Al igual que otras bandas que en 2011 se atrevieron a introducir variantes en sus nuevos álbumes, Children Of Bodom fueron criticados por el giro dado en Relentless Reckless Forever, abandonando cierto grado de dureza para asimilar elementos algo más melódicos y estructuras cuya dinámica no dependa de la velocidad recurrente. Lo cierto es que, sin perder su identidad asumieron perfiles menos radicales para encajar en un entorno más armonioso. De todas formas, sus composiciones siguen resultando desequilibrantes, con pasajes dotados de estructuras variadas. Puede que con Relentless Reckless Forever hayan perdido algunos de sus seguidores más extremos pero, seguramente, también habrán incorporado a nuevos adeptos.