Que una ciudad considerada Las Vegas a la española no haya tenido hasta hace poco un evento musical de este tipo tiene delito, desde su capacidad hotelera hasta la permisividad municipal hacia la música a todo volumen, Benidorm parece perfecta para montar un festival de música, y el Low Cost Festival se ha hecho grande sin hacer mucho ruido. El primer día sólo hubo actuaciones en dos escenarios, dejando el principal para viernes y sábado.
Maika Makovski quiso empezar suave, y el sonido que provenía del escenario contiguo arruinó su intención, menos mal que terminó con potencia y convicción con temas como Lava Love o Ruled By Mars. Ahora que todo lo que huele a folk-pop femenino tiene un hueco es cuando hay que separar el grano de la paja, y la apuesta de The Bright tiene calidad como para perdurar, además hubo momentos en los que aportaron un toque country que se hizo habitual en las primeras horas del escenario Stereo los tres días de festival.
El funk llegó a Benidorm, Eli “Paperboy” Reed se presentó con tres vientos, batería con atuendo africano y un bajista omnipresente. Ni es James Brown ni tiene la presencia de Sharon Jones, pero es imposible no ponerse a bailar con Young Girl o Come And Get It. También mostró su lado más soul con It’s Easier. El público empezó frío -tónica general durante todo el festival- y alguno acabó con la cadera desencajada. De verdad, no puedo entender como este hombre puede tocar ante gente sentada.
Eric Fuentes y su nueva propuesta sonora tras The Unfinished Sympathy estuvieron tremendos, tienen los elementos para agradar a muchos sectores de público diferentes e intepretan canciones redondas como Hora punta en territori enemic o Kickstart My Hopes. Vinila Von Bismark es todo presencia, pero sin una voz potente tanta vistosidad no es suficiente para llenar un escenario. Por lo menos detrás tiene a The Lucky Dados dándolo todo y versionando largos listados del cancionero rockero como Please Don’t Touch de Johnny Kid & The Pirates o Let’s Have A Party de Wanda Jackson.
El plato fuerte indie de la primera jornada viene de Granada, tienen la fórmula para hacer canciones pop sencillas y efectivas y la saben explotar. Lori Meyers reventaron el escenario LCF demostrando que tienen tirón para rato y que las canciones de su último plástico son tan coreadas como las de su exitoso Cronolánea.
Si alguien puede identificarse con el glamour decadente que esta ciudad desprende es Alaska, que ofreciendo los grandes éxitos de todas sus épocas tiene pocos rivales en la pista de baile, Canut maneja el cotarro en las sombras mientras el show extramusical se ejecuta. El momento álgido fue la aparición fugaz de Mario “Marito” Vaquerizo sobre el escenario y su correspondiente primer plano en las pantallas laterales, gran ovación para él. Esta sobreexposición le va a venir muy bien profesionalmente, ya tiene unas cuantas bandas solventes negociando que les lleve el management. ¿Las canciones? las de siempre, Bailando, Perlas ensangrentadas, A quién le importa o un Rey del glam con toques industriales. Además, estamos en levante y en la ruta del bakalao no asustan los pregrabados.
Mientras los ingenieros de Mika no dejaban de probar sonido para el día siguiente, cerramos la noche con Supersubmarina, los de Úbeda, con un único largo en su haber, ya tienen una buena base de fans, y su actuación fue sólida. Todavía están en proceso de crear su propio sonido, pero ascienden peldaños con rapidez. Como su segundo disco convenza se harán grandes.
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Ay Benidorm, qué días de música y sudor.
vivan las vegas jajajaja