vinilos como su debut homónimo en larga duración de 1979—, y posteriormente impulsores del speed metal europeo, en un listado de la Nueva Ola Del Heavy Metal Británico.
De igual manera, y en otro párrafo de la obra, escribe Rubio la siguiente apreciación: «De este efervescente contexto metálico surgiría también el llamado power metal, o como es conocido en otros círculos, heavy metal alemán». El problema es que esta frase es del todo incorrecta pues, para empezar, el power metal no emerge realmente en tierras germanas. No son pocos los historiadores que centran el nacimiento o germen del USPM (power metal estadounidense) en la primera mitad de los 80, influenciando a muchas bandas que luego grabarían o se moverían por la escena yanqui. Uno de los casos de aquellos proyectos que luego beberían de dicho manantial es el de los Pantera anteriores al groove metal que comienzan a plantear desde Cowboys From Hell. Ellos ya intentaban acercarse a ese USPM y hasta titularon con el significativo título de Power Metal uno de los LPs que mejor representaba dicha disciplina. De hecho, y para ser exactos, la variante conocida como power metal tiene materializaciones muy características tanto en Alemania como en Norteamérica, al igual que en Japón o Brasil, por citar cuatro puntos referenciales.
Este tipo de patinazos pueden desorientar al lector no excesivamente sumergido en el amplio universo metálico, deslices que pronto se olvidan gracias a la minuciosa búsqueda en pos de glosar ese mundo tan particular como rico e interesante que conforma el metal extremo en todas sus ramas.
TÍTULO: Metal extremo. 30 años de oscuridad (1981-2011).
AUTOR: Salva Rubio.
EDITORIAL: Milenio.
Libros: Metal extremo. 30 años de oscuridad (1981-2011)2 thoughts on “”
Hola Sergio!
Qué tal todo? Soy Salva Rubio, el autor de “Metal extremo: 30 años de oscuridad (1981-2011)”.
Te escribo para agradecerte tu reseña! Tu post nos ayuda a que el libro tome más visibilidad y ayuda a que pueda llegar a más lectores, por lo que agradezco sinceramente tu interés.
Quiero aprovechar la ocasión para comentar dos cosas de las que hablas en tu post.
Sobre lo de Accept, te doy totalmente la razón! Es un gazapo accidental que se nos coló en la revisión final (qué estaría escuchando yo en ese momento… ;-). Donde pone Accept, debería poner Saxon, que como bien sabrás, sí que son uno de los principales exponentes de la NWOBHM.
Por otro lado, sobre el concepto del Power Metal, discrepo contigo en cuanto a que esa afirmación es incorrecta.
Como bien sabrás, hay distintas escuelas de pensamiento y clasificación de estilos, y “power metal” está comúnmente aceptada en Europa como sinónimo de la ola de heavy metal europeo, capitaneada por grupos como los alemanes Helloween, Gamma Ray y Blind Guardian, los finlandeses Stratovarius, los suecos Hammerfall, etc, que conforman una escena muy fuerte y amplia, de la que algún día se debería escribir un libro (a lo que te invito).
Como bien sabrás, ya que has leído el libro, en “Metal Extremo” he utilizado un criterio formalista, basado en las influencias y similitudes estrictamente musicales, y tratando evitar la confusión que provocan conceptos largo tiempo ha arrastrados. Es en ese sentido que la definición de “Power Metal” que los americanos quieren arrogarse, está basada en otro tipo de influencias y sonido, muy alejado del estilo épico europeo. Pantera, por ejemplo y como bien sabes, está históricamente más influido por las sonoridades del glam rock y de bandas como Van Halen. Quizá periodistas o críticos quieran llamar a las dos cosas “Power Metal”, y en ciertos ámbitos y escuelas de pensamiento, ambas pueden convivir, pero en ningún caso son mi afirmación es incorrecta. En mi texto, y en ese contexto la influencia europea es la que está destacada, y es correcta.
Por otro lado, el hecho de que Pantera titulasen su cuarto LP “Power Metal” no demuestra claramente nada. Dentro de “Frost”, el segundo LP de los noruegos Enslaved, aparece la expresión “Viking Metal” (aunque hacen black metal), y Dismember titularon su cuarto Lp “Death Metal” aunque hacen “Swedish Death Metal”. El título de un disco demuestra tan poco, que en un split del año 1984 y titulado también “Death Metal”, encontramos nada menos que a Running Wild, Helloween y Hellhammer, que como bien sabrás, ninguna de las cuales puede incluirse dentro de esa categorización estilística.
Este hecho es normal, teniendo en cuenta, como de nuevo indico en el libro, que las denominaciones de estilo otorgadas por periodistas y fanzineros tardaron en adquirir un significado universalmente aceptado. Es por ello que una etiqueta como “Power Metal” pudo ser otorgada a muchos estilos en principio, pero hoy en día representa principalmente la rama europea capitaneada por los discos anteriormente citados. Ello lo demuestra el hecho de que la variante americana suela nombrarse como USPM, para distinguirla de la del viejo continente.
Termino mi mensaje destacando la peculiaridad de que, de un libro de más de 600 páginas, más de la mitad de la reseña se centre en destacar dos “errores”, que ni siquiera tienen que ver con el Metal Extremo.
En cualquier caso, muchas gracias de nuevo, Sergio! Y me alegra mucho que en un medio público como internet, pueda haberte respondido personalmente; es lo bueno que tiene crear debate y discusión: todos ganamos. Espero que no te haya molestado! Déjame insistir en nuestro agradecimiento por tu reseña.
Un cordial saludo y gracias por tu interés en el libro.
Salva