Si quieren sentir la Vida en su máxima expresión solo tienen que asistir a un concierto de Luz Casal. La esperanza, la lucha por la vida, la ilusión, se escriben con las letras de su nombre: Luz; la humildad y el agradecimiento llevan su apellido: Casal.
A las nueve de la noche salieron a escena Mabu, el grupo madrileño encargado de amenizar la espera de la actuación de Luz Casal. Con un sonido algo defectuoso que fue mejorando canción a canción, una “Intro” algo minimalista dio pie a un repertorio lento de canciones algo tristes pero llenas de encanto – “Si Me Quieres Lejos“, “Bajo Este Manzano“, la preciosa “Buenos Días” y “Dos Horas” -, que ganó en revoluciones con “Hallo” y “Estoy Bien Como Estoy“, canción que puso el punto y final a los treinta y cinco minutos de actuación de un grupo muy comprometido musicalmente, al que el escenario y los nervios (como reconoció la propia cantante), les pasaron factura pero que a grandes rasgos supo aprovechar la oportunidad de ser la “alfombra roja” de Luz Casal.
“Muy buenas noches a todos. Llevo semanas hablando del día de hoy. Llevo semanas preparándome para el día de hoy. El día de hoy es muy especial porque se celebra el día internacional de la lucha contra el cáncer, pero sobre todo porque tengo la certeza de que hay mucha gente que son parte de un grupo al que pertenezco desde hace cuatro años largos. Esos son mis colegas; gracias a todos por vuestra solidaridad con tanto colega“. Estás fueron las palabras que Luz dedicó al respetable después de que a las diez en punto de la noche, vestida de riguroso negro, acompañada de su perpetua sonrisa y arropada por una sonora y merecida ovación, saliera al escenario para interpretar con una voz limpia y pura “Mar Y Cielo“. Luego vendrían “Alma Mía“, “Nieblas“, “Con 1000 Desengaños“, canciones todas ellas que dicen cosas muy intensas y que sirven como excusa para desahogarse. Más familiares fueron “Historia De Un Amor“, o la preciosa “Entre Mis Recuerdos“, pero todas bajo el denominador común del sentimiento de una Luz que hacía suyas, bailando y disfrutando, llenándolas de vida, de una vida sincera, de todos, compartida.
“Veo muchas mujeres pero necesitaría sentir que sois poderosas, que sois muchas“. Fue entonces cuando el público se levantó de sus asientos para dedicarla un ensordecedor aplauso que hizo que la cantante sintiera que estaban allí. Un preámbulo perfecto para la interpretación del éxito “No Me Importa Nada“, y “Un Nuevo Día Brillará“, canción que la propia Luz invitó a participar al respetable, despertando así las lágrimas y los ánimos más sinceros de los presentes, incluido un servidor. La canción sirvió para agradecer su presencia en el concierto a toda esa gente que se desplazó hasta Madrid desde distintos puntos de la geografía nacional. “Es Por Ti“, y “Besaré El Suelo“, dieron por finalizada la parte “más íntima” del repertorio de Luz que se tiñó de rock, más bailable, y para el que la artista cambió el vestido negro por una camisa de seda de color dorado y unos pantalones negros. Luego interpretaría “A Cada Paso“, “Dame Un Beso“, introducida por la inmensa trompeta de Antonio Machado que latinizó el tema, “Plantado En Mi Cabeza“, y “Tal Para Cual“.
“Hace unos pocos de años, no sé cuantos, estrenamos esta canción que vamos a hacer ahora. Escribió la letra la insigne Carmen Santonja, que decía que este personaje era el más estúpido que había escrito y el que mejor le había salido“, fueron las palabras con las que Luz presentó “Rufino“, un tema que nos llevó al éxtasis a todos los presentes que levantados de nuestros asientos bailamos como posesos. “Loca” y “Pedazo De Cielo“, pusieron punto y final, después de hora y veinte minutos de actuación, al repertorio más bailable de Luz, quien pasados escasamente dos minutos volvía al escenario para, vestida otra vez de riguroso negro, interpretar “Piensa En Mi“, “Gracias A La Vida“, “la canción que refleja como pocas los últimos meses que he pasado“, “Sombras“, y “No, No y No“, que sirvió para agradecer a los que han (hemos) hecho posible el concierto y para presentar a la envidiable e inmensa banda que acompaña en el escenario a la gallega de nacimiento pero de todos de adopción. “Te Dejé Marchar“, fue la canción elegida para bajar el telón a casi dos horas de actuación en las que la Música y la Vida fueron siempre protagonistas.
Quiero finalizar la reseña de un concierto que despertó lo más puro y sentido de todos los asistentes, con las palabras con las que empezó: “Este concierto quiere contribuir a la rehabilitación de un sueño. Un sueño que entre todos podemos hacer realidad. El sueño de que en un futuro próximo el cáncer, y especialmente el cáncer de mama, deje de ser una enfermedad frecuente y temida… Entre todos podemos conseguirlo. Disfrutar del concierto“.
Disfruten de la reseña; disfruten de la Vida.